Teresa lo consideró un momento con la vista fija en la distancia y, después, se centró en su brazo.
—No recuerdo por qué escribí esto —dijo mientras se chupaba el pulgar y empezaba a frotar las palabras para borrarlas—. Pero no dejes que lo olvide; debe de significar algo.
Aquellas tres palabras recorrieron la mente de Thomas una y otra vez.
—?Cuándo lo escribiste?
—Cuando me desperté. Tenían un bolígrafo y un bloc al lado de la cama. En medio del jaleo, lo apunté.
Aquella chica tenía a Thomas desconcertado. Primero, la conexión que había sentido hacia ella desde el principio; luego, que le hablara mentalmente y, ahora, esto.
—Todo lo relacionado contigo es raro. Lo sabes, ?no?
—A juzgar por el lugar donde te escondes, diría que tú tampoco eres muy normal. Te gusta vivir en el bosque, ?eh?
Thomas intentó poner mala cara y luego se rió. Le parecía patético y hasta se avergonzaba de esconderse en el bosque.
—Bueno, me resultas familiar y dices que somos amigos. Supongo que puedo confiar en ti.
Le ofreció la mano para volver a estrechársela, Teresa la aceptó y, esta vez, se quedó sujetándola un rato. Un escalofrío sorprendentemente agradable recorrió el cuerpo de Thomas.
—Lo único que quiero es volver a casa —dijo la chica, y al final le soltó la mano—. Igual que todos vosotros.
A Thomas se le cayó el alma a los pies al volver a la realidad y recordar lo desalentador que se había vuelto el mundo.
—Sí, bueno, ahora las cosas están bastante mal. El sol ha desaparecido y el cielo se ha puesto gris, no nos envían las provisiones semanales… Parece que las cosas van a terminar de un modo u otro.
Pero, antes de que Teresa pudiera responder, Newt llegó corriendo al bosque.
—?Cómo…? —exclamó cuando se paró delante de ellos. Alby y unos cuantos más estaban justo detrás. Newt miró a Teresa—. ?Cómo has llegado hasta aquí? El mediquero dijo que estabas allí y, al segundo, habías desaparecido.
Teresa se levantó con una seguridad que sorprendió a Thomas.
—Supongo que se le olvidó la parte en que le di una patada en la entrepierna y salí por la ventana.
Thomas casi se rió cuando Newt se volvió hacia un chico mayor que había por allí cerca, al que se le había sonrojado la cara.
—Felicidades, Jeff—dijo Newt—. Oficialmente, eres el primer chico de aquí al que una chica da una paliza.
Teresa no se detuvo:
—Sigue hablando así y tú serás el próximo.
Newt se dio la vuelta hacia ellos, pero su cara reflejaba cualquier cosa menos miedo. Se quedó allí en silencio, observándolos. Thomas le miró, preguntándose qué le pasaría al chico por la cabeza. Alby se acercó.
—Ya me he hartado —se?aló el pecho de Thomas, casi dándole unos golpecitos—. Quiero saber quién eres, quién es esta pingaja y por qué os conocéis.
Thomas casi se acobardó.
—Alby, te juro…
—?Ha venido directa a ti nada más despertar, cara fuco!
La ira se apoderó de Thomas y también la preocupación por que Alby se pusiera como Ben.
—?Y qué? La conozco, me conoce o, al menos, antes nos conocíamos. ?Eso no significa nada! No me acuerdo de nada. Ni ella tampoco.
Alby miró a Teresa.
—?Qué has hecho?
Thomas, confundido por la pregunta, miró a Teresa para ver si ella sabía a lo que se estaba refiriendo. Pero no contestó.
—?Qué has hecho! —gritó Alby—. Primero, el cielo y, ahora, esto.
—He provocado algo —respondió con la voz calmada—. No lo he hecho adrede, lo prometo. El Final. No sé qué significa.
—?Qué pasa, Newt? —preguntó Thomas, sin querer hablar con Alby directamente—. ?Qué ha ocurrido?
Pero Alby le agarró por la camiseta.
—?Qué ha ocurrido? Yo te diré lo que ha ocurrido, pingajo. ?Estás demasiado ocupado mirando a tu enamorada para ver lo que hay a tu alrededor? ?Para molestarte en darte cuenta de la hora que es!
Thomas miró su reloj y advirtió aterrorizado algo en lo que no había caído. Supo lo que Alby estaba a punto de decir antes de que lo dijera.
—Los muros, foder. Las puertas. No se cierran esta noche.
Capítulo 37
Thomas se quedó sin habla. Ahora todo sería distinto. No había sol ni provisiones, ni estaban protegidos de los laceradores. Teresa había tenido razón desde el principio: todo había cambiado. Thomas notó como si su respiración se hubiese solidificado hasta quedarse atascada en la garganta.
Alby se?aló a la chica.
—Quiero que la encerremos. Ya. ?Billy! ?Jackson! Metedla en el Trullo e ignorad cualquier palabra que salga de su fuca boca.
Teresa no reaccionó, pero Thomas ya lo hizo por ambos:
—?Qué dices? Alby, no puedes… —se calló cuando los encendidos ojos de Alby le lanzaron una mirada de ira que afectó a los latidos de su corazón—. Pero… ?cómo puedes echarle la culpa de que no se cierren los muros?
Newt dio un paso adelante y colocó suavemente una mano en el pecho de Alby para empujarle hacia atrás.
El Corredor Del Laberinto (The Maze Runner #1)
James Dashner's books
- The Eye of Minds
- The Kill Order (The Maze Runner 0.5)
- Virus Letal
- The Maze Runner Files (Maze Runner Trilogy)
- Rising Fears
- The Hunt for Dark Infinity (The 13th Reality #2)
- The Blade of Shattered Hope (The 13th Reality #3)
- The Void of Mist and Thunder (The 13th Reality #4)
- The Rule of Thoughts (The Mortality Doctrine #2)
- The Journal of Curious Letters (The 13th Reality, #1)