—Y... ?cuántos a?itos cumpliste?
Estoy seguro de que pudo notar los pu?ales que le lanzaba con la mirada.
Y más cuando empezó a burlarse de ella.
Me contuve para no decir nada inapropiado porque supe que a Jen no le gustaría ni aunque fuera por defenderla. Solo estuve callado como un idiota todo el rato, mirando fijamente a Vivian como si quisiera desintegrarla.
Ya había pasado un rato cuando noté que ella buscaba mi mirada. La ignoré unos segundos, pero al final la clavé en ella, enfadado. ?Ahora qué demonios quería?
Vivian me sonrió con dulzura y se se?aló la nariz de forma significativa antes de se?alar a Jen y gui?arme un ojo. Noté que se me tensaba todo el cuerpo.
Jen sabía lo que había estado haciendo ese a?o. Y sabía que seguía con ello, pero... no estaba muy seguro de si sabía hasta qué punto seguía enganchado a esa mierda. Y no quería que Vivian fuera la que se lo dij...
—?Estás bien?
Noté que una oleada de pánico me invadía cuando miré a Jen, que tenía una mueca preocupada.
—Sí —dije enseguida.
—?Estás seguro?
—Sí —mascullé más secamente de lo que pretendía.
Me arrepentí al instante, y más cuando vi que la sonrisita triunfal de Vivian se acentuaba. Jen apretó los labios y murmuró algo antes de subir las escaleras, supongo que al cuarto de ba?o.
Y, claro, yo me giré en seco hacia mi padre, que seguía bebiendo vino como si no hubiera nada malo en esa situación.
—?En qué momento se te ha ocurrido venir con ella? —mascullé, se?alando a Vivian con la cabeza.
Mi padre se limitó a mirarme con cierto desprecio en los ojos.
—?En qué momento se te ha ocurrido a ti venir con ella? —preguntó, se?alando las escaleras por las que Jen había desaparecido.
—Esta cena supuestamente era por su cumplea?os —la defendió mamá.
—Pero Jack dijo que no iba a venir, ?no?
Vivian, mientras toda la conversación transcurría, se limitó a mirarnos a todos sin una sola pizca de vergüenza.
—?Y tú? —le pregunté sin poder contenerme.
—?Yo qué? —enarcó una ceja.
Apreté los labios y me puse de pie, se?alando la entrada con la cabeza.
—?Podemos hablar un momento, Vivian?
—Siempre tengo tiempo para ti.
Casi echaba humo por las orejas cuando me detuve en el pasillo de la entrada, alejado de los demás. Vivian me siguió sin decir nada y se cruzó de brazos delante de mí con una peque?a sonrisa.
—?Esa sudadera es nueva? —preguntó—. Intenté comprarte ropa cuando estuvimos en Francia y no me dejaste. Veo que has cambiado de opinión.
—Pues me la ha comprado Jen.
Ella por fin perdió parte de esa sonrisita para mirarme casi con rencor.
—Sigo sin entender qué ves en ella.
—?Qué haces aquí, Vivian? —le pregunté directamente.
—Tu padre me invitó. No podía decirle que no.
—Sí que podías. Y no lo hiciste.
—Bueno, puede que no quisiera.
—Esta cena es por el cumplea?os de mi nov... de mi exnovia. Si ella no está cómoda contigo aquí, lo mínimo que podrías hacer es irte.
—?Y por qué no está cómoda conmigo? —preguntó, dando un paso hacia mí—. ?Le has contado lo que pasó entre nosotros?
—No, porque ni siquiera lo recuerdo —dije entre dientes.
—A lo mejor debería contárselo yo, que sí me acuerdo.
—Vivian, lárgate de aquí.
Me sostuvo la mirada por lo que pareció una eternidad hasta finalmente asentir una vez y girarse hacia el salón.
—Voy a despedirme y...
—No —la corté, ya estaba demasiado enfadado—. Vete, ahora.
—Pero...
—Lo digo en serio.
Ella me dedicó una mirada resentida antes de mascullar un insulto e ir directa hacia la puerta principal. Me quedé ahí de pie en el pasillo unos segundos intentando calmarme antes de volver, pero entonces escuché unos pasos acercándose.
—Jackie —mi madre se detuvo delante de mí, y me sorprendió ver que parecía algo nerviosa—, ?por qué no vas a buscar a Jennifer? Hace un rato que está arriba.
—Déjala, mamá. Creo que se ha cabreado. Es mejor que se tranquilice y baje cuando ella quie...
—Es que... mhm... tu padre acaba de subir también —aclaró en voz baja—. No quiero ponerte nervioso, pero... bueno, ve a buscarla, ?vale?
Me quedé mirándola un momento antes de reaccionar e ir hacia las escaleras. Las subí a una velocidad sorprendente y crucé el pasillo. Conociendo a Jen, seguro que había usado el cuarto de ba?o de mi antigua habitación. Tragué saliva y noté que los nervios aumentaban cuando me acerqué a la puerta entreabierta y...
—?Qué te crees que quiere? ?A ti?
Me detuve en seco al escuchar la voz de mi padre y me quedé mirando fijamente la puerta, pasmado.
?Estaban hablando de...?
—Por favor, Jennifer. Los dos sabemos que no eres lo mejor para él.
—Tú no sabes lo que es mejor para él. Nunca lo has sabido.
Y esa era Jen, solo que sonaba... sorprendentemente enfadada. A mí nunca me había hablado así, y eso que la había cabreado mil veces.
Una parte de mí quería entrar y llevarme a Jen lejos de ese imbécil, pero la otra... no era capaz de moverse.
—Puede que no lo conozca tanto como me gustaría —siguió mi padre—, pero sé lo que es mejor para su futuro.
—?Su futuro? —Jen soltó un bufido despectivo—. No, lo de la escuela, lo de Vivian... que quieras todo eso para él no tiene nada que ver con su futuro. Solo quieres tener el poder de presumir de que tu hijo ha hecho todas esas cosas.
—Sabes que eso es una bobada.
—No, no lo es. La única bobada de esta historia fue escucharte cuando me dijiste todas esas... tonterías... en Navidad.
?En Navidad? ?En su casa?
Eso había sido justo antes de que las cosas entre nosotros terminaran. ?Qué...?
—?Y qué te dije, Jennifer? —siseó mi padre—. ?Que lo dejaras? ?Yo dije eso? Porque no lo recuerdo así.
Espera, ?qué?
Di un paso atrás, entreabriendo los labios.
—Sabías muy bien lo que estabas haciendo —le dijo Jen en voz baja, furiosa.
—Solo tuve una conversación contigo. En ningún momento te dije que lo dejaras.