El accidente

Y otra.

 

No tenía ni idea de por qué se había enfadado tanto Marcus, pero descubrió algo interesante en lo que no había reparado antes.

 

Se quitó los auriculares y decidió ir a buscarlo, aunque se hubiera puesto tan de mal humor. Lo encontró en la cocina, caminando de un lado para otro.

 

—?Quieres saber algo muy raro? —le dijo.

 

—?Qué? —Marcus aún sonaba gru?ón.

 

Kelly, sosteniendo el teléfono en alto, dijo: —Que en la grabación de vídeo parece que la madre de Emily diga tu nombre.

 

 

 

 

 

Capítulo 57

 

 

Primero llamé a casa de Fiona. Después de cinco tonos, saltó el contestador.

 

—Fiona, llámame —dije. Luego lo intenté con su móvil, que dio hasta ocho tonos antes de pasar al buzón de voz—. Fiona, soy Glen. He intentado llamarte a casa y no me cogéis el teléfono. Llámame en cuanto oigas esto. A mi móvil. Llámame al móvil.

 

Después lo intenté con el móvil de Kelly. Lo tenía configurado para que a las cinco llamadas saltara el buzón. Que fue exactamente lo que sucedió.

 

—?Hola! ?Soy Kelly! ?Deja un masaje! —Su peque?a broma.

 

—Kelly, soy papá. Llámame al móvil en cuanto oigas esto, ?vale?

 

Cogí las llaves de la furgoneta. Abrí la puerta de golpe.

 

—?Se?or Garber! ?Se?or Garber!

 

En el camino que llegaba hasta el porche había una mujer rubia vestida con ropa muy elegante y blandiendo un micrófono y, junto a ella, un cámara. Había también una camioneta de los servicios informativos aparcada justo en la entrada de la casa.

 

—?Se?or Garber, nos gustaría hablar con usted! —gritó la mujer—. La policía dice que derribó usted al hombre que disparó e hirió a dos agentes de la policía de Milford, y nos preguntábamos si nos concedería…

 

—Aparten esa mierda de furgoneta de la entrada —dije mientras pasaba de largo y empujaba al cámara a un lado.

 

—Eh, cuidado, amigo.

 

—Por favor, se?or Garber, es que querríamos…

 

Subí a la furgoneta. Ni la reportera ni el cámara se habían movido hacia la camioneta, y yo no tenía tiempo que perder. Arranqué y di marcha atrás hasta la mitad del camino de entrada, después atajé por el césped, por muy poco no choqué con el árbol, y bajé el bordillo dando una buena sacudida.

 

Justo antes de poner la primera y arrancar calle abajo haciendo chirriar los neumáticos, vi a Joan Mueller de pie junto a la ventana de su sala de estar, contemplando todo el espectáculo.

 

Mientras el motor rugía, me dije que en cierto modo todo tenía sentido. Marcus había conocido a Ann Slocum en la fiesta de bolsos de nuestra casa, y yo sabía que Ann lo había cautivado. Si Marcus había empezado a verse con ella…

 

?Le habría hecho Ann la misma jugada a Marcus que a George? Supongamos que habían empezado a verse y que luego ella lo había amenazado con hacerle saber a Fiona que le estaba siendo infiel. ?Le habría dicho que estaría encantada de guardar silencio a cambio de dinero?

 

?No era eso lo que decía en el vídeo? él pagaba y conseguía algo a cambio. Su silencio. Estaba claro que Marcus había intentado llegar a algún nuevo acuerdo con ella. ?Una forma de reducir los pagos del chantaje, quizá?

 

Por eso quería verla.

 

Ann había salido de casa aquella noche para encontrarse con Marcus.

 

Aceleré en dirección a la autopista, pasando los semáforos en ámbar, saltándome todas las se?ales de stop. Cuando llegué a la entrada de la 95 en dirección oeste pisé el acelerador a fondo. Darien quedaba a media hora de trayecto. Yo esperaba poder hacerlo en diez minutos menos si el tráfico me lo permitía. No es que la furgoneta estuviese preparada precisamente para alcanzar grandes velocidades, pero sí que podía llegar a los ciento treinta kilómetros por hora, o algo más si la apretaba.

 

Me pregunté por qué nadie me contestaba al teléfono.

 

O sea, que Ann va al puerto a ver a Marcus. Tienen algún tipo de discusión junto al muelle. Ann acaba muerta.

 

Sentía una certeza absoluta. Marcus Kingston había matado a Ann Slocum.

 

Pero ?significaba eso que también había tenido algo que ver con la muerte de Sheila? Con el paso del tiempo había acabado por convencerme de que ambas muertes estaban relacionadas.

 

?Era posible que Marcus hubiera preparado de alguna forma el accidente que se había cobrado la vida de Sheila? ?La había emborrachado? ?Había dejado su coche en mitad de aquella salida y había esperado a que alguien chocara contra ella?

 

Si había sido él, ?por qué? ?Sabía Sheila que Marcus tenía una aventura con Ann? ?Le había amenazado con contárselo a su madre y Marcus la había matado para impedir que se fuera de la lengua?

 

Joder, no tenía la menor idea.

 

Lo único que sabía con seguridad era que mi hija se encontraba en la misma casa que Marcus. Un hombre al que de pronto creía capaz de hacer algo horrible.