El lápiz de Lucas corrió sobre el papel.
—Y es un tipo asqueroso, como todos los De Villiers, pero de todos modos le has besado, si no he entendido mal. ?No eres un poco joven para eso?
—No, qué va —dije—. Al contrario, estoy terriblemente atrasada. Aparte de mí, todas las chicas de la clase toman la píldora. Bueno, todas menos Aishani, Peggy y Cassie Clarke, pero los padre de Aishani son indios conservadores y la matarían por mirar a un chico, a Peggy me parece que le van más las chicas, y en cuento a Cassie, seguro que en algún momento las espinillas desaparecerán y entonces volverá a ser agradable con el prójimo y dejará de soltar ??Qué miras con esa cara de idiota?? cada vez que alguien se le acerca. Ah, y Charlotte naturalmente tampoco quiere saber nada de sexo. Por eso Gordon Gelderman la llama la Reina de Hielo.
Aunque ahora ya no estoy tan segura de que siga siendo así… —Me casta?earon los dientes al recordar cómo había mirado Charlotte a Gideon, y viceversa. Si pensaba en lo rápido que se le había ocurrido a Gideon besarme, exactamente dos días después de conocernos, no necesitaba dejar volar demasiado la imaginación para adivinar todo lo que podía haber pasado entre él y Charlotte con los a?os que hacía que se trataban.
—?Qué clase de píldora?
—?Cómo dices? —Madre mía, supongo que en el a?o 1948 aún debían de usar condones de intestino de vaca o algo así, si es que los usaban. En todo caso no quería saberlo—. Preferiría no hablar de sexo contigo, abuelo, de verdad.
Lucas me miró sacudiendo la cabeza.
—Y yo preferiría no oír esa palabra de tu boca. Y no me refiero a ?abuelo?.
—Muy bien. —Pelé el plátano mientras Lucas tomaba notas—. ?Y qué decís entonces?
—?Cuándo?
—Cuando habláis de ?sexo?.
—No hablamos de ello —replicó Lucas, inclinado sobre su bloc—. En todo caso, no con chicas de dieciséis a?os. De modo que sigamos: el cronógrafo fue robado por Lucy y Paul antes de que pudiera registrarse en él la sangre de los dos últimos viajeros del tiempo. Por eso se puso en funcionamiento el segundo cronógrafo, pero naturalmente a este le falta la sangre de todos los demás viajeros.
—No, ya no. Gideon los ha localizado a casi todos y les ha extraído sangre.
Solo faltan lady Tilney y el ópalo, Elise no-sé-qué.
—Elaine Burghley —dijo Lucas—. Una dama de la corte de Isabel I, que murió a los dieciocho a?os de fiebre puerperal.
—Exacto. Y la sangre de Lucy y de Paul, claro. De modo que nosotros vamos tras su sangre, y ellos, tras la nuestra. O al menos eso es lo que he creído entender.
—?Ahora hay dos cronógrafos con los que se puede completar el Círculo?
Esto es realmente… ?increíble!
—?Qué ocurrirá cuando el Círculo esté completo?
—Entonces se revelará el secreto —dijo Lucas con tono solemne.
—?Oh, no, ya empezamos! —Sacudí la cabeza irritada—. ?Aunque fuera solo por una vez, no podría decirme alguien algo más concreto?
—Las profecías hablan del ascenso del águila, de la victoria de la humanidad sobre la enfermedad y la muerte, del comienzo de una nueva era.
—Vaya —dije tan perdida como antes—. Entonces, ?es algo bueno o no?
—Muy bueno, incluso. Representará un avance decisivo para la humanidad.
Por eso fundó el conde de Saint Germain la Sociedad de los Vigilantes y por eso figuran entre nuestros miembros los hombres más inteligentes y poderosos del mundo. Todos nosotros queremos preservar el secreto, para que se revele en el momento oportuno y pueda salvar al mundo.
Muy bien. Esa sí era una explicación clara. Al menos la más clara que había conseguido hasta ahora sobre el asunto.
—Pero ?por qué Lucy y Paul no quieren que el Círculo se cierre?
Lucas suspiró.
—No tengo ni idea. ?Cuándo me dijiste que te habías encontrado con ellos?
—En el a?o 1912 —dije—. En junio. El 22 de junio. O el 24, no me fijé muy bien. —Cuanto más intentaba recordar, más insegura me sentía—. También es posible que fuera el 12. Era un número par, de eso estoy completamente segura. ?El 18? En cualquier caso, en algún momento de la tarde lady Tilney lo tenía todo preparado para tomar el té. —En ese instante me di cuenta de la importancia de lo que acababa de decir y me tapé la boca con la mano—. ?Oh!
—?Qué ocurre?
—Ahora yo te lo he explicado a ti, y tú se lo contarás a Lucy y a Paul, y por eso estarán allí esperándonos. De modo que en el fondo el traidor eres tú, no yo. Aunque al fin y al cabo el resultado es el mismo.
—?Qué? ?De ninguna manera! —Lucas sacudió enérgicamente la cabeza.
Yo no voy a hacer tal cosa. No les contaré absolutamente nada de ti; ?sería una locura! Si ma?ana les dijera que en algún momento robarán el cronógrafo y que viajarán con él al pasado, caerían muertos en el acto.