Mi relajación no duró demasiado y mi presión sanguínea se aceleraba a medida que nos acercábamos al cuerpo. Mi nariz se puso a trabajar y, sobre el aroma a almizcle rancio y a vampiro nervioso, flotaba el olor a secuoya. Suavicé mi expresión hasta hacerla insulsa y mi mirada se dirigió al tío de aspecto pulcro vestido con vaqueros y camisa de vestir que estaba ligeramente apartado de los demás. ?Han traído a un brujo? Interesante.
El círculo de inframundanos se abrió y vi el cadáver de un hombre lobo tirado en el suelo con aire dramático junto a la base de una gran lápida. La hierba estaba manchada de sangre negra. Un lobo muerto del tama?o de un poni era mucho menos perturbador que un hombre desnudo, incluso uno cuyo pelaje estaba manchado de sangre y que tenía los ojos totalmente en blanco. Una de las patas traseras tenía un corte limpio que le llegaba hasta el hueso y que atravesaba la arteria femoral. El olor a sangre era intenso y sentí un nudo en el estómago. ?Suicidio?, pensé mientras miraba hacia otro lado. Lo dudaba.
Denon me sonrió con los labios cerrados para ocultar sus dientes humanos. Junto a él, el brujo abría sus fosas nasales mientras inspiraba mi aroma oculto tras el perfume de especias de naranja que utilizaba para aplacar los instintos de Ivy. Denon arqueó los labios y se tocó la barbilla recién afeitada con el reverso de la mano. Sentí un cosquilleo en la piel cuando él se conectó con una línea, y no supe si sentirme insultada o halagada de que me considerase una amenaza. ?Qué creía que iba a hacer? ?Maldecir a todo el mundo? Pero al recordar que podía ver mi aura con total facilidad y que estaba cubierta de carbonilla negra de demonio, no podía culparle.
Dos hombres que estaban en cuclillas junto al cadáver se levantaron y uno de ellos estaba tomando muestras de sondaje para determinar hasta dónde había empapado la sangre el suelo. Me sentía como si hubiésemos interrumpido a unos vándalos que estaban matando a palos a un perro e hice un esfuerzo para no retroceder cuando se giraron y nos miraron.
Glenn parecía tranquilo y despreocupado con su traje y la pistola en la cadera pero, a juzgar por el fuerte olor a perfume que despedía, sabía que estaba listo para la acción. Mirando fijamente a Denon, dijo sin alterar la voz:
—A la se?orita Morgan y a mi equipo nos gustaría estar un momento con el cuerpo antes de que lo trasladen.
Alguien se rio por lo bajo y yo sentí calor en la cara.
—?Ejerciendo de putita para la AFI, Morgan? —dijo Denon ignorando a Glenn—. Ya veo que te dejan entrar en el autobús otra vez. ?O tuviste que disfrazarte para conseguir que parase?
Fruncí el ce?o y noté que Glenn se encolerizaba. Denon tenía una voz tan empalagosa que debería estar vendiendo saltos de cama en el canal para mujeres. Dios mío, era muy guapo y me pregunté si eso fue lo que atrajo a su amo vampiro. Eso y su preciosa piel morena, ahora marcada y llena de cicatrices. Cuando era mi jefe no la tenía así. Era evidente que las cosas habían cambiado.
—Pareces molesto, Denon —dije para picarle—. Apuesto a que tuviste que dar explicaciones por intentar llevarte a aquella víctima de asesinato. —Sonreí.
El brujo se rio por lo bajo y el último hombre lobo se levantó y miró de un lado a otro con nerviosismo. Las pupilas de Denon se dilataron hasta cubrir el cerco casta?o que las rodeaba. No era tan evidente como el a?o pasado. Estaba perdiendo estatus con quienquiera que le hubiese prometido convertirlo cuando muriese. Unos cuantos a?os más así y Denon sería poco más que una sombra. Y en vista de su cabreo, creo que me culpaba a mí.
Los hombres lobo que lo flanqueaban se retiraron cuando Denon hizo un movimiento con sus gruesos dedos. El hombre caminaba con la misma gracia que antes, pero le faltaba el toque amenazante que tenía en su día. Que yo no estuviese atrapada en un cubículo de metro y medio por metro y medio probablemente ayudaba.
—Vete —dijo. Sus palabras olían a dentífrico con bicarbonato sódico—. Esto es un asunto de la SI.
Glenn se puso tenso y no apartó la mano de la pistola.
—?Eso es una negativa a dejarnos examinar el cuerpo?
Denon movió su musculoso cuerpo con gracia en un signo inequívoco de amenaza.
—?So, so, so! —grité yo y luego me sacudí hacia atrás cuando Denon me agarró de repente el brazo que tenía levantado.
Glenn se movió y su cuerpo achaparrado se colocó suavemente delante de mí para agarrarle la mano a Denon. En un movimiento tan dulce y suave como el chocolate derretido, le retorció el brazo a Denon, sometiendo al musculoso hombre. Yo parpadeé mientras observaba aquello con los ojos como platos. Ya había terminado.
Inclinado por la cintura, el vampiro vivo se apoyó sobre la otra pierna. Glenn lo agarró más fuerte y arrastró los pies para hacer más fuerza. Los hombres lobo se retiraron, tensos al ver como enrojecía el cuello de Denon. Mirando al suelo y con el brazo recto y estirado hacia atrás, era como un gatito al que agarran por el pellejo. Se oyó un estallido y Denon gru?ó.