Eso me tocó una fibra sensible.
?No era exactamente así como me sentía yo con Sheila? Su muerte había sido un accidente, pero para mí sus circunstancias no tenían ningún sentido. ?No había pasado yo por lo mismo que estaba sufriendo ahora Darren Slocum? Cuando fui a buscar al profesor de su curso y a sus compa?eros, ?no estaba intentando descubrir la verdad? Cuando registré toda la casa intentando averiguar si mi mujer había escondido alcohol en lugares en los que yo no pudiera encontrarlo, ?no estaba buscando respuestas?
Si había cosas que Ann no había querido que él supiera cuando estaba viva, ?no era lógico que Darren tuviera derecho a saberlas ahora que estaba muerta?
Sin embargo, aun así no quería verme arrastrado por ese embrollo. Tenía muy claro que no quería ver a Kelly metida en algo así.
—Mira… —empecé a decir, pero antes de poder decidir exactamente qué es lo que iba a decirle, me interrumpió.
—?Por qué has llamado esta ma?ana a mi casa?
—?Cómo dices?
—Ya me has oído. Has llamado y se ha puesto mi cu?ada. Le has dicho que querías hablar con Ann. ?Por qué?
—Pues… —Todavía no estaba preparado para ser sincero con él—. Iba a preguntarle si había visto el conejito de peluche de Kelly. Hoppy. Pero después lo ha encontrado.
—Y una mierda. ?Te crees que se puede ser policía durante tanto tiempo como lo he sido yo y no darse cuenta de cuándo te está mintiendo la gente? ?Por qué has llamado? ?Kelly te ha contado lo que pasó anoche, y tú querías hablarlo con Ann?
Dije que no con la cabeza.
—Por el amor de Dios, Darren, si esa maldita llamada es tan importante para ti, ?por qué no compruebas el historial de llamadas del teléfono?
Sonrió con acritud.
—Ya lo había pensado. Y ?sabes qué? Ann borró la lista de llamadas entrantes y salientes. ?Qué te hace pensar eso? Por eso quiero hablar con Kelly.
—Mira. —Intenté adoptar un tono conciliador—. No sé qué clase de problemas teníais Ann y tú, y lo siento, fuera lo que fuese, pero a mí no me vas a arrastrar contigo. Mi hija ya ha sufrido bastante durante estas últimas semanas. Ha perdido a su madre. Los demás ni?os, tu hija no, y te lo agradezco mucho, pero los demás se han portado fatal con ella, por Sheila, por lo que hizo, porque mató a uno de los ni?os del colegio. Ahora, la madre de su mejor amiga ha muerto. Va a necesitar mucho tiempo para superar todo esto. No permitiré que la interrogues. Ni tú ni nadie.
Todo el cuerpo de Slocum pareció desmoronarse. Un momento antes parecía dispuesto a pegarme un pu?etazo; de pronto, ya no tanto.
—échame una mano con esto, hombre —dijo.
Pasaron unos segundos de silencio entre los dos. Yo sabía lo que sentía Slocum, lo desesperado que estaba por obtener respuestas.
—Está bien —dije—. Kelly y yo hablamos, después de que fuera a buscarla.
—?Sí?
—Este es el trato. Te contaré lo que me dijo, y ya está. Tú no hablarás con ella. —Me detuve, luego a?adí—: Nunca.
Slocum no tuvo que pensarlo más que un segundo.
—De acuerdo.
—Kelly estaba escondida en el armario, esperando a que Emily la encontrara, cuando Ann entró en el dormitorio para hablar por teléfono.
Slocum asintió.
—Me lo imaginaba.
—Kelly dice que la primera persona con la que habló tu mujer era…
—Espera un momento. ?La primera persona? ?Hubo más de una llamada?
—A Kelly le dio la impresión de que fueron dos. La primera persona con la que habló tu mujer debía de ser una amiga o algo así. Alguien que se había hecho da?o en la mu?eca. Ann llamaba para ver si ya estaba mejor. Después entró otra llamada y Ann la contestó.
—?O sea que la primera llamada la hizo ella? —recapituló Slocum, hablando más para sí que para mí. Después—: ?La primera llamada la hizo para preguntarle a alguien cómo se encontraba? ?Alguien que se había hecho da?o?
—Algo así, pero entonces entró una segunda llamada. Kelly dice que al principio pensó que era un comercial telefónico o algo por el estilo, porque Ann mencionó algo sobre un acuerdo. Y luego se enfadó un poco.
—?Cómo que se enfadó?
—Ann dijo algo así como: ?No digas estupideces o acabarás con un tiro en la cabeza?. Algo parecido.
Slocum intentó procesar la información.
—?Un tiro en la cabeza?
—Sí.
—?Qué más?
—Eso es todo.
—?No dijo ningún nombre? Ann tuvo que decir algún nombre.
—No, no dijo ningún nombre.
Tenía la misma expresión que si hubiera llegado a una encrucijada y no supiera qué dirección tomar. Esa nueva información solo servía para que se sintiera más frustrado aún. Me tocaba a mí hacerle una pregunta.
—?Qué narices está pasando aquí, Darren?
—Nada.
—Y una mierda —dije—. Estás metido en algún lío, y estás metido hasta el cuello.
Me dirigió una sonrisa de medio lado.
—Puede que yo no sea el único.