Tres meses (Meses a tu lado #3)

Vi que Jen se ponía de pie y empezaba a abrazarlos con fuerza, emocionada. Yo seguía clavado en mi lugar sin ser capaz de reaccionar.

—?Enhorabuena, chicos! —les dijo Jen con un deje de emoción en la voz—. ?Seréis unos padres increíbles!

Will echó una ojeada divertida a Sue.

—Y, si no, tía Sue se encargara del bebé.

—?A mí no me dejéis a cargo del bicho! —protestó ella al instante.

Tampoco lo había asumido cuando estuvimos en el coche. Sue volvió a sentarse entre Jen y yo. Le eché una ojeada molesta a Jen cuando vi que sonreía a su móvil, escribiendo algo. Supuse que a Charlie.

Maldito y estúpido Craig.

Bueno, concentración. Tenía que hablar con Will.

En cuanto estuvimos en la fiesta, lo enganché del brazo y lo aparté de los demás. Nos quedamos en un rincón de la cocina mientras nuestros queridos acompa?antes brindaban por el bebé. Naya brindó con agua, claro.

Miré a Will como si esperara que confirmara si era cierto o no. él tenía una peque?a sonrisa de idiota en los labios.

—Bueno, ?qué? ?No vas a darme la enhorabuena?

—P-pero... ?es verdad?

—Claro que es verdad, idiota, ?te parece que vamos a bromear con eso?

—?Y yo qué sé? ?No entiendo nada!

—Ven aquí, tío Jackie —bromeó, divertido.

Sonreí cuando me abrazó y me separé, negando con la cabeza.

—No me lo puedo creer. Vas a ser padre.

—Yo sigo sin creérmelo del todo, por si te sirve de algo.

—Pero... —bajé la voz, extra?ado—, ?ha sido a propósito o...?

—A ver —suspiró—, puede que haya sido un peque?o accidente... pero eso no quiere decir que el accidente no sea bienvenido. Siempre quise ser padre joven.

—Ya, pero... ?tan joven?

—?No me dices siempre que parezco un viejo cuando hablo? —preguntó, divertido.

Vale, en eso tenía razón. Negué con la cabeza, todavía medio perplejo.

—Bueno, mientras no dejes al pobre crío a solas con Naya... todo saldrá bien.

—Naya lo hará bien —me aseguró él, sacudiendo con la cabeza.

—Ya, ya. ?Te acuerdas de esa vez que arrancó la cabeza a una mu?eca, hace a?os? Bueno, mejor vigila a ese pobre crío.

él se echó a reír, divertido.

—Serás papá Willy Wonka —murmuré—. Y yo voy a ser tío Jackie. ?Por qué de repente me siento como si tuviéramos cincuenta a?os?

—Para mí siempre tendrás cinco a?os mentales, no te preocupes.

—Gracias, papi Willy. Espero que cambies los métodos de motivación personal cuando se trate de tu bebé.

Will sonrió y pareció querer decir algo más, pero se detuvo cuando miró por encima de mi hombro. Me giré instintivamente y sentí que se me tensaba el cuerpo entero cuando vi que el idiota de Craig iba directo a Jen, que se había ruborizado.

?Por qué... se tenía que ruborizar con ese idiota?

Puse mala cara, resentido con el mundo.

—Cálmate —me recomendó Will.

—Si estoy muy calmado —le aseguré—. Solo tengo ganas de matar a alguien, pero por lo demás estoy completa y absolutamente calmado.

—Ross —atrajo mi atención, muy serio—. Te he visto los ojos. Sé cómo te pones cuando estás... así. Ten cuidado con lo que haces.

Fruncí el ce?o al instante, dolido.

—?Te crees que quiero hacerle da?o a Jen?

—No físicamente —remarcó.

Le puse mala cara y aparté la mirada.

—Mira, sé que te hizo da?o, pero hacerle da?o tú a ella no hará que te sientas mejor.

—?Y si se lo hago a Caleb? —ironicé.

—El amigo de Jenna no tiene la culpa de nada que haya pasado entre vosotros dos. Y lo sabes.

Sí, vale, lo sabía, pero estaba frustrado. Y más lo estuve cuando vi que Craig apoyaba la mano descaradamente en el hombro de Jen y ella se acercaba a él.

Vale, necesitaba acercarme antes de que me explotara la cabeza de fruncir tanto el ce?o. Ya era cuestión de vida o muerte.

Creo que lo que más me irritó fue que, cuando llegué, todos estaban riendo. Dejé la cerveza algo más bruscamente de lo que pretendía en la encimera, junto a Jen, y los tres se giraron hacia mí al instante.

—?Ross! —Naya sonreía, entusiasmada, echando miraditas a Jen—. ?Te acuerdas del amigo de Jenna?

?Que si me acordaba? Como si pudiera olvidarlo. Maldito Charlie.

Le puse mi peor cara y él se encogió, avergonzado.

—Sí —mascullé como un ni?o peque?o.

Naya los se?aló felizmente.

—Mira, estaba diciéndoles lo buena pareja que hacen, ?qué opinas tú?

Opinaba que quería tirarme por la ventana, pero no creo que esa respuesta fuera a gustarle demasiado.

Charlie quitó la mano de encima de Jen y se apartó un paso, algo intimidado.

—?Qué tal?

Fui a responder, pero Jen se me adelantó.

—No hace falta que le hables —musitó, enfadada.

Enarqué una ceja al instante.

Así que la se?orita pantaloncitos sexys quería guerra, ?no?

Perfecto. Iba a tenerla.

—Pues muy bien —le dije a su amiguito, ignorándola—. Hace mucho que no nos vemos. Y eso que has quedado muchas veces con Jennifer.

—No hemos quedado tanto —aseguró él, incómodo.

—Oh, demasiado.

—Jack —ella me miró, enfadada.

Ese nombre dicho por ella hizo que todo empeorara. Todo. Apreté los dientes, enfadado.

—Es Ross.

—Ugh, cállate.

—Solo estoy hablando con él.

—No, estás siendo un maleducado.

La miré fijamente. Ella también me miró fijamente. Cada uno estaba más enfadado que el otro.

—No pasa nada —aseguró Charlie de fondo, aunque para mí su existencia ya había pasado a un segundo plano.

Noté que Will se acercaba, pero no despegué los ojos de Jen. Ella tampoco lo hizo. Parecía furiosa.

Le brillaban los ojos incluso cuando estaba enfadada conmigo.

Will intentó sacar conversación, o eso creo. Me daba igual. Solo podía pensar en cierta se?orita que, finalmente, rompió el contacto visual entre ambos. La seguí inconscientemente a la nevera, donde vi que iba con todas las intenciones de agarrar una botella de alcohol. La cerré impulsivamente y ella se giró hacia mí, sorprendida y enfadada a partes iguales.

—?Qué haces? ?Podría haber perdido la mano!

Puse los ojos en blanco.

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