Jenks me estaba sonriendo.
—Eres tan divertida —dijo—. Para ti es como si fuese Navidad.
—Vale —dije, sintiendo la sangre correr por mis venas cuando entré en la cocina ba?ada por el sol. La ventana estaba abierta pero, aun así, el leve aroma a tejo de la poción de olvido que planeaba hacer para Newt seguía en el aire—. Déjame pensar. ?Vas a estar por aquí esta tarde, Jenks? Voy a necesitar tu ayuda.
—?Acaso crees que me perdería esto? —Estaba sonriendo y parecía feliz y relajado.
Radiante de felicidad, abrí la alacena de los encantamientos y pasé las manos por los amuletos. Tenía suficientes de todos, excepto del de disfraz, pero no lo necesitaría para atrapar al malote más popular de Cincy.
—Tengo que darme una ducha —dije, emocionada mientras cruzaba a zancadas la cocina—. ?Estás seguro de que Kisten está bien?
Jenks se posó sobre el grifo moviendo las alas de manera irregular, proyectando destellos de luz matutina a todas partes.
—Espero que esté exactamente igual que cuando lo dejaste.
Tenía que confiar en aquello. Y ahora estaría bien hasta que se pusiese el sol. Tal y como había dicho Jenks, la SI probablemente me estaría vigilando y transmitiría mis movimientos a cualquiera que estuviese buscando a Kisten. En realidad, eso podría hacer más difícil el hecho de detener a Trent, a menos que…
—Arréglate —le dije a Jenks mientras me dirigía a la ducha—. Tenemos que ir a una boda.
—?Qué? —dijo Jenks mientras me seguía—. ?Vas a arrestar a Trent en su propia boda?
—?Por qué no? —dije mientras me detenía en el umbral de la puerta del ba?o. Tenía la mano en el marco de la puerta, pero no quería cerrársela en las narices—. Es el único lugar en el que puedo arrestarlo sin que azuce a Quen para que me ataque. Y sin que la SI me moleste. Estoy invitada. —Sentí que mi expresión se endurecía—. Y Piscary, probablemente. Quizá sea mejor hablar allí con él que en su zona de influencia. —Aquello iba a salir redondo en muchos aspectos. Era perfecto.
Jenks soltó un suspiro audible.
—Rachel, eres cruel.
—Así es —dije, levantando las cejas—. ?Te crees que Trent de verdad quiere casarse con Ellasbeth?
él se encogió de hombros y salió como un rayo de la cocina preguntándole a gritos a Matalina si sabía dónde estaba su lazo bueno. Abrí la ducha y me desnudé. Lo hice con movimientos lentos al darme cuenta de que me dolía la cadera por haber dormido en el sillón de Ivy… ?Y el pie también? Me toqué el tejido tierno e hinchado mientras esperaba a que se calentase el agua y pensé que era demasiado joven para tener tanto dolor por dormir en una silla. Pero el agua estaba cliente y, al meterme debajo de ella, se me aliviaron todos los dolores. Kist estaba escondido y yo podría regatear por su seguridad, bueno, por la de ambos, una vez cayese la noche. Pero antes de eso tenía que coger a Trent, por fin.
Joder, iba a ser un día genial.
33.
Estiré una mano para agarrarme al asiento que tenía delante de mí mientras el autobús avanzaba dando saltos a través de la intensa niebla. Llevar mi coche a la boda de Trent habría sido más fácil, pero esto era más seguro si pensaba en que me podía coger la SI y detenerme por conducir con un permiso retirado. Y también estaba lo de la horrible abolladura que alguien me había hecho en el guardabarros, unida a la rotura del intermitente izquierdo. Había ocurrido en algún momento entre ayer y hoy y me cabreaba que pudiese ser la SI intentando aumentar mis cargos.
Me miré mis u?as rojas que sobresalían de la manga larga de encaje y pensé que el tejido negro favorecía mi piel pálida. Tenía el bolso a mi lado y Jenks estaba colgado de un asa del techo, despidiendo polvo plateado y convirtiéndose así en un punto brillante en el oscuro autobús. Estaba lleno de gente, pero todo el mundo me dejaba mucho espacio. Sonriendo, miré las botas de puntera que asomaban por debajo de la bastilla del delicado vestido de seda y me pregunté por qué.