Teresa se volvió hacia él.
—No lo sé. Es por algo que pasó antes de que viniéramos al Laberinto. Algo relacionado con nosotros. Como te he dicho, está casi todo vacío.
—?Sabes lo del Laberinto? ?Quién te lo ha contado? Te acabas de despertar.
—Yo… Ahora todo es muy confuso —extendió una mano hacia él—. Pero sé que eres mi amigo.
Casi aturdido, Thomas retiró la manta del todo y se inclinó hacia delante para estrecharle la mano.
—Me gusta que me llames Tom.
En cuanto lo dijo, supo que no podía haber dicho nada más tonto. Teresa puso los ojos en blanco.
—Así es como te llamas, ?no?
—Sí, pero la mayoría me llama Thomas. Bueno, excepto Newt; él me llama Tommy. Tom me hace sentir… como si estuviera en casa o algo así. Aunque no sé qué es mi casa —soltó una carcajada amarga—. Estamos metidos en un buen lío, ?eh?
Por primera vez, la vio sonreír y casi tuvo que apartar la vista, como si algo tan bonito no pudiera pertenecer a un sitio tan gris y apagado, como si no tuviera derecho a mirar su expresión.
—Sí, estamos en un buen lío —convino—. Y yo estoy asustada.
—Igual que yo, de verdad —lo que fue el eufemismo del día.
Ambos se quedaron un rato mirando el suelo.
—?Qué…? —empezó a decir él, sin estar seguro de cómo preguntarlo—. ?Cómo… has hablado dentro de mi mente?
Teresa negó con la cabeza.
Ni idea. Lo hago y punto —le contestó con la mente y, luego, volvió a hablar en voz alta:
—Es como si intentaras montar en bici aquí…, si hubiese alguna. Me apuesto lo que quieras a que podrías hacerlo sin pararte a pensarlo. Pero ?te acuerdas de cuándo aprendiste a montar en bici?
—No. Bueno…, recuerdo montar en una, pero no cuándo aprendí —hizo una pausa al sentir una oleada de tristeza—. Ni quién me ense?ó.
—Bueno —contestó ella, parpadeando, como si estuviera avergonzada por su repentina melancolía—. De todos modos…, funciona así, más o menos.
—Eso aclara las cosas.
Teresa se encogió de hombros.
—No se lo habrás contado a nadie, ?no? Creerán que estamos locos.
—Bueno…, la primera vez que ocurrió, sí. Pero creo que Newt pensaba que estaba estresado o algo por el estilo —Thomas se sintió inquieto, como si fuera a volverse loco si no se movía. Se levantó y empezó a caminar de un lado a otro delante de ella—. Tenemos que averiguar qué pasa. Aquella nota que trajiste sobre que eras la última persona que iba a venir, tu coma, el hecho de que puedas hablarme por telepatía… ?Alguna idea?
Teresa le seguía con la mirada mientras caminaba de un lado a otro.
—Ahorra aliento y deja de hacer preguntas. Lo único que tengo son vagos recuerdos… de que tú y yo éramos importantes, de que nos usaban de algún modo. De que vinimos aquí por alguna razón. Sé que provoqué el Final, sea lo que sea que signifique eso —refunfu?ó, y se ruborizó—. Mis recuerdos son tan inútiles como los tuyos.
Thomas se arrodilló ante ella.
—No. Bueno, tú sabes que me han borrado la memoria sin preguntármelo… y todo lo demás. Estás por encima de mí y del resto.
Se miraron a los ojos durante un buen rato. Era como si la mente de la chica estuviera dando vueltas, intentando darle sentido a todo.
No lo sé—dijo en su mente.
—Ya estás otra vez —se quejó Thomas en voz alta, aunque estaba aliviado de que su truco ya no le pusiera nervioso—. ?Cómo lo haces?
—Lo hago y ya está. Me apuesto lo que sea a que tú también puedes.
—Bueno, no puedo negar que me muero de ganas de intentarlo —se sentó y flexionó las piernas como ella había hecho—. Me dijiste algo (en mi cabeza) justo cuando me encontraste aquí. Dijiste: ?El Laberinto es un código?. ?A qué te referías?
Ella negó con la cabeza, despacio.
—Al principio, cuando me desperté, era como si me hubieran internado en un manicomio. Esos chicos extra?os alrededor de mi cama, el mundo inclinándose sobre mí, los recuerdos arremolinándose en mi mente… Traté de agarrar unos cuantos y ese fue uno de ellos. Me acuerdo de por qué lo dije.
—?Y había algo más?
—Pues la verdad es que sí —se remangó la manga izquierda y dejó el brazo al descubierto. Había algo escrito con letra peque?a y tinta negra.
—?Qué es eso? —preguntó Thomas, inclinándose para verlo mejor.
—Léelo tú mismo.
La letra estaba borrosa, pero pudo distinguir lo que ponía cuando se acercó:
CRUEL es buena
El corazón de Thomas empezó a latir con fuerza.
—He visto esa palabra, ?CRUEL? —buscó en su mente, tratando de averiguar qué significaría aquella frase—. En las peque?as criaturas que viven aquí. Las cuchillas escarabajo.
—?Qué son? —preguntó la chica.
—Unas maquinitas con forma de lagarto que nos espían para los creadores, los que nos enviaron aquí.
El Corredor Del Laberinto (The Maze Runner #1)
James Dashner's books
- The Eye of Minds
- The Kill Order (The Maze Runner 0.5)
- Virus Letal
- The Maze Runner Files (Maze Runner Trilogy)
- Rising Fears
- The Hunt for Dark Infinity (The 13th Reality #2)
- The Blade of Shattered Hope (The 13th Reality #3)
- The Void of Mist and Thunder (The 13th Reality #4)
- The Rule of Thoughts (The Mortality Doctrine #2)
- The Journal of Curious Letters (The 13th Reality, #1)