—?Y?
—Sí, no pillo por qué estás tan disgustado.
Por un instante, pienso que igual está bromeando, pero Tiffany ni se inmuta.
—Estoy disgustado porque ahora Nikki se enfadará cuando le cuente lo que sucedió. Estoy disgustado porque me he decepcionado a mí mismo y seguramente el período de separación ahora será mayor porque Dios querrá proteger a Nikki hasta que yo sepa controlarme, pues Nikki es pacifista, y esa es la razón por la cual no quería que fuera a los pendencieros partidos de los Eagles. Dios, echo tanto de menos a Nikki, duele tanto…
—Que le den a Nikki —dice Tiffany, y luego se mete otra cucharada de cereales en la boca.
Yo la miro.
Ella mastica tranquilamente.
Se traga los cereales.
—?Perdona? —le digo.
—Me parece que el aficionado de los Giants era un gilipollas. Lo mismo que tu hermano y Scott. Tú no empezaste la pelea, solo te defendiste. Si Nikki no puede soportar eso, si Nikki no va a apoyarte cuando te sientes mal, pues entonces que le den…
—No vuelvas a hablar así de mi mujer —digo notando la furia en mi voz.
Tiffany pone los ojos en blanco.
—No permitiré a ningún amigo mío hablar así de mi mujer.
—Tu mujer, ?eh? —dice Tiffany.
—Sí, mi mujer, Nikki.
—Ah, quieres decir tu mujer, Nikki, la que te abandonó mientras estabas en una institución mental. ?Por qué no está tu mujer, Nikki, ahora contigo, Pat? Piénsalo. ?Por qué estás comiendo cereales conmigo? Solo piensas en satisfacer a Nikki y, aun así, la preciosa Nikki no parece pensar en ti. ?Dónde está? ?Qué está haciendo ahora Nikki? ?Crees que realmente está pensando en ti?
Estoy demasiado sorprendido para responder.
—Que le den a Nikki, Pat. ?Que le den! ?QUE LE DEN! —Tiffany da una palmada contra la mesa y hace que se tambalee el bol de cereales—. Olvídala. Se ha ido. ?Es que no lo ves?
La camarera se acerca a nuestra mesa. Pone los brazos en la cadera, presiona los labios y me mira a mí y después a Tiffany.
—Eh, se?orita malhablada —dice la camarera.
Cuando me doy la vuelta, me doy cuenta de que los otros clientes están mirando a mi amiga.
—Esto no es un bar de mala muerte, ?de acuerdo?
Tiffany mira a la camarera y sacude la cabeza.
—?Sabe qué? Que le den a usted también. —Dicho esto, se levanta y sale del restaurante.
—Solo estoy haciendo mi trabajo —dice la camarera—. ?Jesús!
—Lo siento —digo, y le doy a la camarera todo el dinero que tengo, es decir, veinte dólares. Mi madre solamente me ha dado eso cuando le he dicho que iba a llevar a Tiffany a tomar cereales. Yo le he pedido dos billetes de veinte pero mi madre me ha dicho que no podía darle dos billetes de veinte a la camarera por un plato que costaba cinco, a pesar de que le he explicado a mamá lo de dar más propinas.
La camarera dice:
—Gracias, chico, pero será mejor que vayas tras tu novia.
—No es mi novia —digo—, solo es una amiga.
—Lo que sea.
Tiffany no está fuera del restaurante.
La veo calle arriba alejándose de mí.
Cuando la alcanzo le pregunto qué le sucede.
No contesta y sigue corriendo.
Al final, terminamos corriendo el uno junto al otro de vuelta a Collingswood, todo el camino hasta casa de sus padres. Cuando llegamos, Tiffany se dirige a la puerta trasera sin siquiera decir adiós.
EL FINAL TáCITO
Esa noche trato de leer La campana de cristal, de Sylvia Plath. Nikki solía hablar de lo importante que era la novela de Plath y decía: ?Debería ser obligatorio para todas las mujeres jóvenes leer esa novela?.
Conseguí que mamá la sacara de la biblioteca sobre todo porque quería entender a las mujeres, los sentimientos de Nikki y todas esas cosas.
La cubierta del libro me recuerda a los libros para chicas. Es la imagen de una rosa seca colgada boca abajo por encima del título.
La novela comienza con una alusión a la ejecución de los Rosenberg, por lo que me temo que va a ser una lectura deprimente. Lo imagino porque como profesor de historia sé lo deprimente que fue el Temor Rojo y el macartismo. Poco después de mencionar a los Rosenberg, el narrador empieza a hablar de cadáveres y de ver cuerpos muertos durante el desayuno.
El personaje principal, Esther, ha conseguido una beca para una revista de Nueva York, pero está deprimida. Utiliza nombres falsos cuando conoce a hombres y trata de acostarse con ellos. Esther está enamorada de un chico llamado Buddy que la trata muy mal y que le hace sentir que lo que debe hacer es dedicarse a tener ni?os y ser un ama de casa en vez de ser escritora, que es lo que ella quiere.