ángeles en la nieve

Me siento como si viera mi cuerpo desde el exterior. El largo tramo rectilíneo de carretera y los campos nevados que la rodean reflejan la luz de las estrellas, emitiendo un turbio brillo plateado. El rostro de Valtteri expresa preocupación. Seppo está sentado detrás de mí, en el lado del conductor del coche. Me giro y lo miro. él me dedica una sonrisa socarrona.

Salgo del coche, desenfundo mi Glock y abro su puerta de un tirón. Seppo está rígido, mira al frente, como si fingiera no verme. Paso por encima de Seppo y me siento a su lado, a la derecha. Meto una bala en mi pistola, le paso el brazo izquierdo alrededor del cuello y le planto el ca?ón en la sien.

—Hijo de la grandísima puta.

Valtteri sale del coche y se acerca al lado del conductor. Me mira a través de la puerta trasera abierta.

Yo presiono más fuerte con el ca?ón sobre la sien de Seppo. Siento que se estremece.

—La última vez que maté a un hombre me dieron una medalla y me ascendieron. Si mato a un depravado como tú, quizá me vuelvan a ascender. A lo mejor hasta hago carrera en política. ?Tú qué opinas?

Seppo mira a Valtteri, del otro lado de la puerta.

—Tú lo estás viendo, lo estás viendo.

Valtteri no dice nada. Un coche se nos acerca y nos hace luces. He dejado las largas puestas y están deslumbrando al conductor. Valtteri mete la mano por la puerta del conductor y quita las luces. Luego se queda de pie, junto al coche, observándome.

—Si se te ocurre acercarte a mi esposa —amenazo—, eres hombre muerto. Incluso si vuelves a decir algo así otra vez, eres hombre muerto. Dilo mientras estés en custodia policial, y te habrás suicidado colgándote en la celda. Si un abogado consigue sacarte y te acercas a mi mujer, te mataré y cumpliré la condena. Suceda lo que suceda, vete de Kittil? y no vuelvas nunca. Pon esa jodida dacha en venta, porque si vuelves a usarla, estás muerto. ?Estamos?

él mira a Valtteri. No responde.

—Voy a contar desde cinco hacia atrás. Si no me dices que sí, te vuelo los sesos.

Seppo se pone a llorar.

—Cinco, cuatro, tres...

—De acuerdo, de acuerdo. —La voz le sale como el chillido de una criatura.

—Demasiado tarde, capullo. ?BOOM! —le grito al oído.

Seppo se desmaya y se desploma sobre un charco de su propia orina.

Valtteri y yo nos miramos a través de la puerta abierta.

—Vámonos de aquí —dice—. Hace frío.

Paso de nuevo por encima de Seppo y salgo del coche.

—Mejor que conduzcas tú —propongo.

Volvemos a la carretera.

—Si crees que tienes que dar parte de lo que he hecho, no te lo tendré en cuenta.

—Has hecho lo que creías que tenías que hacer para proteger a tu esposa. Lo entiendo.

—Nunca te pediría que mintieras por mí.

—No tendrías que pedírmelo.

Valtteri me sorprende más cada día.





10


Llegamos a la comisaría. Valtteri apaga el motor del coche. Yo me quedo sentado un momento e intento recomponerme antes de volver a enfrentarme a Seppo. Valtteri sale del coche antes que yo.

—Yo le tomaré los datos —dice, y saca a Seppo del coche y lo mete en comisaría.

Salgo al exterior, enciendo un cigarrillo y exhalo el humo. El humo y mi aliento crean una especie de nube en la oscuridad. La calle está vacía y silenciosa. Estoy cansado. Necesito un poco de paz y tranquilidad. La nieve apelmazada cruje bajo mis pies. Todo está cubierto de hielo y nieve. Me siento como si viviera en un enorme infierno de hielo.

He cometido un error amenazando a Seppo. El ha cometido un error metiendo a Kate en esto. Ahora el interrogatorio va a ser más duro. Esperaré; le daré un poco de tiempo, y también a mí mismo. Unas horas en el calabozo pueden hacerle reconsiderar lo que sería vivir en la cárcel, y quizá le anime a confesar.

Suena el móvil y pone fin a mis cavilaciones.

—Vaara.

—Soy el padre de Sufia. Mi esposa y yo estamos en Kittil?. Queremos verle, y queremos ver a nuestra Sufia.

Aún estoy aturdido tras el careo con Seppo y no estoy listo para la llamada de Abdi.

—Se?or, quizá podamos vernos en la comisaría. Podría ponerle al día sobre la investigación y hacerle unas preguntas sobre su hija.

—No, no iremos a comisaría. ?Dónde está Sufia?