Entrelazados

Pero no era Mary Ann, sin lugar a dudas.

Aquella chica era más alta, y tenía una cara de portada de revista. Sus ojos eran enormes, azules, de largas pesta?as. Tenía la nariz peque?a, y la boca en forma de corazón, carnosa y roja. Su piel era blanca como la nieve. El pelo, largo hasta la cintura, ligeramente rizado, tan negro que parecía te?ido de azul.

?Era aquello una visión, o estaba allí de verdad?

Había un chico muy alto tras ella, que tenía un aspecto amenazador. Estaba bronceado y tenía muchos músculos.

Ambos iban vestidos de negro. El chico llevaba una camiseta y unos pantalones de pinzas, y la chica una especie de vestido. Se le sujetaba a un hombro como si fuera una toga, y dejaba el otro desnudo. Tenía un cinturón de eslabones plateados y le llegaba hasta los tobillos.

Lo estaban mirando fijamente. El chico con una expresión amenazante, y la chica con curiosidad.

Como no sabía qué podía hacer, saludó con la mano.

Ninguno de los dos respondió.

—Aden —dijo Dan—, ?a quién estás saludando? Vamos.

—Pero…

Se volvió con intención de pedir unos minutos. Tenía que saber si aquellos dos eran reales. Sin embargo, Dan le estaba haciendo se?as hacia la furgoneta, con una expresión de impaciencia bajo el sol ardiente. Shannon ya estaba dentro. Aden miró hacia los árboles otra vez, pero ellos ya habían desaparecido.

—?Los habéis visto? —susurró.

??A quién??, preguntó Eve. ??A la bruja y al forzudo??.

Entonces, eran reales. Aden tuvo que contener un grito de alegría. Ella estaba allí. Por fin había llegado. ?Quién era? ?Cómo se llamaba? ?Por qué había ido? ?Cómo lo había encontrado? ?Por qué?

?Cuándo iba a volver a verla?

Elijah suspiró.

??Te acuerdas del mal presentimiento que tuve cuando seguiste a esa chica la semana pasada? Bueno, pues tengo un presentimiento peor acerca de esos dos. Pero sí, sé que vas a seguir con esto. Ella es la muchacha de tus visiones?.

??Hemos tenido visiones de ella? ?Dónde estaba yo? Porque vaya, es guapa. Lo diré oficialmente?, prosiguió Caleb, ?estoy excitado?.

Aden puso los ojos en blanco.

—Aden —dijo Dan—. Estoy sudando. Vamos.

Aden se obligó a ir hacia la furgoneta, conformándose con pensar que iban a volver. Algún día, ella y él iban a besarse. Elijah había predicho su llegada, después de todo, y había sucedido. Y el beso también sucedería. Aden sonrió.

—?Qué pasa? —le preguntó Dan.

—Estoy emocionado —dijo, y era la verdad.

—?Por ir de c-c-compras? Vaya una chi-c-ca —murmuró Shannon.

A Aden no le importó. No iba a permitir que nada le estropeara el buen humor.

Hicieron el trayecto de veinticinco minutos hasta Tri City en silencio. Aden utilizó todos los segundos en intentar encajar las piezas de lo que había sucedido. Como la chica, su chica, y el chico eran reales, eso significaba que ella había ido a visitarlo en sue?os mientras estaba enfermo. Se había preocupado por él. Había querido hablar con él, que él le respondiera algunas preguntas.

Quería saber cómo había conseguido él… ?Qué era lo que había dicho? ?Cómo había conseguido llamar a su gente? Aden frunció el ce?o. ?A qué gente? él no había llamado a nadie.

?Y quién era el chico? ?Era su hermano? No se parecían en nada, pero eso no tenía nada que ver. ?Eran sólo amigos? ?O estaban saliendo juntos? Apretó los pu?os. De acuerdo. Había una cosa que sí podía estropear su buen humor.

?Cari?o, ya me doy cuenta de cómo trabaja tu cerebro?, dijo Eve. ?Me estás dando dolor de cabeza?.

—Lo… —apenas tuvo tiempo de callarse antes de pedir disculpas en voz alta.

Cuando Dan se detuvo ante el centro comercial, les dijo:

Gena Showalter's books