Sentado en el sofá marrón reclinable, hablo de mi padre con el doctor Cliff durante mi cita del viernes. Le cuento que ahora mi padre me deja la sección de deportes para que la lea y que sé que esto supone un gran esfuerzo para mi padre, pero que me gustaría que me hablase más. Cliff me escucha, pero dice muy poco sobre mi padre. No deja de sacar el tema de Tiffany, lo cual es un poco irritante, ya que ella solo me sigue cuando salgo a correr.
—Tu madre dice que ma?ana vas a la playa con ella —dice Cliff, y sonríe como hacen los hombres cuando hablan de mujeres y sexo.
—Voy con Ronnie, Veronica y la peque?a Emily también. La intención es llevar a Emily a la playa ya que este verano casi no ha ido y pronto hará demasiado frío para ir. Cliff, a los críos les encanta la playa.
—?Estás contento por ir?
—Claro. Quiero decir, tendré que madrugar para poder hacer mis ejercicios y terminar cuando vuelva a casa pero…
—?Qué piensas de ver a Tiffany en ba?ador?
Parpadeo un par de veces antes de pillar lo que me ha preguntado.
—Dijiste que tenía un cuerpo bonito —a?ade Cliff—. ?Tienes ganas de verlo? Igual llevará un biquini. ?Qué piensas de eso?
Por un instante me cabreo (pues pienso que mi terapeuta está siendo irrespetuoso), pero luego me doy cuenta de que Cliff quiere poner a prueba mi moral y así asegurarse de que estoy preparado para dejar la institución mental, de modo que sonrío y digo:
—Cliff, estoy casado, ?recuerdas?
él asiente y parpadea, haciéndome sentir que he pasado la prueba.
Comentamos un poco la semana. No he tenido ningún episodio agresivo y eso demuestra que las pastillas están haciendo efecto (o al menos eso piensa Cliff, ya que no sabe que escupo casi la mitad en el váter). Cuando es hora de irme, Cliff dice:
—Tengo una cosa más que decirte.
—?El qué?
Me sorprende al ponerse de pie de un salto, levantar las manos en el aire y gritar:
—?Ahhhhhhhhh!
Así que yo también doy un salto, levanto las manos y grito:
—?Ahhhhhhhhh!
—?E! ?A! ?G! ?L! ?E! ?S! ?EAGLES! —cantamos al unísono, deletreando la palabra con nuestros brazos y piernas. De repente me siento muy feliz.
Cliff predice una victoria de los Eagles por 21-14 y me acompa?a a la salida después de que yo le diga que estoy de acuerdo con su pronóstico. En la sala de espera está mi madre, que nos dice:
—?Estabais haciendo el cántico de los Eagles?
Cliff levanta las cejas y se encoge de hombros, pero cuando se da la vuelta y se dirige a su oficina empieza a silbar el ?Volad, Eagles, volad?, lo que me hace llegar a la conclusión de que tengo el mejor terapeuta del mundo entero.
De camino a casa mi madre me pregunta si Cliff y yo charlamos de algo más que de fútbol durante la terapia. En vez de responderle, le digo:
—?Crees que papá empezará a hablarme si los Eagles ganan a los Giants?
Mamá frunce el ce?o y dice:
—La triste realidad es que puede que sí. Realmente puede que sí.
Eso me anima mucho.
LA CABEZA DE TIFFANY FLOTANDO POR ENCIMA DE LAS OLAS
Cuando Ronnie viene a recogerme con su monovolumen (que tiene tres hileras de asientos), Tiffany ya está sentada junto a la silla de coche de Emily, así que yo me siento en la última fila y colocó a mi lado el balón de fútbol americano y la bolsa que mi madre me ha preparado (y que contiene una toalla, ropa de recambio y una bolsa llena de comida, a pesar de que le dije a mamá que Ronnie iba a traer bocadillos de la tienda de delicatessen).
Mi madre siente la necesidad de quedarse en el porche y saludar con la mano, como si yo tuviese cinco a?os. Veronica (que está sentada en el asiento delantero) se inclina sobre Ronnie y le grita a mi madre: —?Gracias por el vino y las flores!
Mi madre se toma esto como una invitación para acercarse al vehículo e iniciar una conversación.
—?Te gusta el conjunto que le compré a Pat? —dice mi madre acercándose a la ventana de Ronnie. Se asoma y mira a Tiffany, pero esta le ha dado la espalda a mi madre y está mirando por la ventanilla las casas que hay al otro lado de la acera.
La ropa que llevo es ridícula: un polo naranja brillante, un ba?ador verde brillante y chanclas. Yo no quería ponerme nada de esto, pero sabía que Veronica armaría un escándalo si me ponía una de mis camisetas cortadas y un pantalón desgastado. Puesto que Veronica y mi madre tienen el mismo gusto, he permitido que mi madre me vistiera. Además, eso ha hecho muy feliz a mamá.
—Está genial, se?ora Peoples —dice Veronica mientras Ronnie asiente con la cabeza como diciendo que está de acuerdo.
—Hola, Tiffany —dice mi madre metiendo un poco más la cabeza en el coche. Tiffany la ignora.
—?Tiffany? —dice Veronica, pero ella sigue mirando por la ventanilla.
—?Ya conoce a Emily? —dice Ronnie.
Entonces sale del coche, saca a Emily de su asiento y la coloca en los brazos de mi madre. La voz de mi madre se vuelve muy graciosa cuando le habla a Emily, y Veronica y Ronnie, que están junto a mi madre, son todo sonrisas.
Esto sigue durante unos minutos hasta que Tiffany se vuelve y dice: —Pensé que hoy íbamos a ir a la playa.
—Lo siento, se?ora Peoples —dice Veronica—, mi hermana puede ser algo brusca a veces, pero es cierto que deberíamos irnos si queremos comer en la playa.