Por unos demonios más

—No se me da muy bien esto —murmuré.

 

—Por eso vas a hacerlo con tiza y luego lo vas a grabar —dijo ella—. Venga, veámoslo.

 

Yo dudé mientras miraba el gran espacio vacío de cristal. Mierda.

 

—Venga, Rache —me apuró Jenks aterrizando sobre el espejo—. Sígueme. —Y con las alas totalmente inclinadas, empezó a caminar formando un círculo amplio.

 

Yo seguí sus pasos y Ceri dijo:

 

—Primero el pentáculo.

 

Yo retiré súbitamente la mano del cristal.

 

—Vale.

 

Jenks levantó la vista para mirarme como pidiéndome indicaciones, y yo me hundí.

 

Ceri dejó su plato con evidente disgusto.

 

—No tienes ni idea de esto, ?verdad?

 

—Dios, Ceri —me quejé mientras observaba a Jenks revolotear furtivamente para robar la gota de miel que había en la cuchara de Ceri—. La verdad es que no he terminado ninguna clase de líneas luminosas. Sé que mis pentáculos son una mierda y no tengo ni idea de qué significan esos símbolos ni de cómo dibujarlos. —Sintiéndome estúpida, agarré la copa de vino… el blanco, no el tinto que había traído Ceri, y bebí un sorbo.

 

—No deberías beber cuando haces magia —dijo Ceri.

 

Frustrada, dejé la copa sobre la mesa con tanta fuerza que casi se derrama.

 

—?Entonces por qué está ahí? —dije demasiado alto.

 

Jenks me lanzó una mirada de advertencia y yo resoplé. No me gustaba sentirme estúpida.

 

—Rachel —dijo la mujer suavemente, y yo hice una mueca con la cara al notar la pena en su voz—. Lo siento. No debería esperar que tengas las habilidades de un maestro cuando todavía estás empezando. Es solo…

 

—Un estúpido pentáculo —dije, terminando la frase por ella, intentando buscar la parte divertida.

 

Ella se puso colorada.

 

—En realidad es solo que quería acabar de hacer esto esta noche.

 

—Ah. —Avergonzada, miré el espejo en blanco y vi la sombra gris de mi reflejo mirándome. Iba a quedar fatal. Lo sabía.

 

—El vino es un conductor para la sangre de invocación, también lavar la sal del espejo cuando has acabado —dijo Ceri, y mi mirada se dirigió hacia el cubo y entonces comprendí por qué lo había sacado—. La sal actúa como nivelador y elimina el exceso de determinación en las líneas que dibujas en el cristal además de poner el contenido ácido del tejo en un estado neutro.

 

—El tejo es tóxico, no ácido —dije, y ella asintió a modo de disculpa.

 

—Pero dibujará el cristal una vez que lo ba?es en tu aura.

 

Puaj. Era una de esas maldiciones. Genial.

 

—Siento haberte hablado mal —dije suavemente mientras la miraba a ella y luego apartaba la mirada—. No sé lo que estoy haciendo y eso no me gusta.

 

Ella sonrió y se apoyó en la mesa, entre ambas.

 

—?Te gustaría saber el significado de los símbolos?

 

Yo asentí y me relajé. Si iba a hacer aquello, debería saberlo.

 

—Son representaciones pictóricas de gestos de líneas luminosas —dijo, moviendo la mano como si estuviese hablando en lenguaje de signos—. ?Lo ves?

 

Formó un pu?o con el pulgar pegado al dedo índice curvado y un ángulo con la mano de tal manera que el pulgar apuntase hacia el techo.

 

—Este es el primero —a?adió, y luego se?aló el primer símbolo en la chuleta que había sobre la mesa. Era un círculo partido por una línea vertical—. La posición del pulgar la indica la línea —a?adió.

 

Miré la figura y luego mi pu?o y giré la mano hasta hacerlos coincidir. De acuerdo.

 

—Este es el segundo —dijo mientras hacía el símbolo de OK y ponía la mano formando un ángulo para que el reverso estuviese en paralelo con el suelo.

 

Yo la imité y lo comprendí cuando miré el círculo con las tres líneas saliendo por la parte de la derecha. Mi pulgar y mi índice formaron un círculo y estiré los tres dedos como las líneas que salían de la parte derecha de la figura. Miré la siguiente figura, que era un círculo con una línea horizontal y, antes de que ella colocase las manos, formé un pu?o y giré la mano para que el pulgar quedase en paralelo con el suelo.

 

—?Sí! —dijo Ceri, haciendo ella después el mismo gesto—. ?Y el siguiente sería…?

 

Pensando, fruncí los labios y me dispuse a hacer el símbolo. Se parecía al anterior, pero con un dedo saliendo por un lado.

 

—?Dedo índice? —pregunté, y al verla asentir estiré un dedo, gesto que ella correspondió con una sonrisa.

 

—Exacto. Intenta hacer el gesto con el me?ique y ya verás como duele.

 

Guardé el índice y saqué el me?ique. Sí que dolía, así que volví a la postura correcta.

 

—?Y esta? —pregunté mientras miraba a la figura que había en el último espacio. Había un círculo, así que sabía que algo tenía que tocar mi pulgar pero ?qué dedo?

 

—El corazón —me ayudó Ceri, y yo hice el gesto, sonriendo. Ella se echo hacia atrás sin dejar de sonreír—. Veámoslo.