Vuelvo a mirar las fotografías.
—No hago esto por el dinero —le digo.
—Lo sé. Pero lo necesitas.
Me dirijo de nuevo al vestíbulo y cierro la puerta al salir. Pienso en las chicas que pasan por estas salas y en lo cerca que han estado de convertirse en la siguiente víctima de Cooper.
Donovan Green vuelve a llamarme antes de llegar al aparcamiento. El cielo ya no es del todo azul. Hay nubes blancas hacia el norte y está completamente cubierto hacia el este, la capa de nubes se extiende por encima del océano a lo largo del horizonte. La temperatura debe de haber bajado unos grados, además. Respondo a la llamada de Green y lo pongo al día. No le cuento que he encontrado fotografías de su hija atada y desnuda. No comparto con él mi teoría de que tal vez siga con vida. Lo último que quisiera es alimentar falsas esperanzas y luego tener que enfrentarme a él con la peor noticia de su vida al día siguiente. Le digo que hemos hecho progresos, que tengo algunas pistas y que espero poder saber más muy pronto.
Vuelvo a casa. El tráfico de hora punta me demora más de lo normal y nada más llegar a casa me preparo un café bien cargado y enciendo el ordenador. Me conecto a internet. La lluvia empieza a salpicar las ventanas, solo un par de gotas de vez en cuando. Me levanto y las cierro, la brisa que entra es cálida y cargada. El viento mece los árboles que se ven desde la ventana del estudio y barre por el césped las hojas que se han adelantado al oto?o y han caído antes de tiempo. El cielo ya no es azul, pero tampoco hay nubes blancas, solo oscuridad en todas las direcciones. Salgo fuera cuando la lluvia empieza a caer con fuerza y no soy el único. Hay vecinos en la calle, mirando hacia el cielo con los brazos extendidos en cruz y sonriendo. Durante unos días interminables, esta ciudad parecía a punto de arder y ahora mismo todo va bien. Los ni?os ríen. La gente baila en corro. Es pura felicidad y es contagiosa. Yo también me echo a reír. Dejo que se me empape la ropa, es la primera vez que me llueve encima en cuatro meses, y tal como me ocurrió ayer con la puesta de sol, nunca había visto una lluvia tan preciada. Cuando cae el primer relámpago, vuelvo dentro y el trueno recorre la ciudad, lo suficientemente fuerte como para que los cuadros de las paredes tiemblen. La casa se ilumina como si la fotografiaran con flash cada vez que cae un relámpago dispuesto a partir el cielo por la mitad. Me seco y me cambio los vendajes de los pies y de la mano antes de sentarme frente al ordenador.
Busco artículos sobre Natalie Flowers. La dieron por desaparecida hace casi tres a?os, pero la policía no investigó el caso. Según los artículos, Natalie vació sus cuentas bancarias, hizo las maletas y se marchó de su apartamento después de decirle a su compa?era de piso que había encontrado otro lugar. Las circunstancias no fueron sospechosas. Sus padres informaron de su desaparición, salieron en los medios de comunicación suplicando que su hija regresara a casa.
Ocho a?os antes de eso, Melissa Flowers, la hermana de Natalie, había sido violada y asesinada por un agente de policía. Melissa Flowers tenía trece a?os, una cifra que algunos consideran que trae mala suerte y que así fue en su caso. Aún recuerdo el asunto. Yo no conocía a ese agente, pero lo supe todo acerca de él después de los hechos. No se llevó a cabo ninguna investigación porque confesó el crimen una hora después de haberlo cometido. Lo confesó en una nota que escribió justo antes de meterse una bala en el cráneo. Encontraron su cadáver junto al de la chica desnuda. Era una nota de disculpa en la que contaba lo que había hecho, pero no el porqué. El país entero quedó conmocionado. Creo que, sea lo que sea lo que ocurrió esa noche con Cooper Riley, Natalie Flowers murió y nació Melissa X. Simplemente abandonó su pasado y empezó una vida nueva. O bien perdió la cabeza, o bien encontró una emoción tan intensa en lo que había hecho que pasó a necesitar más. Tres a?os después asesinó al inspector Calhoun mientras el Trinchador de Christchurch la grababa en vídeo y luego continuó matando gente. Tal vez cuando Cooper atacó a Natalie, el resorte que había empezado a tensarse en su cabeza cuando mataron a su hermana acabó por saltar, dejó de ser Natalie y se convirtió en Melissa. Y Melissa estaba ávida de venganza por lo que aquel agente había hecho. ?Hay alguna relación entre los hombres que Natalie ha matado, aparte de los uniformes? Esos hombres, ?le recordaban al tipo que había matado a su hermana?
Leo el resto de los artículos que encuentro sobre ambas y no hallo ninguna respuesta. Entonces empiezo a buscar la relación entre Cooper Riley y la enfermera Deans, pero antes de que pueda encontrar nada alguien llama a la puerta. Es el retratista. Nos sentamos a la mesa de la cocina y se pone a trabajar mientras yo sigo pensando en Cooper Riley y Pamela Deans, intentando imaginar de qué modo podrían estar relacionados, pero no llego a ninguna conclusión.
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El coleccionista
Paul Cleave's books
- The Whitechapel Conspiracy
- Angels Demons
- Tell Me Your Dreams
- Ruthless: A Pretty Little Liars Novel
- True Lies: A Lying Game Novella
- The Dead Will Tell: A Kate Burkholder Novel
- Cut to the Bone: A Body Farm Novel
- The Bone Thief: A Body Farm Novel-5
- The Breaking Point: A Body Farm Novel
- El accidente
- Alert: (Michael Bennett 8)
- Guardian Angel
- The Paris Architect: A Novel
- ángeles en la nieve
- Helsinki White
- Love You More: A Novel