Zafiro (Edelstein-Trilogie #2)

Hay que pensar muy bien lo que se explica a la gente sobre el futuro, ?me oyes?

—Bueno, de acuerdo, tal vez no se lo digas ma?ana mismo, pero tienes muchos a?os para hacerlo. —Mastiqué mi plátano con aire pensativo—. Por otra parte… ?a qué época podrían haber saltado con el cronógrafo? ?Por qué no a esta? Aquí siempre tendrían a un amigo, a ti. Tal vez me estés mintiendo y hace rato que están esperando tras la puerta para sacarme sangre.

—No tengo ni la menor idea de adónde podrían haber saltado. —Lucas suspiró—. Ni siquiera puedo imaginar que vayan a cometer semejante locura. ?O por qué! —Desanimado, a?adió—: La verdad es que no tengo ni idea de nada.

—Por lo que se ve, en este momento los dos andamos igual de perdidos — dije tan desanimada como él.

Lucas escribió ?Caballero Verde?, ?segundo cronógrafo? y ?lady Tilney?, en el bloc, seguido de un gran signo de interrogación.

—?Lo que necesitamos es una nueva cita más adelante! Hasta entonces podría enterarme de un montón de cosas… Aquello me dio una idea.

—Inicialmente tenían que enviarme a elapsar al a?o 1956 —dije—. De modo que tal vez podríamos volver a vernos ma?ana por la noche.

—?Ja, ja! —soltó Lucas—. Para ti puede que 1956 sea ma?ana por la noche, pero para mí es… Pero en fin, vamos a pensarlo. Si te envían a elapsar a una época posterior a esta, ?será también a esta habitación?

Asentí.

—Eso creo. Pero tú no vas a estar esperando aquí día y noche a que yo aparezca. Además, Gideon podría aparecer en cualquier momento. Al fin y al cabo, él también tiene que elapsar.

—Ya sé cómo lo haremos —dijo Lucas, cada vez más entusiasmado—. ?La próxima vez que aterrices en esta habitación, sencillamente ven a verme!

Tengo un despacho en el segundo piso. Tendrás que pasar junto a dos vigilantes, pero eso no será ningún problema, solo tienes que decirles que te has perdido y que eres mi prima Hazel, del campo. Hoy mismo empezaré a hablarles a todos de ti.

—Pero mister Whitman dice que esto siempre está cerrado, y además no sé muy bien dónde estamos exactamente.

—Naturalmente, necesitas una llave. Y la contrase?a del día. —Lucas miró a su alrededor—. Encargaré una copia de la llave para ti y la dejaré en algún sitio. Y lo mismo vale para la contrase?a. La escribiré en una hoja y la colocaré en nuestro escondrijo. Lo mejor sería que fuera en algún punto del muro. Ahí detrás los ladrillos están un poco sueltos, ?ves? Tal vez podamos abrir un hueco. —Se levantó, se abrió paso entre los trastos viejos y se arrodilló ante la pared—. Mira ahí. Volveré con herramientas y construiré un escondite perfecto. Cuando saltes aquí la próxima vez, solo tendrás que sacar este ladrillos, y detrás encontrarás las llave y la contrase?a.

—Pero todos los ladrillos son iguales —me quejé.

—Solo tienes que fijarte bien en este, la quinta fila desde abajo, más o menos en el centro de la pared. ?Ay, mi u?a! No importa, el caso es que creo que es un gran plan.

—Pero a partir de hoy tendrás que venir aquí abajo todos los días para renovar la contrase?a —dije—. ?Cómo vas a hacerlo? ?No estudias en Oxford?

—La contrase?a no se renueva a diario —replicó Lucas—. A veces tenemos la misma durante semanas. Además, es la única forma de poder arreglar otra cita. Fíjate en este ladrillo. También dejaré un plano para que puedas orientarte arriba. Desde aquí parten corredores secretos que se extienden a lo largo de medio Londres. —Miró su reloj—. Y ahora volvamos a sentarnos y tomemos notas. Ya verás como pronto vemos las cosas más claras.

—O seguimos dándoles vueltas a la cabeza inútilmente en este sótano mohoso.

Lucas ladeó la cabeza y me sonrió con ironía.

—Tal vez de paso podrías revelarme si el nombre de tu abuela empieza por A. ?O es una C?

—?Qué preferirías? —respondí devolviéndole la sonrisa.





4


—?Gwenny! ?Gwenny, tienes que levantarte!

Emergí con dificultad de las profundidades del sue?o —en él yo era una mujer viejísima, jorobada, y estaba sentada en frente de un deslumbrante Gideon y afirmaba que mi nombre era Gwendolyn Sheperd y que procedía del a?o 2080— y me encontré contemplando la nariz respingona de mi hermana peque?a, Caroline.

—?Bueno, por fin! Creí que no ibas a despertarte nunca. Ya estaba dormida cuando volviste a casa anoche, y eso que intenté de verdad mantenerme despierta. ?Has traído otro de esos vestidos estrafalarios?

—No, esta vez no. —Me senté en la cama—. Esta vez pude cambiarme allí.

—?Y ahora será siempre así? ?Volverás siempre a casa cuando yo esté dormida? Mamá está tan rara desde que te pasó todo esto... Y Nick y yo te echamos de menos; sin ti las cenas son un aburrimiento.

—Antes también lo eran —le aseguré, y dejé caer de nuevo la cabeza sobre la almohada.

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