Tres meses (Meses a tu lado #3)

—Jack, si me lo dices así, harás que entre en pánico.

Sonreí, un poco tenso.

—?Te acuerdas de que te he dicho que hoy tenía una reunión importante con Joey?

—Sí... —murmuró, algo asustada.

—Pues... esa reunión también era con mis productores —sí, ya tenía dos—. Quieren que compense mi ausencia de tanto tiempo yendo a varios festivales de cine.

Ella frunció un poco el ce?o, sin comprenderlo.

—Vale... —murmuró, confusa—, ?y no quieres ir?

—No puedo decir que no —y si pudiera lo haría, seguro—. La cosa es que... voy a estar tres semanas fuera.

Viva el tres.

?Eh?

Nada, nada...

—?Tres... semanas? —preguntó, sorprendida.

—Es menos tiempo del que parece —le aseguré.

—No es... es decir... —carraspeó—. No me malinterpretes, me alegro mucho por ti, pero... ?por qué tanto tiempo?

—Porque cada festival dura dos días. Y tengo que ir de un lado a otro. Y los vuelos no son cortos. En fin, sé que es un poco precipitado, pero tendría que irme ma?ana por la tarde y...

—??Ma?ana por la tarde?! —dio un respingo.

Sonreí como un angelito.

—Sí.

—?Y me lo dices ahora?

—No quería decírtelo delante de todos los demás.

—P-pero... ?te vas ma?ana y te lo dicen hoy?

—Así van estas cosas —me encogí de hombros.

Ella dudó, pasándose una mano por el pelo para apartarse el mechón de siempre antes de volver a mirarme y entrecerrar los ojos.

Por supuesto, tardó dos segundos en ver que ocultaba otro detalle.

—?Y qué más?

Maldita fuera Jen y su capacidad de leerme tan bien.

—El reparto estará con nosotros —aclaré.

Ella tragó saliva, incómoda.

—Es decir, que Vivian estará contigo —concluyó.

—No solo Vivian. El resto del reparto también.

—El resto del reparto no babea cada vez que te ve, Jack.

Bueno, a lo mejor sí.

Siempre positivo, así me gusta.

—No me gusta Vivian —aclaré.

—Pero a ella sí le gustas —me dijo, incómoda.

—?Y qué?

—Que es... tan... es demasiadas cosas buenas.

—?Sabes lo que no es? Mi novia.

Jen dudó, agachando la mirada por unos instantes. Ya había empezado a asustarme cuando volvió a mirarme, esta vez con media sonrisa.

—Entonces, supongo que yo iré a casa de mis padres.

Sinceramente, yo hubiera preferido irme con ella. Siempre prefería irme con ella donde fuera.

Pero no quería arriesgarme a que Joey cortara mis partes nobles. Les tenía bastante cari?o.

—Tres semanas no son nada —le pasé un brazo por la espalda para acercármela—. Y pienso llamarte cada día.

—?Cada día? Tampoco hace fal...

—Cada día.

—Vale, papá —bromeó.

—Esa palabrita en una cama tiene demasiadas connotaciones sexuales como para usarla tan a la ligera, Michelle.

Empezó a reírse, divertida.

—?Quieres dormir en el suelo, Jackie?

Sonreí, encantado, y me incliné sobre ella para poder besarla. Jen me acunó la cara con las manos casi al instante.

Oh, esas tres semanas sin esto iban a ser más eternas de lo planeado.

Justo cuando el beso empezaba a ponerse interesante, me distraje al notar que Jen se tensaba. Levanté la cabeza y vi que Mike estaba ahí plantado con una almohada y una mueca de cachorrito.

—?Qué? —pregunté, molesto.

?Estaba interrumpiendo un gran momento, el último en unas cuantas semanas!

—Me sentía solito en el salón —me dijo, abrazando su almohada.

—Pues ve a molestar a Sue.

—?Quieres que muera?

—No hagas que responda a eso.

Y, claro, Mike fue a por un objetivo mucho más fácil.

Es decir, Jen.

—Mi novia acaba de serme infiel y me siento taaaaan solito en ese salón vacío y oscuro —dio un paso hacia nosotros—. Y en ese sofá, tan grande para una sola persona y tan...

—?Qué quieres, Mike? —preguntó Jen directamente.

Sonrió al instante.

—?Puedo dormir con vosotros?

Preferiría dormir con un tigre hambriento.

—No —le dije enseguida—. De eso nada.

—?Y por qué no?

—?Porque estábamos ocupados!

—Bueno, podéis hacer vuestras guarradas en un lado de la cama. Yo os daré la espalda en el otro. Incluso puedo ponerme auriculares.

—Sí, claro, y cuando terminemos aplaudes.

—Si eso os gusta... yo no juzgo.

Me separé de Jen, molesto. Y más molesto me puse cuando vi que ella parecía divertida.

—Venga —le dije a Mike—. Vete a dormir.

—?En serio me vais a mandar solito al salón? —protestó—. ?Qué clase de hermano eres tú?

—Uno que no te ha matado pero todavía está a tiempo de hacerlo, así que vete a dormir de una vez.

—Jack —me dijo Jen de pronto—, ?qué más da? Que se quede por una noche. No es para tanto.

La miré al instante como si le acabara de salir una segunda cabeza.

—?Eh? —?se había vuelto loca o qué?

—Vamos, está triste.

—?Yo sí que estoy triste por no poder dormir con mi novia!

—Venga, no seas amargado —canturreó Mike.

No me quedó más remedio que apartarme cuando —literalmente— se lanzó sobre la cama entre nosotros dos.

En mi cabeza, lo asesiné de cien formas distintas... pero por fuera solo lo miré mal.

—Oye, pues es muy cómoda —me dijo felizmente antes de girarse hacia Jen—. ?Qué se siente al tener por fin al hermano guapo a tu lado?

Jen entró en modo pánico cuando vio que mis ganas de asesinarlo aumentaban, así que se apresuró a aclararse la garganta.

—Venga, Mike, duérmete.

—Es que ahora no tengo sue?o. ?Contamos historias de miedo?

—?Quieres que te cuente la del chico que perdió la paciencia y asesinó a su hermano mayor? —mascullé.

—No, no suena interesante —se giró hacia Jen de nuevo—. ?Quieres que te abrace un ratito, cu?adita?

—?Quieres morir, Mike? —espeté.

Cuando Jen vio que íbamos a empezar a discutir, puso los ojos en blanco y se giró, dándonos la espalda.

Un buen rato más tarde, estaba mirando el techo de mal humor. ?Por qué teníamos a mi maldito hermano metido en la cama con nosotros? ?Podríamos estar haciendo cosas mucho mejores que oír sus ronquidos!

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