—Verducho, ?de qué estás hablando?
Desde que Thomas había visto las palabras escritas en la pared del Laberinto, ?CATáSTROFE RADICAL: UNIDAD DE EXPERIMENTOS LETALES?, no había dejado de pensar en ellas. Sabía que si alguien podía creerle, ese era Newt.
—Creo… Creo que estamos aquí como parte de algún extra?o experimento, prueba o algo parecido. Pero se supone que tiene que terminar de algún modo. No podemos vivir aquí para siempre. Los que nos han enviado quieren que acabemos. De un modo u otro —Thomas se sintió aliviado al sacárselo del pecho.
Newt se frotó los ojos.
—?Y se supone que así vas a convencerme de que todo está bien para que suelte a la chica? ?Porque la tenemos aquí y, de repente, todo es ?haz algo o muere??
—No, no me estás entendiendo. No creo que tenga nada que ver con que nosotros estemos aquí. No es más que un peón. Nos la han enviado como nuestra última herramienta o pista, o lo que sea, para ayudarnos a salir —Thomas respiró hondo—. Y creo que a mí también me enviaron con ese propósito. Sólo porque haya provocado el Final no significa que sea mala.
Newt miró hacia el Trullo.
—?Sabes qué? Ahora mismo no me importa una clonc. Puede pasar una noche ahí. En cualquier caso, estará más a salvo que nosotros.
Thomas asintió; estaba de acuerdo.
—Vale, pasaremos esta noche como sea. Ma?ana, cuando sea de día y estemos a salvo, ya veremos qué hacemos con ella. Averiguaremos lo que se supone que tenemos que hacer.
Newt resopló.
—Tommy, ?qué tendrá ma?ana de diferente? Llevamos aquí dos malditos a?os, ?sabes?
Thomas tenía el presentimiento de que todos aquellos cambios eran un estímulo, un catalizador para el final.
—Que ahora tenemos que resolverlo. Nos han obligado. No podemos seguir viviendo así, día a día, pensando en que lo más importante es regresar al Claro antes de que se cierren las puertas para estar cómodos y seguros.
Newt lo pensó un segundo allí de pie, con el ajetreo de los preparativos de los clarianos a su alrededor.
—Tenemos que ir más allá. Quedarnos ahí fuera mientras las paredes se mueven.
—Exacto —convino Thomas—. A eso me refería precisamente. Y quizá podamos levantar una barricada o volar por los aires la entrada del Agujero de los Laceradores. Hacer tiempo para analizar el Laberinto.
—Alby es el único que no permitirá que soltemos a la chica —dijo Newt, y se?aló con la cabeza hacia la Hacienda—. A ese tío no le moláis mucho vosotros dos. Pero ahora mismo tenemos que callarnos y conseguir llegar a ma?ana.
Thomas asintió.
—Podemos vencerlos.
—Ya lo has hecho antes, ?eh, Hércules?
Sin sonreír ni esperar una respuesta, Newt se marchó y empezó a gritar a la gente que acabara y se metiera en la Hacienda.
Thomas se alegró de haber tenido aquella conversación. Había ido tan bien como podía haber esperado. Decidió darse prisa e ir a hablar con Teresa antes de que fuese demasiado tarde. Mientras corría hacia el Trullo, en la parte trasera de la Hacienda, observó cómo los clarianos empezaban a entrar, la mayoría con los brazos cargados de cosas.
Thomas se paró fuera de la peque?a cárcel y recobró el aliento.
—?Teresa? —la llamó por fin a través de los barrotes de la ventana de la celda sin luz.
Su rostro apareció al otro lado, sobresaltándole. A Thomas se le escapó un gritito antes de poder contenerse y tardó un segundo en recuperarse.
—?Menudo susto me has dado!
—?Qué bonito! —replicó ella—. Gracias —en la oscuridad, sus ojos azules brillaban como los de un gato.
—De nada —respondió él, ignorando su sarcasmo—. Oye, he estado pensando —se dejó caer en el suelo para poner en orden sus ideas.
—Más de lo que se puede decir de ese gilipollas de Alby —masculló.
Thomas estaba de acuerdo, pero se moría de ganas de contar lo que le había ido a decir.
—Tiene que haber un modo de salir de este sitio. Sólo tenemos que seguir buscando, quedarnos en el Laberinto más tiempo. Lo que escribiste en tu brazo y lo que dijiste del código tienen que significar algo, ?verdad?
?Tiene que ser algo?, pensó. No podía evitar tener esperanza.
—Sí, he estado pensando lo mismo. Pero, antes que nada, ?puedes sacarme de aquí?
Sus manos aparecieron para agarrar los barrotes de la ventana. Thomas sintió unas ganas ridículas de alargar sus propias manos para tocarlas.
—Bueno, Newt ha dicho que tal vez salgas ma?ana —Thomas estaba contento por haber conseguido aquella concesión—. Tendrás que pasar la noche ahí dentro. Puede que sea el lugar más seguro del Claro.
—Gracias por preguntarle. Será divertido dormir en este suelo frío —se?aló detrás de ella con el pulgar—. Aunque supongo que los laceradores no podrán atravesar esta ventana, así que estaré bien, ?no?
La mención de los laceradores le sorprendió. No recordaba haberle hablado de ellos todavía.
—Teresa, ?estás segura de que lo has olvidado todo?
El Corredor Del Laberinto (The Maze Runner #1)
James Dashner's books
- The Eye of Minds
- The Kill Order (The Maze Runner 0.5)
- Virus Letal
- The Maze Runner Files (Maze Runner Trilogy)
- Rising Fears
- The Hunt for Dark Infinity (The 13th Reality #2)
- The Blade of Shattered Hope (The 13th Reality #3)
- The Void of Mist and Thunder (The 13th Reality #4)
- The Rule of Thoughts (The Mortality Doctrine #2)
- The Journal of Curious Letters (The 13th Reality, #1)