Tres meses (Meses a tu lado #3)

—?Me estabas manipulando!

—Querida, eres demasiado fácil de manipular, pero yo no te dije que lo dejaras tirado. Fue decisión tuya.

Entreabrí los labios. ?Qué...? ?Por eso me había dejado?

?Porque él... la había convencido de hacerlo?

Y ahora estaba haciendo lo que hacía siempre que yo le acusaba de manipularme, girar la situación para que el culpable pareciera la otra persona. Apreté los dientes.

—?No, pero me metiste la idea en la cabeza, y lo sabes perfectamente! —insistió Jen, frustrada—. ?Lo hiciste a propósito! ?Y yo fui lo suficientemente idiota como para escuchar media palabra de lo que decías! ?Debí hacer caso a Jack e ignorarte!

Sí, para una vez que daba un buen consejo a alguien... ?no me escuchaba!

Maldita sea, ?todos estos meses...? ?Había sido todo por culpa de ese imbécil? ?Por qué demonios Jen no me había dicho nada hasta ahora? ?Por qué no había hablado conmigo antes de irse de esa forma?

Me pasé las manos por la cara. Era demasiada información en muy poco tiempo. Y ellos no dejaban de hablar.

—?Y qué harás ahora? —le preguntó mi padre—. ?Le dirás la verdad? En el mejor de los casos, consigues que te crea y me eche la culpa. Pero... él pierde a su padre. En el peor de los casos, te echa a ti toda la culpa y te deja. él pierde a su novia.

Hizo una pausa, y yo apreté los pu?os. Me frustraba saber perfectamente saber lo que estaba haciendo porque lo había visto miles de veces antes.

—Hagas lo que hagas, va a perder a alguien —siguió él en voz baja—. Por tu culpa. Otra vez.

él hizo una pausa, y yo cerré los ojos. Tenía que entrar, pero a la vez... quería saberlo. Quería saber si Jen caería otra vez en lo mismo. Una parte de mí tenía la esperanza de que esta vez no se dejara manipular.

—?Vas a decírselo, Jennifer? —insistió—. ?Vas a volver a tirar toda su felicidad por la borda por una decisión impulsiva?

—Nunca te ha importado su felicidad —casi susurró ella.

—Más de lo que te crees. ?Qué creías? ?Que iba a permitir que sacrificara toda su carrera por una relación con alguien que conocía desde hacía pocos meses? ?Por alguien como tú?

—él era mucho más feliz antes que ahora. Y sí, quizá gran parte de la culpa sea mía, pero eso no quita que tú también la tengas.

—Algún día, Jennifer, cuando te deje y se dé cuenta de cómo es la vida real, me lo agradecerá.

—?Cómo te agradeció lo que fuera que hicieras por él en el instituto?

Me tensé de pies a cabeza al recordarlo, pero mi expresión era de sorpresa.

Bueno... no puedo decir que no me gustara esa Jen destruye-padres-capullos.

—Ten cuidado —advirtió él en voz baja.

—No sé lo que hiciste, pero los destrozaste. No solo a Jack, a Mike también. ?Qué clase de padre hace eso?

—Un padre que sabe lo que es mejor para su hijo.

—?Tenía veinte a?os, no diez! ?Era lo suficientemente mayor como para saber lo que era bueno para él y debimos dejar que lo decidiera por sí mismo!

—Mi hijo es un desagradecido, Jennifer, pero...

—?Desagradecido? —Jen casi escupió la palabra, y yo no supe muy bien cómo sentirme al respecto.

—?Sabes cuántos ingresos desinteresados tuve que hacer a su instituto para que no le expulsaran cada vez que hacía una de sus tonterías? ?Sabes la cantidad de veces que tuve que pagar sus fianzas porque se metía en peleas y tenía que ir a buscarlo a la comisaría como si hubiera criado a un criminal?

Un sentimiento amargo se extendió por todo mi cuerpo y agaché la cabeza.

—?No sabías si era un criminal o no! —insistió Jen—. ?Estabas demasiado ocupado pensando en lo buen padre que eras como para intentar serlo!

—?Quieres que te haga una factura de lo que me debe?

—Eso es todo para ti, ?verdad? ?El dinero!

Sí. Era exactamente eso. Yo lo había aprendido hacía tiempo.

—?Está aquí gracias a mi dinero! ?Debería estar de rodillas agradeciéndome todo lo que he invertido en él en lugar de andarse con tonterías de novias y escuelas! ?Sin mí, no sería más que un criminal drogadicto tirado por algún callejón!

—?Sin ti, sería un chico normal y corriente, sin problemas, que habría cumplido su sue?o por su talento!

—?Y tú qué sabrás?

—?Sé que un ni?o necesita amor, no dinero! ?Lo que necesitaba no era que le pagaras las fianzas, sino que te sentaras con él para entender qué estaba mal! ?No pagar al colegio para que no lo expulsaran, sino darte cuenta de lo que estaba pasando en su vida e intentar hacérselo más llevadero! ?Intentar ayudarlo! ?Quererlo! ?Demostrarle que no está solo! ?Eso es lo que hace un padre que quiere a su hijo, no pagarle todo para poder echárselo en cara más tarde, como si te debiera algo!

Parpadeé, perplejo, mirando la puerta de mi habitación.

—?Qué insinúas? ?Qué no quiero a mi hijo?

—?No, no le quieres! ?Solo... te quieres a ti mismo! ?Ni Jack, ni Mike han recibido la mitad del amor que se merecían, y todo por tu culpa!

Miré inconscientemente las escaleras. Estaban gritando, así que seguro que Mike lo había oído todo. Apreté un poco los labios.

—?Y tú qué sabrás? Eres una ni?a.

—Una ni?a que quiere más a Jack que su propio padre.

Espera, ?qué...?

?Acababa de decir...?

—Cincuenta mil —mi padre cortó mi hilo de pensamientos frenéticos—. Es mi última oferta.

Jen soltó lo que pareció un bufido cansado.

—No lo entiendes, ?verdad? Nunca vas a tener el dinero suficiente como para eso. No hay una cifra. Nunca la habrá.

Mi cerebro seguía medio entumecido cuando escuché pasos acercándose a la puerta del cuarto de ba?o, y luego a la de mi habitación. Seguía sin poder moverme de mi lugar cuando Jen la abrió de golpe, furiosa, y se quedó pasmada al verme ahí.

Por un momento, solo nos miramos el uno al otro. Ni siquiera levanté la mirada cuando mi padre salió detrás de ella. No sabía ni cómo reaccionar.

—Jack... —empezó Jen en voz baja.

Y solo pude ser capaz de formular una pregunta:

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