ángeles en la nieve

—Sabes mucho del tema —observa Jussi.

—Leí mucho sobre asesinos en serie mientras trabajaba en mi tesis para el máster. Este asesinato es atípico. El secuestro, las tres armas diferentes, entre ellas una botella rota previamente, y la inscripción en el cuerpo coinciden con los criterios de un asesino metódico y organizado. Pero el hecho de que la mataran y la dejaran en el mismo sitio en lugar de llevársela a otro apunta a un asesino desorganizado. Echaré un vistazo al registro criminal, a ver si encuentro crímenes similares.

—?Y eso de ?zorra negra?? —pregunta Jussi.

—Nos toca determinar el móvil. Aún no podemos decir si el crimen es producto de una mente trastornada, o si es un delito racista disfrazado para que parezca otra cosa. Tenemos que descubrir qué es, para centrar la investigación. Quizá la autopsia nos ayude. Por ahora, nos ce?iremos a lo básico y trabajaremos con lo que tenemos, hasta que podamos reducir el espectro de potenciales sospechosos. Tenemos las huellas del automóvil y la botella de Lapin Kulta que usó con los ojos y la vagina. Tengo una pista sobre el coche. Eero Karjalainen afirma que vio un sedán BMW Serie 3 que salía de la finca de Aslak hacia la hora del asesinato.

—?Eero? —objeta Antti, levantando las cejas.

—No es un testigo fiable, ya lo sé, pero a veces puede sorprenderte.

—Si testificara, el tribunal se echaría a reír.

—Es cierto, pero las huellas del coche no son demasiado claras. Si apuntan a seis tipos diferentes de vehículo y uno es un BMW, podemos centrarnos en el BMW. Cualquier cosa puede resultar útil.

—?Tienes misiones para nosotros? —pregunta Valtteri.

—Recemos para que no sea un lugare?o —respondo—. Antti, consigue una lista de los turistas que hay actualmente en el Levi Center. Concéntrate en primer lugar en los estadounidenses, que tienen con diferencia el índice más alto de asesinatos en serie del mundo.

—Hay miles de turistas —objeta—; en seis hoteles y en decenas de chalés de alquiler.

—Eso es. Llama a todos los alojamientos, diles que te envíen su listado de clientes por correo electrónico o fax. Llama a todas las agencias de alquiler de vehículos. Coteja sus alquileres con el listado de turistas. Divide la lista en dos: finlandeses y extranjeros. Busca a los finlandeses en el ordenador y consigue sus antecedentes policiales y los datos de sus vehículos. Llama a la Policía de fronteras y consigue el número de los documentos de identidad de los extranjeros. Clasifica a los extranjeros por país de origen y luego llama a las embajadas y pide los antecedentes policiales de todo el que haya alquilado un coche. No tardarás tanto como crees. Lo de los finlandeses se puede hacer en un día.

—Es como buscar una aguja en un pajar.

—De momento.

—?Vas a arruinarme las vacaciones por una refugiada negra muerta?

No puedo creerme que haya dicho eso. Hago un esfuerzo por controlar mi rabia y no reacciono. Valtteri soluciona el problema por mí. Se pone de pie, cruza la sala con paso decidido y le pega un bofetón a Antti.

Antti se queda mudo. Está colorado por la vergüenza y más aún por el bofetón.

—Tómate esas vacaciones —le suelta Valtteri—. Puede que sean más largas de lo que tú te crees.

Antti me mira. Yo me encojo de hombros y apoyo a Valtteri:

—Es tu sargento.

Nunca había visto a Valtteri perder los nervios, y mucho menos golpear a nadie. No sé si lo ha hecho por la falta de respeto de Antti hacia mí o hacia Sufia. En cualquier caso, es un mal inicio para la investigación.

Pasan unos segundos de tensión.