El coleccionista

—Crees saberlo ya, ?verdad? —dice Adrian, y desplaza los libros de manera que ya no quedan alineados—. Ya te has formado un perfil mental de cómo soy.

Y así es. En parte, el perfil que Cooper se ha formado de él es el de un tipo que se dedica a clasificar los botones por colores, a barrer suelos o que simplemente recibe una prestación por discapacidad. ?Debe de conducir? Sí, porque lo ha traído en coche hasta aquí. ?Debe de tener amigos? No. ?Vive aquí solo? Sí.

—No, no me he formado ningún perfil —responde Cooper—. En lo único que he estado pensando es en lo mucho que me echarán de menos mis amigos y mi familia. Mi madre depende de mí, Adrian, soy yo quien cuido de ella.

—Odias a tu madre.

—?Qué te hace pensar eso?

—Porque todos los asesinos en serie odian a sus madres.

Es cierto. La mayoría de los asesinos en serie odian a sus madres. A Cooper le encanta eso.

—Tienes razón, Adrian, odio a mi madre —dice, y le incomoda oír esas palabras saliendo de su propia boca. No soporta la idea de que su madre se entere de que ha desaparecido—. Pero de todos modos depende de mí y me preocupa lo que pueda hacer si no estoy allí para ayudarla. Me da miedo.

—Todo irá bien. Te lo prometo.

—?Y la policía? Me buscarán. ?Has pensado en ello?

Adrian sonríe y Cooper se da cuenta de que sí.

—Me he ocupado de ello. Lo he hecho por ti. No quiero que descubran que eres un asesino en serie, o sea… bueno, tú no quieres que lo sepan, ?no?

—?Cómo te has ocupado de ello?

—Estoy cansado —dice Adrian—. No estoy acostumbrado a acostarme tan tarde. Podemos seguir hablando ma?ana, si quieres. Yo sí querré, espero que tú también.

—Claro que sí, amigo mío —dice, pero ve la mueca de Adrian y se da cuenta de que se ha pasado de la raya.

—No soy tu amigo —replica Adrian—. Estás intentando enga?arme.

?Mierda. ?Y ahora qué? ?Lo admito? ?O insisto??

—Eh, que lo digo de verdad —dice—. No sé qué es, pero noto que conectamos de algún modo. Vamos, Adrian, seguro que tú también lo has notado, ?no?

—Crees que soy imbécil —responde Adrian. Dicho esto, se da la vuelta, sube corriendo las escaleras y Cooper se queda solo en la oscuridad, furioso y decepcionado consigo mismo.





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