—Vi que rescindiste tu solicitud de vacaciones al final del verano. ?Hay una razón?
—Oh eso. —Intenté parecer serena mientras me alisaba la parte delantera de mi blusa arrugada. Al final del verano, mi tía y yo siempre hacíamos nuestro viaje anual al extranjero: Portugal un verano, Espa?a el siguiente, India, Tailandia, Japón, mi pasaporte estaba repleto de todos los lugares en los que habíamos estado juntas a lo largo de los a?os. Me había tomado exactamente la misma semana libre cada agosto desde que me uní a Strauss & Adder, así que, por supuesto, Rhonda se daría cuenta cuando decidiera no ir—. Decidí que tal vez sería mejor pasar mi tiempo aquí, así que no voy a ir.
Nunca más.
Ella me dio una mirada extra?a.
—Estás bromeando. Clementine, no te has tomado ni un día libre en todo el a?o.
—?Qué puedo decir? Amo mi trabajo. —Entonces sonreí porque era verdad. Amaba mi trabajo y era una buena distracción… todo, y si seguía concentrándome en las cosas que tenía delante, el dolor no me alcanzaría a las dos de la ma?ana como quería.
—A mí también me encanta mi trabajo y aun así este a?o me fui de vacaciones a las Maldivas. Tuve un gran masaje allí. Puedo darte el número de mi chico si terminas yendo.
Oh, sí, porque podía permitírmelo. Bueno, tal vez ahora que soy due?a del departamento de mi tía, podría hacerlo. Puse una sonrisa forzada en mi rostro.
—Estoy bien, de verdad, y además, Boston in the Fall se estrena esa semana, y ya sabes, ese autor es muy quisquilloso. Prefiero tratar con él que hacer que Juliette se encargue de…
—?Clementine? —ella interrumpió—. Tómate tus malditas vacaciones acumuladas. Para eso las tienes.
—Pero…
—Se rechaza la solicitud para rescindir tu solicitud.
—Aunque ya no me iré de vacaciones —dije, tratando de no entrar en pánico—. ?Reembolsé mis boletos!
Me miró por encima de sus gafas de montura roja.
—Entonces tienes dos meses para decidir qué más quieres hacer. La mitad de nuestra colección son guías de viaje; pide prestada una. Estoy segura de que te inspirarás. Después de todo, necesitarás unas vacaciones.
—Realmente no creo que lo haga.
En respuesta, volvió a girar su silla hacia mí con un suspiro y se quitó las gafas. Colgaban de una correa de cuentas alrededor de su cuello.
—Bien. Cierra la puerta, Clementine.
Oh, no. En silencio, hice lo que me pidió, aunque con un poco de vacilación. La última vez que me pidió que cerrara la puerta, descubrí que había despedido al dise?ador de marketing. Me senté de nuevo, con un poco de cautela.
—Es… ?Hay algo mal?
—No. Bien. Sí, pero nada malo. —Juntó los dedos y me miró largamente. Llevaba rímel oscuro y delineador más oscuro alrededor de los ojos, y siempre hacían que su apariencia fuera aún más intensa—. Juras guardar el secreto, Clementine, hasta que llegue el momento adecuado.
Me enderecé en mi silla. Entonces esto era grande. ?Era un libro nuevo? ?Una memoria de una celebridad? ?Strauss estaba vendiendo la empresa? ?Michael de Recursos Humanos finalmente renunció?
Dijo:
—Estoy planeando retirarme al final del verano, pero solo quiero irme sabiendo que Strauss y Adder están en buenas manos.
No creí haber escuchado correctamente.
—?Qué? ?Te jubilas?
—Sí.
No sabía qué decir.
No había palabras suficientes para describir mi profunda… ?tristeza? ?Decepción? Strauss & Adder sin Rhonda era como un cuerpo sin alma: una estantería sin libros. Ella construyó esta empresa con Strauss; cada uno de sus superventas de los últimos veinte a?os provino de ella.
?Y ella quería jubilarse?
—No me mires así —dijo Rhonda con una risa nerviosa. Nunca estaba nerviosa. Entonces no me estaba tomando el pelo. Estaba diciendo la verdad—. ?Ya cumplí mi condena! Pero no me iré si este barco se hunde sin mí. He puesto demasiado de mi vida aquí —a?adió, aparentemente como una ocurrencia tardía sobre su nombre en el negocio—. Sin embargo, solo tú y Strauss lo saben en este momento, y me gustaría que siguiera así. Quién sabe qué tipo de pira?as atraerá la noticia una vez que sea oficial.
Mi boca estaba seca.
—Oh… ?bueno?
—Mientras tanto, quiero que tomes la iniciativa en la mayoría de los proyectos y adquisiciones este verano, para ver cómo te va. Estaré en las reuniones, obviamente, pero llamémoslo un ensayo.
—?Para ver si puedo arreglármelas sin ti?
Ella me miró desconcertada y luego se rio.
—?Oh, no, querida, para ocupar mi lugar!
Si no estuviera sentada ya, mis rodillas habrían fallado inmediatamente. ?Yo, tomar el lugar de Rhonda? Solo la escuché a medias mientras me decía lo duro que trabajaba, lo ejemplar que era, que yo era exactamente el tipo de mujer que ella había sido a mi edad y que este era el tipo de oportunidad por la que mataría. ?Qué mejor manera de fomentar el futuro que darme la oportunidad de tener éxito?
—Bueno, la mitad de mi lugar. Cuando Strauss y yo fundamos la empresa, asumí el cargo de directora de publicidad y marketing, además de coeditora, porque éramos muy peque?os, pero no sé lo desearía a nadie más. Después de todo, ellos no soy yo —a?adió—. Sin embargo, dependiendo de tu desempe?o este verano, me inclino a proponer tu nombre para la nueva directora de publicidad. Has estado aquí por más tiempo que nadie en el equipo, así que creo que es justo, sin mencionar que sería una idiota si no lo hiciera.
Yo… no sabía qué decir.
Al final resultó que, ella no esperaba que yo dijera nada, mientras se ponía las gafas y regresaba a su computadora.
—Entonces, verás, imagino que necesitarás tomarte unas vacaciones antes de comenzar tu nuevo trabajo; te daré el nombre de mi masajista en las Maldivas.
Mi boca se abrió. Di un chillido. Mi cabeza daba vueltas por toda la información.
—Ahora, ?puedes enviarme mis reuniones para la próxima semana? Algo me dice que Juliette lo va a olvidar. De nuevo.
Esa fue mi se?al para irme.
Recé para que mis piernas funcionaran mientras me ponía de pie.
—Te lo haré saber —respondí y salí de su oficina.
Primero, me negaron la solicitud de cancelación de vacaciones y luego Rhonda dejó caer que podría jubilarse. ?Y yo podría ocupar su lugar como jefa del departamento?
No quería pensar en eso.