Y me giré hacia delante, cabreado. Noté que ella me miraba fijamente unos segundos antes de hacer lo mismo, furiosa.
En cuanto llegamos, Joey vino casi corriendo, furiosa, hablando de horarios y quejándose de habíamos tardado demasiado. Me quedé al margen mientras arreglaba el maquillaje a Vivian a toda velocidad e indicaba a los demás por dónde ir.
—Vale, respondemos unas cuantas preguntas y entramos —nos dijo Joey—. No hay tiempo para más.
—Si Ross no se hubiera entretenido... —murmuró Vivian.
No dije nada. La verdad es que últimamente era muy fácil ignorarla.
Sin embargo, cuando Vivian salió con mis padres hacia la zona de los periodistas, Joey me detuvo por el brazo.
—Oye, Ross —me miró con gesto severo—, no sé que pasa contigo y Vivian, pero no puedes mirarla como si te aburriera en las fotos.
—Es que me aburre.
—Bueno, a mí me da igual, pero a la prensa no —aclaró, enarcando una ceja—. Créeme, si no quieres que seáis portada ma?ana en todas las revistas de cotilleo, haz el esfuerzo de no apartarte cada vez que se acerca a ti. O, al menos, no pongas cara de asco.
Puse los ojos en blanco, cansado.
—?Y si me acerco a ti, Joey? —insinué con media sonrisita.
—Entonces, te daré una patada —me aseguró, divertida—. Venga, vete a hablar con esos buitres.
Así llamaba cari?osamente a esos reporteros que prácticamente te clavaban el micrófono en la cara.
Me acerqué a ellos. Estaban hablando con mi padre. Suspiré cuando Vivian me puso una mano en la nuca y, en contra de mi voluntad, no me moví. Solo eché una ojeada a Joey, que asintió con la cabeza.
Mientras hablaban con Vivian y con mis padres, eché una ojeada al cartel de la película y no pude evitar poner una mueca. ?En qué momento había creído que Vivian podía representar a Jen? No tenía su expresión inocente. Ni sus ojos casta?os brillantes. Ni los labios sonrosados. No tenía nada de ella.
—Ross —Joey casi me empujó contra los periodistas—. Vamos, tienes que hablar con ellos aunque sea cinco minutos.
—Cinco minutos —aclaré.
—?Vale, vale, pero di algo!
Solté una palabrota entre dientes y me acerqué a ellos, que casi se lanzaron sobre la valla para empezar a hablarme todos a la vez. Puse una mueca y, por enésima vez, me pregunté por qué no me había quedado en casa con Jen.
—?Podéis hacer las preguntas de uno en uno? —mascullé.
Para mi sorpresa, lo hicieron. Bueno, un peque?o consuelo.
—?Te sientes nervioso al saber que tu película va a proyectarse en tu ciudad natal? —me preguntó uno.
Le puse mala cara.
—No.
—?Cómo te sientes? ?Orgulloso? ?Preocupado? —preguntó otro.
Le puse mala cara.
—Indiferente.
—?Qué piensas del resultado final de la película? ?Te sientes orgulloso del proyecto? —y otro más.
Le puse mala cara.
—Supongo.
—?Hay algún cambio que te gustaría hacer? —y otro. ?De dónde salían tantos periodistas?
Le puse mala cara.
—No.
—?Has venido sin acompa?ante? —preguntó otro—. ?Te acompa?a Vivian Strauss?
Le puse mala cara.
—No.
—Dicen que mantienes una relación con ella, ?es eso...?
Esta vez no le puse mala cara, sino expresión de asesino.
—No.
Vale, pareció captar la indirecta, porque se apartó para dejar a los demás acercarse. Sin embargo, una chica no pareció quedarse tan contenta con la respuesta.
—?Hay alguien importante en tu vida? —me preguntó.
—Preguntas sobre la película, por favor —dijo Joey, salvándome de lanzar el micrófono de la chica al otro lado del recinto.
—Ross —otro me hizo gestos para que me centrara en él—, ha rumores de que la historia de la película es una historia real. ?Es verdad eso?
Bueno, alguien tenía ganas de morir.
Intenté calmarme antes de responderle con toda la paz interior que pude reunir, que fue más bien poca.
—?La has visto? —enarqué una ceja.
—?Eh? —él parpadeó, confuso.
—?La has visto? —insistí, dando un paso hacia él—, ?has visto la película?
—No... bueno, iba a verla ahora y...
—?Y por qué te crees los rumores si ni siquiera la has visto?
Joey se aclaró significativamente la garganta detrás de mí y suspiré cuando tiró de mi brazo hacia la entrada del establecimiento, disculpándose con los periodistas. En cuanto estuvimos lejos de ellos, se detuvo y negó con la cabeza.
—Y así es como se conquista a la prensa —murmuró, divertida.
—Ahora tendrán algo de lo que hablar —me encogí de hombros.
—Ross... —se detuvo y me miró de arriba abajo, confusa—. Sabes que nunca me meto en lo que haces, pero... ?no te parece que deberías estar un poco más animado? Es tu premiere.
?Debería? Me pasé una mano por la nuca, incómodo, y me encogí de hombros.
—Estoy bien —me limité a decir.
—?Vivian se ha puesto en modo irritante por el camino? —Joey enarcó una ceja.
—Sí, pero ya estoy acostumbrado. Solo... creo que me iré más temprano.
Eso pareció descolocarla por completo.
—?Qué? De eso nada. Tienes que dejarte ver por la fiesta de después, Ross, es en tu honor.
—No quiero ir a ninguna fiesta.
—?Prefieres ir a casa? —preguntó, escéptica.
Prefería ir con Jen.
—Sí —le dije, sinceramente.
Joey pareció querer decir algo, pero los due?os del establecimiento empezaron a hacerle gestos frenéticos.
—Mierda, ya va a empezar la película —empezó a empujarme hacia la sala—. Venga, o llegarás tarde.
Puse los ojos en blanco, pero hice lo que me decía.
Después de una ronda de aplausos cuando los actores principales, el productor y yo nos quedamos de pie delante de la pantalla para presentar la película, fui a sentarme algo desganado al lugar que tenía una marca con mi nombre. Estaba entre mi madre y Will, mis invitados. Los demás actores también estaban ahí con su familia. Incluso los padres de Vivian habían venido.
Mamá sonrió cuando me senté a su lado y me colocó mejor la corbata que yo mismo había descolocado hace un momento.
—?Estás nervioso? —me preguntó en voz baja.