ángeles en la nieve

—Dios Santo. ?Se despertó y se encontró con que estaba ciega y la estaban cortando por la mitad? ?Fue entonces cuando agitó los brazos y dibujó esa suerte de ?ángel? en la nieve?

—No puedo decirte con seguridad el orden exacto de los acontecimientos, pero eso es lo que parece. Antes de que la matara en la granja de Aslak, le rasgó las ropas y la desnudó, así es cómo le hizo las marcas en el cuerpo. Después le escribió ?zorra negra? en el cuerpo con el cuchillo.

—Entonces se la lleva hasta la granja de renos; aún inconsciente la saca a rastras del coche y la mata. Parece premeditado —observo.

—Pues sí. No había ningún fragmento de vidrio en la escena del crimen. Rompió la botella antes y se la llevó consigo.

Intento hacerme a la idea.

—Aquí hay mucho odio.

Esko asiente.

—Mucho odio.

El auxiliar acaba de coserla. La próxima parada de Sufia es el tanatorio.





8


Vuelvo a la comisaría a las nueve de la noche. Antti y Jussi aún siguen en sus mesas. También están echándole muchas horas. Antti está llamando a agentes inmobiliarios, pidiéndoles listas de inquilinos. Jussi mira la pantalla del ordenador con los ojos medio empa?ados.

—Tengo algo para ti.

—Soy todo oídos.

—Los neumáticos del vehículo usado en el asesinato eran unos Dunlop SP Winter Sport M3 DSST para nieve, montados sobre llantas de 17 pulgadas.

—Estupendo. —Le doy una palmadita en la espalda.

—Hay más. Ese tipo de neumático es una opción de serie en los sedanes de la serie BMW 3. Quizás no fueran imaginaciones de Eero.

No puede haber muchos BMW 3 sedán en una ciudad peque?a como ésta. El coche será la clave.

—Buen trabajo. Ahora hay que ponerse en contacto con el registro de vehículos. Busca a todos los que tengan un Serie 3, tanto propietarios como agencias de alquiler, en Kittil? y en Levi. Ma?ana los inspeccionaremos todos hasta descubrir cuáles de ellos llevan neumáticos Dunlop de ese modelo.

—Ya estoy en ello. Ah, sí, y las huellas eran de un 43.

El descubrimiento de los neumáticos es esperanzador, pero puede que aún quede mucho por delante, y no quiero agotarlos.

—Escuchad, chicos, os agradezco el duro trabajo, pero quizá sea hora de que lo dejemos por hoy.

Antti pone una mano sobre el micrófono del teléfono.

—Un momento.

Me meto en mi despacho. Antes que nada, pienso que lo mejor será agotar la posibilidad, por improbable que sea, de que el asesinato de Sufia sea obra de un asesino en serie. Me siento ante el ordenador y conecto con la base de datos criminal; he de empezar desde los países más próximos hacia el exterior. Total de asesinos en serie en Finlandia: ninguno. De hecho, sólo hemos tenido uno en cien a?os. Antti Olavi Taskinen envenenó a tres hombres y los mató; fue sentenciado a cadena perpetua en 2006.

Total de asesinos en serie en Suecia: ninguno. También en este caso, sólo un condenado en la historia reciente. Thomas Quick, un pedófilo que cometió su primer asesinato a los catorce a?os de edad. Sentenciado a reclusión en un psiquiátrico en 1990, confesó treinta asesinatos; en el a?o 2000 ya había sido condenado por ocho de ellos. Total en Noruega: ninguno. En Dinamarca: ninguno. En Groenlandia: ninguno. Y en todos esos países, muy pocos casos en la historia. Los asesinatos en serie son raros en las culturas nórdicas y escandinavas.

Rusia tiene registrados unos cuantos asesinos en serie, pero los detalles de los crímenes no parecen ofrecer puntos en común. Compruebo Alemania y Japón, países conocidos por sus casos de conducta sexual desviada de tipo criminal. También en este caso hay unos cuantos, pero los crímenes no coinciden con el perfil.