Por unos demonios más

Ya más segura, hice los cinco gestos y los fui leyendo mientras recorría el pentáculo en el sentido de las agujas del reloj. No era tan difícil.

 

—?Y esta figura de en medio? —pregunté mientras miraba la larga línea de fondo con tres rayos saliendo del centro, equidistantes entre ellos. Allí era donde estaba mi mano cuando había contactado con Minias la otra vez y, a juzgar por su aspecto, las puntas de mis dedos tocarían los extremos de las líneas.

 

—Ese es el símbolo de una conexión abierta —dijo—. Como si fuese una mano abierta. El círculo interior que toca el pentáculo es nuestra realidad y el círculo exterior es siempre jamás. Tu mano abierta actúa como un puente. Hay un patrón alternativo con una serie de símbolos escritos entre los dos círculos que ocultan tu ubicación y tu identidad, pero es más difícil.

 

Jenks se rio entre dientes mientras seguía intentando sacar algo de miel de la cuchara de Ceri.

 

—Yo también apuesto a que es más difícil —dijo—. Y queremos terminar antes de que salga el sol.

 

Yo lo ignoré y sentí que empezaba a comprender todo aquello.

 

—Y el pentáculo simplemente sirve para darle una estructura a la maldición —a?adió Ceri, tirando por la borda mi buen humor. Ah sí. Me había olvidado de que era una maldición. Mmm, genial.

 

Al ver mi mueca, Ceri se inclinó sobre la mesa y me tocó el brazo.

 

—Es una maldición muy peque?a —dijo. Su intento por consolarme empeoró las cosas—. No es malvada. Estás perturbando la realidad y eso deja una marca pero, de verdad, Rachel, es poca cosa.

 

Esto va a ira peor, pensé, y luego sonreí forzadamente. Ceri no tenía por qué ayudarme con eso. Debería estarle agradecida.

 

—De acuerdo, primero el pentáculo.

 

Batiendo las alas, Jenks aterrizó sobre el cristal y se estremeció antes de ponerse las manos en las caderas y mirarme.

 

—Empieza aquí —dijo mientras se ponía a caminar— y sígueme.

 

Miré a Ceri para ver si aquello estaba permitido y ella asintió. Relajé los hombros y luego los volví a contraer. La tiza casi resbalaba al pasarla sobre el espejo, como si fuera cera sobre una piedra caliente. Contuve el aliento esperando notar un hormigueo de poder, pero no sentí nada.

 

—Ahora por aquí —dijo Jenks cuando se elevó en el aire y volvió a descender en un punto nuevo.

 

Jugué a unir los puntos y me mordí el labio hasta que se formó un pentáculo en casi todo el espejo. Mi espalda se resintió del esfuerzo, así que me estiré.

 

—Gracias, Jenks —dije, y él echó a volar despidiendo un color rojo.

 

—No hay problema —dijo mientras iba a sentarse en el hombro de Ceri.

 

—Ahora los símbolos —dijo Ceri, y yo me dirigí hacia el triángulo de arriba con cuidado para no emborronar el resto de las líneas—. ?Ese no! —exclamó antes de que la tiza tocase el espejo, y yo di un respingo—. El de abajo a la izquierda —a?adió sonriendo para suavizar la voz—. Cuando dibujas quieres que se eleve en el sentido de las agujas del reloj. —Formó un pu?o y miró la chuleta—. Este primero.

 

Yo miré el dibujo y luego el pentáculo. Tomé aire y agarré la tiza con más fuerza.

 

—Dibújalo sin más, Rache —se quejó Jenks y, mientras el ruido de los coches pisando el asfalto mojado me tranquilizaba, los dibujé todos y mi mano se iba moviendo con más seguridad al hacer cada figura.

 

—Lo haces tan bien como yo —dijo Ceri, a modo de halago, y yo me eché hacia atrás y respiré profundamente.

 

Dejé la tiza en el suelo y sacudí la mano. Eran unas pocas figuras solamente pero me estaba empezando a doler. Miré el tejo y Ceri asintió una vez con la cabeza.

 

—Debería grabar el cristal si invocas una línea y hacer que tu aura entre en él —dijo ella, y yo arrugué la cara.

 

—?Tengo que hacerlo? —pregunté al recordar el incómodo sentimiento de desazón al sentir que me despojaban de mi aura. Luego miré la iglesia—. ?Y no debería estar en un círculo?

 

El pelo de Ceri flotó cuando se inclinó para apilar nuestros platos.

 

—No. El espejo no va a tomarla toda, solo una parte. No hace ningún da?o.

 

Parecía segura de sí misma, pero aun así… no me gustaba perder una parte de mi aura. ?Y qué pasaría si Minias aparecía o llamaba mientras tanto?