Al final, la fiebre pasó, y las alucinaciones cesaron. Dejó de sudar, y sus músculos dejaron de contraerse, y se quedó débil y hambriento. Se levantó de la cama, vestido únicamente con un par de calzoncillos cuyo sudor se le había secado contra la piel. Había ocultado la peor parte de sus dolores, conteniendo los gemidos dentro de la cabeza. Cualquier cosa por evitar los hospitales, las preguntas y los exámenes de los médicos. Dios, las preguntas.
Lo habían excusado de acudir a las sesiones de tutoría y del trabajo en el establo durante toda la semana. Dan lo había visitado regularmente, sin embargo, con una expresión de preocupación y de desconfianza al mismo tiempo. Si habían hablado de lo que estaba sucediendo, Aden no lo recordaba. Lo único que recordaba era que Dan le había preguntado si sabía algo de la profanación del cementerio. Parecía que la televisión había dado la noticia que él temía. Aden había contestado que no.
Se comió el sándwich de mantequilla de cacahuete que le había dejado Dan durante la visita de aquella ma?ana. Con el estómago más calmado, se duchó rápidamente y se puso unos pantalones vaqueros y una camiseta gris. Dan iba a llevarlos de compras a Shannon y a él. Eso también lo recordaba. Era algo que Shannon no había hecho nunca, y a Aden sólo se le ocurría un motivo para hacer tal viaje: Dan iba a permitirles que asistieran al instituto Crossroads High.
Alguien llamó a su puerta, y después, Shannon asomó la cabeza. En sus ojos verdes no había ninguna emoción.
—Ya-ya-ya es ho-hora de salir.
Sin esperar la respuesta de Aden, se dio la vuelta y se alejó.
Una a una, las almas despertaron, se estiraron y suspiraron. Estupendo.
??Qué ocurre??, preguntó Eve.
—Vamos a hacer compras para el instituto —dijo él en voz baja, mientras salía de su habitación—. Hablaremos después, ?de acuerdo?
Ozzie y Seth estaban frente a la puerta de su habitación, cruzados de brazos. Todo el mundo tenía compa?ero de habitación, salvo Aden. Nadie quería compartir cuarto con el chiflado, y a él le parecía muy bien.
—?Hablando solo otra vez? —le preguntó Seth con una carcajada—. ?Por qué? No es que seas tan estimulante.
Aden alzó la barbilla e intentó pasar por delante de ellos.
Ozzie lo agarró del brazo y lo detuvo.
—?Adónde crees que vas, loco? Te has estado escondiendo últimamente, y tenemos que hablar de unas cuantas cosas.
Aden miró al chico mientras sentía un terrible impulso de atacarlo. No le gustaba que lo amenazaran así. Demasiadas veces, en demasiadas instituciones, lo habían sujetado y le habían golpeado.
?No puedes permitirte el lujo de pelearte a pu?etazos con Ozzie?, dijo Eve.
Si Ozzie seguía presionándolo así, Aden no iba a poder contenerse. Se le estaba acabando la paciencia. Atacaría. Y no jugaría limpio. Sus dagas estaban presionándole los tobillos, esperando.
—Suéltame —rugió.
Ozzie se quedó sorprendido, pero no lo soltó.
—Será mejor que estés hablando con uno de tus amigos invisibles, chiflado, o te juro que te voy a hacer pedazos mientras duermes.
Seth se echó a reír.
Aden apretó los dientes.
?Lo digo en serio, Aden. No te enzarces en una pelea con él?, dijo Eve.
?Si sigues por este camino, tal vez no llegues al primer día de instituto?, le advirtió Elijah. ?Y si no llegas al primer día de instituto, no verás a la chica?.
Aden tiró del brazo y se zafó de Ozzie, y se alejó sin decir una palabra más.
—Mira cómo corre el gallina —le dijo Ozzie.
A Aden le ardieron las mejillas, pero no se dio la vuelta. Era mejor que pensaran mal de él que demostrarles lo mucho que se equivocaban. Porque en la demostración alguien resultaría herido, y no sería él. Y, tal y como Elijah le había recordado, Mary Ann y el instituto público estaban en el horizonte. Aden tendría que ser bueno y evitar los problemas como si fueran un cementerio.
Fuera, Aden tuvo que entrecerrar los ojos para protegerse de la intensidad del sol. Buscó la furgoneta de Dan, y fijó la mirada en una fila de árboles que había junto a la casa principal. Entonces se quedó con la boca abierta. Allí, entre las sombras, estaba la morena. Su morena. La de sus visiones.