Hice una pausa, intentando controlar el temblor en mi voz. Tras unos segundos, saqué las bolsas de cocaína y se las ense?é. Ella apartó la mirada. Le caían lágrimas por las mejillas, pero no dijo nada.
—?Qué? ?No querías verlo?
—Jack, estás siendo muy injusto.
—?Injusto? —repetí, casi riendo.
Me volví a meter las bolsitas en el bolsillo y fui hacia la puerta principal.
—Ya nos veremos cuando todo vuelva a estar bien, ?no?
—Jack, no te vayas, por favor, yo...
—No te preocupes, mamá, estoy acostumbrado a no verte en mis peores momentos.
***
No me lo había tomado.
No sé por qué, pero no lo había hecho.
Me acomodé en la sillita de la azotea y terminé de fumarme el cigarrillo. La imagen de mi madre llorando me venía a la mente una y otra vez. Y me sentía como una mierda.
—Mira a quién tenemos aquí... ?el mejor director de la ciudad! ?Podemos hacernos una foto? ?O mejor me firmas una teta?
Me giré, confuso, hacia Sue. Ella me dedicó media sonrisa antes de dejarse caer en la silla vacía que tenía al lado y robarme una cerveza.
No pareció darse cuenta de que la estaba mirando fijamente hasta que pasó un minuto entero.
—?Qué? —preguntó.
—?Qué haces aquí, Sue?
—Beber cerveza y verte la cara de amargado.
—Me refiero a aquí arriba. Nunca subes.
—Lo hago en las ocasiones especiales.
—?Y se puede saber qué tiene esta ocasión de especial?
No respondió. Solo se cruzó de piernas y se acomodó mejor en la silla. Suspiré y miré al frente. La verdad es que no estaba de humor para hablar con nadie.
—Además —murmuró ella—, te recuerdo que lo de subir estas sillas aquí arriba fue idea mía.
Esta vez reaccioné y sonreí un poco.
—Sí. Pero ya han pasado casi tres a?os desde eso.
—Lo hice cuando llegué.
—Todavía me acuerdo —la miré de reojo—. Estabas menos amargada que ahora.
—Es que el motivo de mi amargura sois vosotros y todavía no sois conscientes de ello.
—Si tanto te amargáramos, ya te habrías ido.
Se encogió de hombros.
—Vine aquí porque, en todos los anuncios del tablón de la universidad, era el piso que estaba más cerca.
—Oh... ?y no fue por mi encantadora compa?ía?
—Te recuerdo, querido Ross, que solo dijiste que sí porque no querías vivir con alguien que te atrajera sexualmente.
—?No lo dije así!
—Ah, bueno —imitó mi voz—, eres una chica, pero eres un poco rara y no eres mi tipo, así que puedes quedarte.
—?Ves? ?No lo dije tan mal!
—Es horrible y lo sabes.
—?Y qué? ?Te pusiste a llorar por mi culpa? ?Compusiste una canción triste en mi honor?
—No. Vas a necesitar mucho más que eso para acabar con mi autoestima.
Hizo una pausa y se giró hacia mí. Esta vez no pareció tan relajada como antes. De hecho, se puso seria.
—Anoche escuché la discusión que tuviste con Will.
No dije nada, incómodo.
La verdad es que no esperaba tener esta conversación con Sue.
—?Has venido decirme que me estoy arruinando la vida y que debería dejar las drogas? —enarqué una ceja—. Lo siento. Llegas tarde. Ya me lo han dicho la mitad de las personas que conozco.
—?Yo? —repitió, se?alándose con un dedo—. ?Tengo cara de ser tu mami y querer cuidarte?
Sonreí irónicamente.
—?Y qué quieres?
—Nada. Solo quería hablar contigo. últimamente te noto algo... tenso.
—El eufemismo del a?o...
—?Es por la película?
Fue la primera persona que sentí que me lo preguntaba como si realmente fuera a importarle mi respuesta. Aparté la mirada al frente y lo pensé un momento antes de responder.
—En gran parte, sí.
—?No te gusta cómo ha quedado?
—No. No es eso. La película está bien... supongo.
—?Entonces?
Suspiré, pensándolo por unos segundos.
—Siempre he querido esto —murmuré—. Quería grabar una película, hacerme famoso y que la gente la viera y pudiera decirme, sinceramente, que les había gustado.
—Y lo has conseguido.
—Sí, pero...
Negué con la cabeza. Era como si tuviera las palabras en la boca y a la vez fuera incapaz de encontrarlas.
—He estado so?ando en este momento durante a?os... y ahora siento que no es lo que esperaba.
No dije nada más, solo jugué con mis dedos, algo incómodo.
—Las cosas casi nunca son como esperamos que sean —me dijo ella suavemente.
—Ya lo sé, pero... todo esto... ?de qué me ha servido? Tengo una película que he conseguido grabar con una productora importante, pero siento que solo me lo han pedido porque sabían que tendrían ciertas ventas aseguradas por el morbo de si es una historia real o no, no porque les gustara la idea. Solo han comprado... las ventas aseguradas, no la historia.
Negué con la cabeza.
—Y ahora soy algo así como famoso, sí, pero... la gente que se cruza conmigo por la calle y me pide una foto no me conoce. En el fondo, no les importo una mierda. Solo quieren una foto conmigo porque soy el famoso del momento. Pero ?cuántos de ellos son realmente mis seguidores? ?Cuántos me apoyan por lo que hago?
—Más de los que crees.
—Además, me siento tan... vacío.
No esperé una respuesta. Solo suspiré.
—Es como si nada de esto hubiera valido la pena —murmuré—. ?Qué tengo ahora que no tuviera antes? ?Un poco de dinero y algunos seguidores? ?De qué me va a servir eso cuando esté solo? ?O cuando necesite... un abrazo? ?De qué demonios sirve todo esto si no... si no puedes compartirlo con nadie?
Dios, eso había sonado patético. Me erguí en la silla, incómodo. Todavía notaba la mirada de Sue en mi perfil, pero no se la devolví. Ni siquiera estaba muy seguro de por qué se lo estaba contando. Probablemente ni siquiera le importaba.
—Y encima estoy pagando mi frustración con la gente que se supone que me quiere. Mi madre, Will... bueno, no se merecen que los trate como los estoy tratando.
—Eso no tienes que decírmelo a mí, Ross, sino a ellos.