—No es imposible en absoluto —le digo. Al fin y al cabo, si Murray y Ellis Hunter están bajo tierra en Grover Hills, eso quiere decir que en algún lugar hay una casa vacía que no están cuidando. Eso significa que hay un edificio vacío y Adrian tiene que estar en alguna parte; la casa de los Hunter parece una buena opción—. ?Cuánto tiempo trabajaron en Grover Hills?
Se saca un pa?uelo del bolsillo. Lleva la ropa inmaculada, aún con la camisa abrochada hasta el último botón, la corbata planchada y bien anudada, pero no creo haber visto un pa?uelo más sucio que ese en mi vida. Se lo pasa por la nuca y el pa?uelo queda húmedo.
—Empezaron a trabajar en Grove cuando yo ya llevaba allí unos a?os. Y se marcharon hace cinco o seis a?os. Menuda sorpresa saber que se largaban. Nunca supe adónde fueron. Supongo que fue entonces cuando Adrian los mató, ?no?
—No. Como mucho, hace dos semanas. A ellos y a la enfermera Deans.
Suelta un silbido, como cuando acabas de ver un coche que te gusta, capaz de alcanzar velocidades que hasta entonces ni siquiera imaginabas.
—Menuda pieza era esa mujer. Oye, hijo, no sé lo que hicieron desde que se largaron y hasta que murieron. Pero si tuviera que aventurarme, diría que nada bueno. Esos tipos eran unos cabrones. Los pacientes estaban mal, pero es que a la mayoría de ellos les faltaba un tornillo. A nadie le gustaba que fuera así, pero tampoco podías culparlos a ellos. Esos tipos, me jugaría hasta el último dólar a que siguieron haciéndole da?o a la gente después de largarse de Grove.
—?Y usted? ?Cuál es su historia?
—Mi historia es mi historia —dice antes de intentar ofrecerme una sonrisa que no acaba de encajar en su cara—. No te olvides de que hemos hecho un trato —me dice.
—Volveré —le prometo.
Intento utilizar el ordenador de la policía para buscar a los Hunter, pero en algún momento de la última hora ha quedado bloqueado, me pide una contrase?a que desconozco. Me adentro más aún en la ciudad. La tecnología de los teléfonos móviles ha relegado las cabinas de teléfono a un lugar testimonial, pero no en Christchurch, donde mucha gente sigue viviendo en la edad de piedra. Encuentro una cabina telefónica a una manzana de la comisaría de policía que hay junto al río Avon, donde cuatro adolescentes en calzoncillos se están ba?ando borrachos. En los a?os noventa, para combatir el consumo de alcohol entre los menores de edad, el gobierno redujo la edad mínima legal para el consumo de alcohol, por lo que de repente había miles y miles de jóvenes borrachos por el país que ya no infringían la ley y el problema dejó de serlo. El gobierno fue el único que no se dio cuenta de que había sido una mala idea. Lo que hicieron fue abrir las compuertas y ahora, a?os después, el país tiene uno de los problemas de consumo de alcohol por debajo de la edad legal más grandes del mundo.
Busco en la guía telefónica. Falta la mitad, pero afortunadamente es la mitad que empieza por la M. Hay casi un centenar de Hunters. Dos de ellos son los Gemelos. Compruebo las iniciales y encuentro M. y E. Hunter en la misma línea. Tal vez vivían juntos. Si hacían el resto de cosas juntos, ?por qué no tendrían que vivir juntos? Supongo que vale la pena echar un vistazo. Puesto que Botones no sabía su dirección, me figuro que Adrian tampoco debía de saberla. Y sin embargo, Adrian los encontró, lo que significa que no puede ser tan difícil. Es probable que los buscara en la guía telefónica. Probablemente vio las mismas iniciales y empezó por esos. Y yo decido hacer lo mismo.
Descuelgo el teléfono. Está pegajoso. Echo de menos mi móvil. Meto unas cuantas monedas por la ranura. Tengo que pegar el auricular a la oreja para contrarrestar el ruido de la música a todo volumen que sale de las puertas abiertas de los bares y de las ventanillas de los coches que pasan. Marco el número y no obtengo una respuesta inmediata, lo que interpreto como una buena se?al, hasta que oigo algo que es una se?al todavía mejor: salta un contestador automático.
—?Ha llamado a Ellis y Murray. En estos momentos no estamos en casa. Ya sabes cómo funciona esto, o sea que adelante, deja un mensaje si quieres.?
El coleccionista
Paul Cleave's books
- The Whitechapel Conspiracy
- Angels Demons
- Tell Me Your Dreams
- Ruthless: A Pretty Little Liars Novel
- True Lies: A Lying Game Novella
- The Dead Will Tell: A Kate Burkholder Novel
- Cut to the Bone: A Body Farm Novel
- The Bone Thief: A Body Farm Novel-5
- The Breaking Point: A Body Farm Novel
- El accidente
- Alert: (Michael Bennett 8)
- Guardian Angel
- The Paris Architect: A Novel
- ángeles en la nieve
- Helsinki White
- Love You More: A Novel