Minho alzó la vista y la sorpresa transformó su cara.
—Creo que has encontrado la solución. Nos habíamos equivocado. Bueno, esperemos que sea así. Porque ninguno de aquellos a quienes habían picado y no consiguieron llegar antes de la puesta de sol ha sobrevivido. Habíamos supuesto que era un punto sin retorno y que era demasiado tarde para recibir el Suero —parecía estar entusiasmado por su forma de pensar.
Doblaron otra esquina y, de pronto, Minho se puso a la cabeza. El chico estaba acelerando el paso, pero Thomas se quedó detrás de él, sorprendido por lo familiares que le resultaban sus indicaciones; a veces hasta giraba antes de que Minho le mostrara el camino.
—Vale… Ya he oído hablar de ese Suero un par de veces. ?Qué es? ?Y de dónde viene?
—Pues ya lo dice la palabra, pingajo. Es un suero. El Suero de la Laceración.
Thomas forzó una penosa sonrisa.
—?Justo cuando yo pensaba que ya había aprendido todo lo de este estúpido sitio! ?Por qué lo llaman así? ?Y por qué los laceradores se llaman laceradores?
Minho se lo explicó mientras avanzaban por los interminables giros del Laberinto, sin que ninguno de los dos fuera ahora al frente: —No sé de dónde sacamos los nombres, pero el Suero procede de los creadores o, por lo menos, así es como les llamamos. Viene con las provisiones en la Caja cada semana, siempre ha sido así. Es una medicina o un antídoto o algo que va dentro de una jeringuilla, listo para que lo usemos —hizo como si se pinchara una aguja en el brazo—. Se le pincha esa maldita cosa al que han picado y se salva. Pasan por el Cambio, lo que es una mierda, pero después se curan.
Transcurrió un minuto o dos en silencio mientras Thomas procesaba la información y, en ese tiempo, giraron un par de veces más. Se preguntó por el Cambio, por lo que significaba. Y, por alguna razón, siguió pensando en la chica.
—Aunque es raro —continuó Minho por fin—. Nunca hemos hablado de esto. Si está vivo, no hay ningún motivo por el que Alby no pueda salvarse con el Suero. No sé por qué teníamos en nuestras cabezas de clonc que, una vez que las puertas se cerraran, estabas acabado; fin de la historia. Tengo que ver con mis propios ojos eso que has hecho de colgarle en la pared. Creo que me estás fucando.
Los chicos siguieron caminando. Minho casi parecía contento, pero algo fastidiaba a Thomas. Había estado evitándolo, negándoselo a sí mismo.
—?Y si otro lacerador alcanzó a Alby después de que yo esquivara al que me estaba persiguiendo?
Minho le miró, perplejo.
—Lo que quiero decir es que vayamos rápido —dijo Thomas, con la esperanza de que todo lo que se había esforzado para salvar a Alby no hubiera sido en vano.
Intentaron acelerar el paso, pero los cuerpos les dolían demasiado y decidieron volver a caminar despacio, a pesar de la urgencia. La siguiente vez que doblaron una esquina, Thomas se tambaleó y el corazón empezó a latirle muy deprisa cuando captó un movimiento delante. El alivio le inundó un instante después al darse cuenta de que eran Newt y un grupo de clarianos. La Puerta Oeste del Claro se alzaba sobre ellos y estaba abierta. Habían conseguido volver.
En cuanto aparecieron los chicos, Newt se acercó cojeando hasta ellos.
—?Qué ha pasado? —preguntó, casi enfadado—. ?Cómo demonios…?
—Te lo contaremos más tarde —le interrumpió Thomas—. Tenemos que salvar a Alby.
Newt se puso pálido.
—?Qué dices? ?Está vivo?
—Ven aquí.
Thomas se dirigió a la derecha y estiró el cuello para mirar hacia la parte superior del muro, buscando entre las espesas enredaderas hasta que encontró el lugar donde Alby estaba colgado de los brazos y de las piernas muy por encima de sus cabezas. En silencio, Thomas lo se?aló; aún no se atrevía a relajarse. Aún estaba allí, y de una pieza, pero no había se?ales de movimiento.
Newt, al final, vio a su amigo colgando en la hiedra y se volvió hacia Thomas. Si antes parecía impresionado, ahora estaba totalmente desconcertado.
—;Está… vivo?
?Por favor, que así sea?, pensó Thomas.
—No lo sé. Lo estaba antes, cuando le dejé allí arriba.
—Cuando le dejaste… —Newt negó con la cabeza—. Tú y Minho, llevad dentro vuestros culos y que los mediqueros comprueben si estáis bien. Tenéis un aspecto horrible. Quiero oír toda la historia cuando hayan acabado y hayáis descansado un poco.
Thomas quería esperar para ver si Alby estaba bien. Empezó a hablar, pero Minho le agarró del brazo y le obligó a caminar hacia el Claro.
—Necesitamos dormir. Y vendajes. Ya.
Y Thomas supo que tenía razón. Cedió, alzó los ojos hacia Alby y luego siguió a Minho hasta salir del Laberinto.
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El Corredor Del Laberinto (The Maze Runner #1)
James Dashner's books
- The Eye of Minds
- The Kill Order (The Maze Runner 0.5)
- Virus Letal
- The Maze Runner Files (Maze Runner Trilogy)
- Rising Fears
- The Hunt for Dark Infinity (The 13th Reality #2)
- The Blade of Shattered Hope (The 13th Reality #3)
- The Void of Mist and Thunder (The 13th Reality #4)
- The Rule of Thoughts (The Mortality Doctrine #2)
- The Journal of Curious Letters (The 13th Reality, #1)