ángeles en la nieve

—Dios Santo, lo siento. ?Cómo lo llevas?

—No muy bien. Me retiro del caso. Esto se ha vuelto demasiado personal. Puede que yo haya sido la última persona que vio a Heli con vida, y dada mi relación con ella y con su marido, el principal sospechoso, no debería seguir con esto.

—?Estás en condiciones de hablar del caso?

—Sí.

—Cuéntame lo que sabes y dónde crees que has llegado.

—La última vez que hablamos, le dije que cuando halláramos al tercer hombre, el que había llorado sobre el rostro de Sufia, nos llevaría a otra persona y que resolveríamos el asesinato. El análisis del ADN del chico que se suicidó, Heikki, demostró que las lágrimas eran suyas. Tenía relación con Heli y con Seppo, y eso me dejó cuatro hipótesis de trabajo. Me imaginé que no tendría que demostrar ninguna de ellas, sólo demostrar que las otras no eran posibles, y que por eliminación llegaría a la verdad.

—Oigámoslas.

—En un principio, pensé que lo más probable era que Heli y Heikki lo hubieran hecho juntos. Ella se arriesgaba a perder mucho si Seppo la dejaba por Sufia, y también tenía el móvil de la venganza. Heikki era joven, maleable e impresionable. Ella pudo haber usado el sexo y sus creencias religiosas para coaccionarle. Pero entonces pensé que la colaboración de Heikki y Seppo era una solución más elegante, con menos elementos operativos. Le pregunté a Heli si Seppo era bisexual. No lo negó. Una relación homosexual podría haberle dado a Heikki un móvil muy simple: los celos.

—Ahora que Heli está muerta —interviene el jefe—, sólo nos queda Seppo.

—Espera. Eso no explica los detalles del crimen que imitan el de Elizabeth Short, ni que Heikki conociera la mutilación genital que había sufrido Sufia —preciso. Le explico los aspectos en común entre ambos asesinatos—. Si Heikki formaba parte de una relación sexual a tres bandas con Sufia y Seppo, lo sabría. En ese caso, podría haber actuado solo, por celos, o con Seppo, probablemente porque Sufia intentó chantajear a Seppo; sabemos que es algo que ella había hecho antes en circunstancias similares. Quizá sea eso lo que ha pasado. Heli lo descubrió y obligó a Seppo a que se casara con ella, tras amenazarle con contarme la verdad sobre la muerte de Sufia. Eso le daría a Seppo un motivo para matar a Heli.

—Pero el modo en que lo hizo, con la rueda de su propio coche, sería un acto absolutamente estúpido. Si ha matado a su mujer, se ha se?alado a sí mismo como principal sospechoso.

—Desde luego no es una lumbrera, pero sí, hace falta ser muy estúpido, eso me hace dudar de su culpabilidad.

—Has mencionado que tenías cuatro teorías. Llevamos tres.

—La relación de Sufia con Peter Eklund es la pieza del rompecabezas que aún no encaja. Practicó sexo oral tanto con Seppo como con Peter el mismo día del asesinato, tenía restos de semen de esos dos hombres en la boca. Peter y Seppo se conocieron en Helsinki, quizás a los dos les gustaran los chavales. Si ambos lo hicieron con Sufia, quizá también compartieran a Heikki. Es escabroso, pero es una posibilidad.

El jefe se lo piensa.

—?Qué piensas, ahora que ha muerto Heli?

—No he tenido ocasión de pensarlo.

—Piénsalo.

—Sinceramente, tengo el presentimiento de que lo hicieron Heli y Heikki, pero no sé nada más.

—No te retires del caso —me suelta, con un ladrido. Me pilla desprevenido.

—Jyri, eso es ridículo. Puede que haya sido el último en verla con vida. Eso me convierte en posible sospechoso.

—?La mataste tú?

—Por supuesto que no.

—Entonces no fuiste la última persona que la vio con vida. ?Has visto los periódicos o la tele hoy?