Zafiro (Edelstein-Trilogie #2)

—Para todo hay una primera vez —replicó lord Brompton, y me arrastró hacia adelante—. Además, aquí estamos entre amigos. ?No seáis aguafiestas!

—Exacto. No seas aguafiestas —dije, y me sacudí su mano de encima—. ?No tendrás un cepillo para el pelo? Es que canto mejor cuando tengo uno en la mano.

Gideon parecía un poco desesperado.

—De ninguna manera —me espetó, y nos siguió a lord Brompton y a mí hacia la espineta.

Detrás de nosotros oí que el conde reía bajito.

—Gwen… —susurró Gideon—, deja de hacer el tonto.

—Penelope —le corregí, y después de vaciar el vaso de ponche de un trago, se lo tendí—. ?Qué te parece, les gustará ?Over The Rainbow? ?O —y aquí reí entre dientes—preferirán ?Hallelujah??

Gideon soltó un gemido.

—De verdad, no puedes hacer esto. ?Vuelve conmigo al sillón!

—No, es demasiado moderno, ?no te parece? Vamos a ver… Mentalmente repasé toda mi lista de éxitos mientras lord Brompton me presentaba con palabras pomposas. Mister Merchant, el sobón, se unió a nosotros.

—?Necesita la dama un acompa?amiento competente? —preguntó.

—No, la dama necesita… algo completamente distinto —dijo Gideon, y se dejó caer en el taburete de la espineta—. Por favor Gwen… —Mejor Pen—repliqué—. Ya sé qué voy a cantar ?Don’t Cry For Me, Argentina ?. Conozco toda la letra, y de algún modo los musicales son intemporales, ?no crees? Aunque tal vez no conozcan Argentina… —No querrías ponerte en ridículo ante toda esta gente, ?verdad?

Era un enternecedor intento de inspirarme miedo, pero en esas circunstancias no podía funcionar.

—Escucha —le susurré en tono confidencial—, la gente no me importa nada.

En primer lugar ya hace doscientos a?os que están muertos, y en segundo, todos están superanimados y borrachos aparte de ti, naturalmente.

Gideon apoyó la frente en las manos gimiendo, y al hacerlo golpeó el teclado con el codo haciendo sonar una serie de notas en la espineta.

—?Conoce… ejem… conocéis una canción llama ?Memory?? ?De Cats? — pregunté a mister Merchant.

—Oh… No. Lo lamento —dijo mister Merchant.

—No importa, cantaré a capella —dije confiada, y me volví hacia el público—. La canción se llama ?Memory? y trata de… un gato con penas de amor; pero en el fondo también puede aplicarse a nosotros, las personas. En sentido amplio.

Gideon había vuelto a levantar la cabeza y me miraba con aire incrédulo.

—Por favor… —suplicó una vez más.

—Sencillamente no le hablaremos a nadie de esto —dije yo—. ?De acuerdo?

Será nuestro secreto.

—Bien, adelante pues. ?La fabulosa, única y bellísima miss Gray cantará ahora para nosotros! —exclamó lord Brompton—. ?Por primera vez ante el público!

Debería haber estado nerviosa, porque todo el mundo había enmudecido y todas las miradas estaban clavadas en mí, pero el hecho es que no lo estaba. ?Ese ponche era genial! Tenía que conseguir la receta como fuera.

?Qué había dicho que iba a cantar?

Gideon tocó unas notas en la espineta y reconocí la melodía. ?Memory?.

Exacto, eso era. Sonreí a Gideon agradecida. Qué detalle por su parte acompa?arme. Inspiré hondo. La primera nota era especialmente importante en esa canción. Si no sonaba clara y decidida, más valía dejarlo enseguida. Había que lanzar ?Midnight? al aire con voz cristalina y sin embargo discreta.

Me quedé muy satisfecha porque me sonó como a Barbra Streinsand. ?Not a sound from pavement, has the moon lost her memory? She is smiling alone.? Vaya, vaya, por lo visto Gideon también sabía tocar el piano. Y nada mal, por cierto. Si no hubiera estado ya tan locamente enamorada de él, me habría enamorado en ese momento. Ni siquiera tenía que mirar las teclas, solo me miraba a mí. Y parecía un poco asombrado, como alguien que acaba de hacer un descubrimiento sorprendente.

?All alone in the moonlight I can dream at the old days?, canté solo para él.

La sala tenía una acústica fantástica, era casi si cantara con un micro. O tal vez se debía a que no oía ni una mosca. ?Let the memory live again.? Era mucho más divertido que con Sing Star. Era realmente genial. Y aunque todo resultara ser solo un sue?o y el padre de Cynthia entrara en la habitación de aquí a un momento y estallara una tormenta de mil demonios sobre nosotros, ese instante, simplemente, habría valido la pena.

Aunque nadie me creería cuando lo contara.





Time ain’t notbin, but time. It’s a verse with no rhyme,

and it all comer down to you.

?El tiempo solo es tiempo. Es un verso sin rima, y todo depende de ti.? Bon jovi





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