Casi se me olvidó por qué estaba enfadado cuando se acercó tanto a mí que su nariz prácticamente rozó la mía. Tragué saliva.
—?Quieres que haga yo una lista con todo lo que has hecho durante este a?o? ?Y que avise a cada chica con la que salgas de ahora en adelante? ?Porque seguro que tendría trabajo hasta el maldito a?o que viene!
Espera, ?eso se creía? ?Que me había puesto a salir compulsivamente con chicas? ?En serio?
Intenté interrumpir, pero justo en ese momento entró Mike con toda la tranquilidad del mundo. Estaba sonriendo, el muy idiota.
—?Hola, familia!
Lo ignoré completamente. Solo quería centrarme en Jen.
—?No es lo mismo! —espeté.
—?ES EXACTAMENTE LO MISMO!
—?NO LO ES!
Mike se quedó mirándonos, confuso.
—?Es la marihuana que me ha jodido el cerebro o esa es...?
—?ES LO MISMO, JACK! —me gritó Jen, y sentí que una parte de mí se revolvía al escuchar ese maldito nombre.
—?NO, NO LO ES!
—??Y cuál es la jodida diferencia?! ??Que tú solo te acuestas con ellas y a mí eso no me interesa?!
—?DEJA DE HABLAR ASí DE MAL!
—?ESPERA, QUE AHORA V AA DARME CLASES DE PROTOCOLO EL PSICóPATA QUE HA ENTRADO EN MI DUCHA ESTANDO YO DESNUDA!
Escuché a esos idiotas decir algo, pero no me importó. Jen había intentado agarrar la cerveza otra vez. Yo la esquivé. Eso pareció colmar su poca paciencia restante.
—?DAME MI MALDITA CERVEZA DE UNA VEZ, JACK!
—?ES ROSS!
—Oh, ?ahora te enfadas si te llamo por tu nombre? ?Pues te seguiré llamando así hasta que me devuelvas mi maldita cerveza!
—?Dime cómo se llama el idiota con el que quieres salir!
—?Jack, déjalo ya o...!
—?Es Ross!
—?Es Jack!
—?Ross!
—?JACK!
—?ROSS!
—?JACK, JACK, JACK, JACK! —de repente, me sacó la lengua y yo parpadeé, perplejo—. Jódete.
No pude evitar esbozar una peque?a sonrisa cuando se fue muy indignada hacia el sofá con Mike.
La borré al instante en que Will me levantó y bajó las cejas con su cara de ?ves como sigues coladito por ella?.
No seguía sintiendo nada por nadie. Y menos por ella.
La seguí, todavía enfurru?ado, y me planté delante de ella. Se había sentado junto a Mike, que levantó las manos en se?al de rendición.
—Yo sigo sin entender qué está pasando.
No se había molestado en venir desde que se había enterado de que estaba mal... ?y ahora se presentaba? ?En serio?
Por mí, se podía ir a la mierda.
—Fuera —le espeté, se?alando el sillón con la cabeza.
En cuanto hizo un ademán de levantarse, Jen lo sujetó del brazo para volver a sentarlo.
—?No tiene por qué moverse! —me entrecerró los ojos, indignada.
—?Fuera! —insistí. Ya era algo personal.
—?No!
—Eh... —Mike nos miró a ambos sin saber qué hacer.
—?He dicho que quiero sentarme ahí! —protesté.
Muy maduro.
—?Pues yo no quiero sentarme contigo! —me espetó Jen—. ?Así que ve a tu maldito sillón!
—?No pienso ir al sillón, él lo hará!
—?No, él estaba aquí primero que tú!
—Chicos —intentó decir Mike—, no me importa ir a...
Jen y yo nos giramos hacia él a la vez.
—?CáLLATE!
—?Estás comportándote como una ni?a peque?a! —le grité a Jen.
—?Y Tú COMO UN PSICóPATA!
—?INFANTIL!
—?PSICóPATA!
—?PESADA!
—?IMBéCIL!
—?CABEZOTA!
—?PERVERTIDO!
—Esto es oro puro —escuché que decía Sue por ahí atrás.
Y yo, por mi parte, decidí pagar mis frustraciones sentimentales con el idiota de Mike.
—?LEVáNTATE DE UNA VEZ DE AHí, MIKE!
—?NO TIENE POR QUé HACERLO SI NO QUIERE! —insistió Jen.
—?ES MI CASA!
—?PUES éL HA LLEGADO PRIMERO, ASí QUE TE JODES!
—??VES COMO ERES UNA NI?A?!
—?Y Tú UN PESADO!
—?Y Tú UNA...!
—?Se acabó! —me interrumpió, poniéndose de pie y dejándome con las ganad de llamarla infantil—. ?Cenad vosotros, se me ha quitado el hambre!
Me quedé mirando cómo desaparecía por el pasillo y, ni siquiera con el cabreo que llevaba encima, fui capaz de resistirme a mirar sus pantaloncitos.
—Ross —Will me miró—, creo que es un buen momento para ir a fumar, ?no?
—Sí —musité.
Subí las escaleras antes que él y me quedé esperándolo en la azotea, dando vueltas como un idiota mientras me encendía un cigarrillo. él no tardó demasiado en subir conmigo.
—Bueno —se detuvo a mi lado y me miró con esa cara que re?irme que tanto odiaba—, ?algo que decir?
Me enfurru?é como un crío, apartando la mirada.
—No.
—Ya. ?No quieres comentar nada sobre ese repentino ataque de toxicidad que te ha invadido, entonces?
—No ha sido... no soy... cállate, ?vale?
Me di la vuelta, todavía enfurru?ado, y di vueltas por el lado contrario de la azotea. él no dijo absolutamente nada, solo me juzgó con la mirada durante todo el rato que tardé en volver hacia él con el ce?o fruncido.
—?Cómo que toxicidad? —inquirí—. Tampoco ha sido para tanto... ?no?
Incluso yo me di cuenta de que sí mientras lo decía. Le puse mala cara.
—No me juzgues con la mirada. Eres un pesado.
—No he dicho nada —se encogió de hombros, muy tranquilo.
—?No hace falta que lo digas para que vea esos ojos de Ross, eres un cerdo!
—Eso te lo ha dicho ella —sonrió, divertido.
—Pero a ella le gusta Pumba, a lo mejor era un cumplido y no me he dado cuenta.
Will empezó a reírse de mi estupidez y negó con la cabeza.
—Mira, di lo que quieras, pero no me había reído contigo en todo este a?o —murmuró—. En el fondo, creo que te gusta que Jenna esté aquí.
—No es verdad, la odio.
—Sí, claro. Y yo soy blanco.
—Siempre con la misma bromita...
—Si no te gusta, no te rías.
—No lo entiendo, ?por qué te preocupas tanto de lo mío con Jen? —me corregí casi al instante—. Es decir... de lo que tuve con ella. No ahora. Porque ahora no hay nada. No la soporto.
—Ajá —sonrió.