El Corredor Del Laberinto (The Maze Runner #1)

—Vale, te escucho.

—Como te he dicho, son los mejores de los mejores.

—?Y qué hacéis? ?Comprobar lo rápido que es todo el mundo?

Newt miró a Thomas, furioso, y gru?ó.

—Estrújate un poco el coco, verducho, Tommy o como quieras que te llame. Lo rápido que corres es sólo una parte. Una parte muy peque?a, en realidad.

Aquello despertó el interés de Thomas.

—?A qué te refieres?

—Cuando digo los mejores de los mejores, me refiero a los mejores en todo. Para sobrevivir al pu?etero Laberinto, tienes que ser listo, rápido y fuerte. Tienes que ser bueno tomando decisiones y saber la cantidad justa de riesgos que se ha de correr. No puedes ser imprudente ni tampoco tímido —Newt estiró las piernas y se apoyó sobre sus manos—. Allí fuera es horrible, ?sabes? No lo echo nada de menos.

—Creía que los laceradores sólo salían de noche.

Fuera o no su destino, Thomas no quería toparse con una de aquellas cosas.

—Así es, por lo general.

—Entonces, ?por qué es tan espantoso salir ahí? —?de qué más cosas no estaba enterado?

Newt suspiró.

—Presión. Estrés. El Laberinto cambia cada día. Intentamos imaginarnos cómo es para salir de aquí. También nos preocupan los malditos mapas. Y lo peor de todo es que siempre tienes miedo a no volver. Un laberinto normal ya costaría, pero, al ir cambiando, si cometes un par de errores mentales, te toca pasar la noche con esas despiadadas bestias. No hay sitio ni tiempo para los tontos o los mocosos.

Thomas frunció el entrecejo, sin entender muy bien el instinto que en su interior le animaba a continuar. Sobre todo, después de la noche anterior. Pero, aun así, seguía con aquella sensación que notaba por todo el cuerpo.

—?Por qué estás tan interesado? —preguntó Newt.

Thomas vaciló mientras pensaba con temor a decirlo en voz alta.

—Quiero ser un corredor.

Newt se dio la vuelta y le miró a los ojos.

—No llevas aquí ni una semana, pingajo. Es un poco pronto para querer morir, ?no crees?

—Lo digo en serio.

Apenas tenía sentido, ni siquiera para Thomas, pero lo sentía en su corazón. De hecho, el deseo de convertirse en corredor era lo único que le hacía seguir adelante, que le ayudaba a aceptar la situación en que se encontraba.

Newt no dejó de mirarle a los ojos.

—Y yo también. Olvídalo. Nadie se ha hecho corredor en su primer mes y mucho menos en su primera semana. Antes de que te recomendemos al guardián, tienes que pasar muchas pruebas.

Thomas se levantó y empezó a plegar sus bártulos de dormir.

—Newt, lo digo de verdad. No puedo estar todo el día quitando hierbajos, me volveré loco. No tengo ni idea de lo que hacía antes de que me enviaran aquí en esa caja metálica, pero algo me dice que se supone que tengo que ser un corredor. Puedo hacerlo.

Newt se quedó allí sentado, mirando fijamente a Thomas, sin ofrecerse a ayudarle.

—Nadie ha dicho que no puedas, pero déjalo por ahora.

Thomas notó que le invadía la impaciencia.

—Pero…

—Escucha, confía en lo que te digo, Tommy. Si vas por ahí fanfarroneando, diciendo que eres demasiado bueno para trabajar de campesino, que se te da muy bien y estás preparado para ser un corredor, vas a crearte un montón de enemigos. Déjalo por ahora.

Hacerse enemigos era lo último que Thomas quería, pero, aun así, decidió tomar otro camino: —Muy bien, hablaré con Minho sobre el tema.

—Buen intento, maldito pingajo. La Reunión elige a los corredores y, si crees que yo soy duro, ellos se te reirán en la jeta.

—Por lo que sabéis, podría ser bueno de verdad. Es una pérdida de tiempo hacerme esperar.

Newt se levantó para acercarse a Thomas y le dio con un dedo en la cara.

—Escúchame, verducho. ?Estás escuchando de verdad? —por extra?o que pareciera, Thomas no se sintió intimidado. Puso los ojos en blanco, pero luego asintió—. Será mejor que dejes de decir tonterías antes de que los demás te oigan. Aquí las cosas no funcionan así y toda nuestra existencia depende precisamente de que funcionen con… —Hizo una pausa, pero Thomas no dijo nada, temiéndose la charla que le caería a continuación—. Orden —continuó Newt—. Orden. Te repites una y otra vez esa maldita palabra en tu fuca cabeza. La razón por la que todos estamos cuerdos por aquí es porque nos rompemos el culo a trabajar y mantenemos un orden. El orden es la razón por la que sacamos a Ben. Bueno, no podemos tener chiflados que vayan por ahí intentando matar gente, ?no? Orden. Lo último que necesitamos es que vengas tú a estropearlo todo.

La obstinación desapareció de la cabeza de Thomas. Sabía que era hora de callarse.

—Sí —fue todo lo que dijo.

Newt le dio una palmada en la espalda.

—Vamos a hacer un trato.

—?Qué?