Zafiro (Edelstein-Trilogie #2)

—Giordano, por favor... —dijo mister George—. Hoy no es un día especialmente bueno para ninguno de nosotros...

—?Cómo está... él? —preguntó Charlotte en voz baja, dirigiéndome una mirada de soslayo.

—Como cabría esperar dadas las circunstancias —replicó mister George muy serio.

De nuevo Charlotte me dirigió una breve mirada escrutadora. La miré fijamente con el ce?o fruncido. ?Le proporcionaba alguna clase de satisfacción enfermiza el hecho de saber algo que pensaba que me interesaría terriblemente?

—Bah, bobadas —dijo Xemerius—. ?Está estupendamente, créeme, tesoro!

Antes se ha zampado un filete de ternera gigante con patatas asadas y verdura. ?Suena eso a ?como cabría esperar dadas las circunstancias??

A Giordano le irritaba que nadie le escuchara. —Solo espero no ser yo quien cargue luego con las consecuencias —dijo en tono estridente, y apartó su silla a un lado—. He trabajado con talentos desconocidos y con los más grandes de este mundo, pero nunca me había encontrado con nada como ?esto?.

—Mi querido Giordano, ya sabe usted cuánto le valoramos. Y nadie podría ser más apropiado para ayudar a Gwendolyn...

Mister George calló al ver que Giordano hacía un mohín y echaba hacia atrás la cabeza con el peinado petrificado.

—Pero luego no diga que no le he avisado —soltó—. Es todo lo que pido.

—De acuerdo —dijo mister George suspirando—. Yo... bueno, en fin, lo transmitiré. ?Vienes, Gwendolyn?

Yo ya me había desabrochado el miri?aque y lo había depositado cuidadosamente sobre el taburete del piano.

—Hasta la vista —le dije a Giordano, que seguía poniendo morros.

—Mucho me temo que eso es algo que no podrá evitarse —respondió.

???

En el camino hacia el antiguo laboratorio de alquimia, que a estas alturas ya casi podía recorrer con los ojos vendados, mister George me explicó lo que había pasado por la ma?ana. Estaba un poco sorprendido de que mister Marley aún no me hubiera informado de los acontecimientos, y yo no me tomé la molestia de explicarle cómo habían ido las cosas.

Habían enviado a Gideon a ejecutar una misión de poca importancia (mister George no quiso explicarme de qué misión se trataba) y dos horas después lo habían encontrado sin sentido en un corredor no muy lejos de la sala del cronógrafo, con una herida abierta en la frente que sin duda había sido causada por un objeto con forma de maza. Gideon no podía recordar nada, porque su asaltante debía de haberse escondido y le había atacado por sorpresa.

—Pero ?quién...?

—No lo sabemos. Un hecho preocupante, especialmente en nuestra actual situación. Le hemos realizado una revisión completa, y no presenta ningún pinchazo que induzca a pensar que han podido extraerle sangre...

—?No habría bastado la sangre de la herida? —pregunté, y solo de pensarlo sentí un escalofrío.

—Es posible —admitió mister George—. Pero si... alguien hubiera querido ir sobre seguro, le habría extraído la sangre de otro modo. En fin, hay innumerables explicaciones posibles. Nadie sabía que Gideon aparecería allí esa noche, de modo que es improbable que estuvieran esperándole a él en concreto. Parece mucho más probable que se tratara de un encuentro casual. Es posible que... en otro tiempo por aquí abajo pulularan elementos subversivos: contrabandistas, asesinos, gente de los bajos fondos en el sentido más literal del término. Personalmente creo que se trata de una lamentable casualidad... —Se aclaró la garganta—. En fin, en cualquier caso, parece que Gideon ha superado el incidente, al menos el doctor White no ha podido encontrar ninguna herida seria; de modo que podréis asistir los dos a la soirée el domingo al mediodía tal como estaba planeado. —Rió—. Qué raro suena, ?eh?: una soirée el domingo al mediodía.

Oh, sí, ja, ja, muy divertido.

—?Dónde está Gideon ahora? —pregunté con impaciencia—. ?En el hospital?

—No. Está descansando, o eso espero. Solo ha ido al hospital para que le hicieran una tomografía, y como, gracias a Dios, no han encontrado nada, él mismo se ha dado el alta. Además, anoche recibió la visita sorpresa de su hermano...

—Lo sé —dije—. Hoy mister Whitman ha inscrito a Raphael en el Saint Lenno.

Oí cómo mister George suspiraba profundamente.

—El muchacho se escapó de casa después de haber hecho alguna tontería con sus amigos. Una idea loca de Falk la de traer a Raphael a Inglaterra.

En estos tiempos turbulentos todos nosotros, y sobre todo Gideon, tenemos cosas mejores que hacer que preocupamos de jóvenes díscolos... Pero Falk nunca ha podido negarle nada a Selina, Y Por lo que se ve, es la última oportunidad para Raphael de poder acabar la secundaria bien lejos de esos amigos que ejercen una influencia tan negativa sobre él.

—?Selina es la madre de Gideon y Raphael?

—Sí —respondió mister George—. La mujer de la que los dos han heredado esos bonitos ojos verdes. Bueno, ya estamos. Puedes quitarte el pa?uelo.

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