Sin una palabra

—Sí —replicó—. Eso es más o menos lo que ocurrió.

 

—Y entonces, como un imbécil —continué—, yo te expliqué lo que me había contado Tess. Cuando fuimos a comer. Sobre el dinero que había recibido para Cynthia. Acerca de los sobres que aún tenía, y la carta que la advertía que nunca intentara averiguar de dónde procedía el dinero y que nunca le dijera nada a nadie. Te conté que, después de todos estos a?os, todavía guardaba los sobres.

 

Ahora Rolly se quedó sin palabras. Entonces le ataqué por otro frente.

 

—?Crees que un hombre que estaba dispuesto a matar a dos personas para complacer a su madre le mentiría sobre si había matado a alguien antes?

 

—?Qué? ?De qué demonios hablas?

 

—Sólo estoy pensando en voz alta. No creo que lo hiciera. Creo que a un hombre que estaba a punto de asesinar por su madre no le importaría admitir ante ella que ya había matado antes. —Hice una pausa—. Y el caso es que, hasta el momento en que el hombre dijo eso, yo estaba convencido de que ya había matado a dos personas.

 

—No tengo ni idea de adónde quieres llegar —dijo Rolly.

 

—Estoy hablando de Jeremy Sloan. El hijo de Clayton, de su otro matrimonio, con la otra mujer, Enid. Pero sospecho que ya los conoces. Supongo que Clayton te lo explicó cuando empezó a mandarte dinero para que se lo entregaras a Tess. Yo creía que Jeremy había matado a Tess, y también a Abagnall. Pero ahora ya no estoy tan seguro.

 

Rolly tragó saliva.

 

—?Fuiste a ver a Tess después de que te contara lo que me había explicado? —pregunté—. ?Tenías miedo de que lo dedujera todo? ?Tenías miedo de que la carta, los sobres… de que quizá conservaran alguna prueba forense que los relacionara contigo? ?Y que si eso ocurría, entonces te vincularían con Clayton y él ya no se vería obligado a mantener tu secreto por más tiempo?

 

—No quería matarla —se defendió Rolly.

 

—Pues hiciste un buen trabajo —repliqué.

 

—De todos modos creía que se estaba muriendo. No era como si le estuviera robando mucho tiempo. Y luego, después de haberlo hecho, tú me hablaste de las últimas pruebas y de cómo al final no iba a morirse.

 

—Rolly…

 

—Ella le había dado los sobres y la carta al detective —continuó defendiéndose.

 

—Y tú te llevaste la tarjeta de visita del corcho —deduje.

 

—Le llamé y le pedí una cita en el parking.

 

—Y entonces le mataste y te llevaste su cartera, con los papeles dentro —dije.

 

Rolly inclinó ligeramente la cabeza hacia la izquierda.

 

—?Tú qué piensas? ?Crees que después de tantos a?os aún hubieran encontrado mis huellas en esos sobres? ?O restos de saliva, quizá, de cuando los cerré?

 

Me encogí de hombros.

 

—Quién sabe. Yo sólo soy un profesor de inglés.

 

—De todos modos me deshice de ellos —explicó Rolly.

 

Bajé la vista hacia el suelo. Ya no sentía solamente dolor; me invadía una inmensa tristeza.

 

—Rolly —dije—, has sido tan buen amigo durante estos largos a?os… No sé, tal vez yo también preferiría mantener la boca cerrada acerca de un tremendo error que tuvo lugar veinticinco a?os atrás. Seguramente no querías matar a Connie Gormley, fue sólo una de esas cosas que pasan. Debe de ser difícil vivir con eso, encubrirlo, pero con la ayuda de un amigo quizá no tanto.

 

Me miró con cautela.

 

—Pero Tess… Mataste a la tía de mi mujer. A la maravillosa y dulce Tess. Y no te detuviste ahí. Eso no lo puedo dejar pasar.

 

Se metió la mano en el bolsillo del largo abrigo y sacó una pistola. Me pregunté si sería la que había encontrado en el patio de la escuela, entre las botellas de cerveza y las pipas de crack.

 

—Por todos los santos, Rolly.

 

—Sube arriba, Terry —me ordenó.

 

—No puedes hablar en serio —dije.

 

—Ya me he comprado la casa —replicó—. Está todo organizado. He elegido un barco y sólo me faltan unas semanas para marcharme. Me merezco un retiro como Dios manda.

 

Me hizo una se?al hacia las escaleras y me siguió arriba. A medio camino me di la vuelta bruscamente e intenté golpearle, pero fui demasiado lento. Bajó un escalón de un salto y siguió apuntándome con el arma.

 

—?Qué ocurre? —gritó Cynthia desde la habitación de Grace.

 

Entré en el cuarto seguido por Rolly. Por encima del escritorio de Grace, Cynthia abrió la boca cuando vio el arma, pero no consiguió articular palabra.

 

—Fue Rolly —le expliqué a Cynthia—. él mató a Tess.

 

—?Qué?

 

—Y a Abagnall.

 

—No me lo creo.

 

—Pregúntale.

 

—Cierra la boca —ordenó Rolly.

 

—?Qué vas a hacer, Rolly? —le pregunté mientras me daba la vuelta lentamente junto a la cama de Grace—. ?Matarnos a los dos, y también a Grace? ?Crees que puedes matarnos a todos sin que la policía se dé cuenta de nada?

 

—Tengo que hacer algo —replicó.

 

—?Lo sabe Millicent? ?Sabe que vive con un monstruo?