Por fin, por fin, Jorge relajó sus pu?os de nudillos emblanquecidos. También dejó escapar el aire retenido. Thomas no lo había advertido hasta ese instante.
—Vale —respondió el raro—. Vale, pero no tiene nada que ver con tu triste intento de convencerme. Le perdonaré la vida porque he cambiado de opinión sobre una cosa. Por dos motivos, en realidad. Tú también deberías haber pensado en uno de ellos.
—?Qué?
A Thomas ya no le importaba mostrar alivio, el esfuerzo de reprimirse le estaba agotando. Además, ahora le intrigaba lo que Jorge acababa de decir.
—En primer lugar, no conoces todos los detalles que hay detrás de esas pruebas o del experimento o lo que sea que CRUEL os esté haciendo pasar. Quizá cuantos más lleguéis al refugio seguro, más posibilidades tengáis de obtener la cura. ?Os habéis planteado que el Grupo B que has mencionado podría ser vuestra competencia? Creo que uno de mis principales intereses es que lo consigáis los once al completo.
Thomas asintió con la cabeza, pero no dijo nada. No quería arriesgarse a arruinar la victoria conseguida: Jorge había creído su historia sobre el Hombre Rata y la cura.
—Lo que me lleva al segundo motivo —continuó—. La cosa por la que he cambiado de opinión.
—?Y qué es? —preguntó Thomas.
—No voy a llevar a todos esos raros conmigo. Con nosotros.
—?Eh? ?Por qué? Creía que nos ibais a ayudar a atravesar la ciudad.
Jorge negó rotundamente con la cabeza mientras se recostaba en su silla y adoptaba una posición mucho menos amenazante, con los brazos cruzados sobre el pecho.
—No. Si vamos a hacer esto, el sigilo funcionará mejor que los músculos. Hemos estado moviéndonos a hurtadillas por este infierno desde que llegamos aquí y creo que tendremos más posibilidades de atravesarlo, y coger toda la comida y las provisiones necesarias, si aprovechamos lo que hemos aprendido y lo utilizamos. Pasaremos de puntillas por entre los raros que se han vuelto locos en vez de ir a cuchillazo limpio como aspirantes a guerreros.
—Me cuesta pillar lo que dices —contestó Thomas—. No quisiera ser grosero, pero sí que parece que queráis ser guerreros. Ya sabes, con esos conjuntos tan feos y esas cosas afiladas.
Pasó un largo momento de silencio y Thomas ya estaba empezando a pensar que había cometido un error cuando Jorge estalló en carcajadas.
—Oh, muchacho, eres un mamón con suerte, me gustas. No estoy seguro de por qué, pero es así. De lo contrario, ya te hubiera matado tres veces.
—?Se puede hacer eso? —preguntó Thomas.
—?Eh?
—Matar a alguien tres veces.
—Ya habría encontrado la manera.
—Entonces, intentaré ser más simpático.
Jorge dio un manotazo sobre la mesa y se levantó.
—Vale. Este es el trato: tenemos que llevaros a los once gamberros al refugio seguro. Para conseguirlo, me llevaré sólo a una persona. Se llama Brenda y es una genio; necesitamos su mente. Y si lo conseguimos y al final resulta que no hay cura para nosotros, entonces no hace falta que te diga cuáles serán las consecuencias.
—Vamos —dijo Thomas con sarcasmo—, creía que ahora éramos amigos.
—Pshhh. No somos amigos, hermano; somos compa?eros. Te entregaré a CRUEL y recibiré la cura. Ese es el trato o habrá muchas muertes.
Thomas también se levantó y su silla chirrió contra el suelo.
—Ya hemos hecho un trato, ?no?
—Sí, sí. Escucha, no te atrevas a decir ni una palabra ahí fuera. Escapar de los demás raros va a ser… difícil.
—?Qué plan tienes?
Jorge pensó un minuto sin apartar la mirada de Thomas y luego rompió el silencio.
—Mantén el pico cerrado y déjame hacer a mí —empezó a moverse hacia la puerta que daba al pasillo, pero se paró en seco—. Ah, y no creo que a tu compadre Minho vaya a gustarle mucho.
? ? ?
Mientras caminaban por el pasillo para reunirse con los demás, Thomas se dio cuenta del hambre atroz que tenía. Los pinchazos en el estómago se le habían extendido al resto del cuerpo, como si sus músculos y órganos internos estuvieran empezando a comerse los unos a los otros.
—?Muy bien, que me escuche todo el mundo! —anunció Jorge cuando volvieron a entrar en la gran sala hecha pedazos—. Yo y el cara pájaro hemos llegado a una solución.
??Cara pájaro??, pensó Thomas.
Los raros se levantaron para prestar atención sin dejar de aferrar aquellas desagradables armas al tiempo que fulminaban con la mirada a los clarianos, que se hallaban sentados en los límites de la estancia, con la espalda apoyada en la pared. La luz brillaba a través de las ventanas rotas y los agujeros de arriba.
Las pruebas (The Maze Runner #2)
James Dashner's books
- The Eye of Minds
- The Kill Order (The Maze Runner 0.5)
- Virus Letal
- The Maze Runner Files (Maze Runner Trilogy)
- Rising Fears
- The Hunt for Dark Infinity (The 13th Reality #2)
- The Blade of Shattered Hope (The 13th Reality #3)
- The Void of Mist and Thunder (The 13th Reality #4)
- The Rule of Thoughts (The Mortality Doctrine #2)
- The Journal of Curious Letters (The 13th Reality, #1)
- El Corredor Del Laberinto (The Maze Runner #1)
- A Mutiny in Time (Infinity Ring #1)