Zart se aclaró la garganta y siguió trabajando a la vez que respondía:
—Son los que se encargan de lo más pesado en los Huertos. Hacen las zanjas y no sé qué más. Cuando tienen tiempo libre, se dedican a hacer otras cosas por el Claro. La verdad es que muchos clarianos tienen más de un trabajo. ?Alguien te lo había contado?
Thomas ignoró la pregunta y continuó, decidido a obtener el máximo de respuestas posibles:
—?Y los embolsadores? Sé que se ocupan de los muertos, pero no puede morir gente con tanta frecuencia, ?no?
—Esos tipos dan miedo. También actúan como guardias y policía. A todos les gusta llamarles embolsadores. Ya verás qué divertido ese día, amigo —se rió por lo bajo. Era la primera vez que Thomas le oyó hacerlo y lo encontró simpático.
Thomas tenía más preguntas. Muchísimas más. Chuck y los demás del Claro nunca querían contestarle a nada. Y allí estaba Zart, que por lo visto no tenía ningún problema al respecto. Pero, de repente, a Thomas se le quitaron las ganas de hablar. Por algún motivo, la chica volvió a metérsele en la cabeza, sin venir al caso, y luego empezó a pensar en Ben y en el lacerador muerto, lo que debería ser algo bueno, pero todo el mundo actuaba como si fuera lo contrario. Su nueva vida era un asco.
Respiró hondo. ?Limítate a trabajar?, pensó, y eso fue lo que hizo.
A media tarde, Thomas estaba a punto de desmayarse de cansancio. Estar todo el rato agachado, arrastrándose de rodillas en la tierra, era lo peor que había.
?Corredor —dijo para sus adentros mientras seguía descansando—. Dejadme ser corredor?.
Una vez más, pensó en lo absurdo que era desearlo con todas sus fuerzas. Pero, aunque no lo entendiera ni supiera de dónde venía aquella idea, las ganas eran innegables. Igual de fuertes eran los pensamientos sobre la chica, pero intentaba apartarlos de su cabeza todo lo posible.
Cansado y dolorido, se dirigió a la cocina para comer algo y beber agua. Se podría haber zampado un almuerzo entero, a pesar de que ya había comido hacía dos horas. Incluso el cerdo empezaba a sonarle bien otra vez.
Le dio un mordisco a una manzana y, después, se dejó caer en el suelo junto a Chuck. Newt también se encontraba allí, pero estaba sentado solo, ignorando al resto. Tenía los ojos inyectados en sangre y la frente arrugada, llena de surcos. Thomas observó cómo Newt se mordía las u?as, algo que no había visto nunca hacer a aquel chico mayor.
Chuck se dio cuenta e hizo la pregunta que Thomas tenía en la cabeza:
—?Qué le pasa? —susurró el ni?o—. Se parece a ti cuando saliste de la Caja.
—No lo sé —contestó Thomas—. ?Por qué no vas a preguntarle?
—Puedo oír todas las malditas palabras que estáis diciendo vosotros dos —dijo Newt en voz alta—. No me extra?a que la gente no soporte dormir a vuestro lado, pingajos.
Thomas se sintió como si le hubieran pillado robando, pero estaba muy preocupado; Newt era uno de los pocos en el Claro que de verdad le gustaban.
—?Qué te pasa? —inquirió Chuck—. No te ofendas, pero estás hecho una clonc.
—Todo lo malo del mundo —contestó, y luego se quedó callado, con la vista clavada en el espacio durante un rato. Thomas estuvo a punto de insistir con otra pregunta, pero al final Newt continuó hablando—: La chica de la Caja. Sigue gimiendo y diciendo todo tipo de cosas raras, pero no se despierta. Los mediqueros hacen todo lo posible por alimentarla, pero cada vez come menos. Os lo digo yo, hay algo muy chungo en todo esto.
Thomas bajó la vista hacia la manzana y después le dio un mordisco. Ahora sabía ácida. Se dio cuenta de que estaba preocupado por la chica, preocupado por su bienestar. Como si la conociera.
Newt dejó escapar un largo suspiro.
—Foder, pero eso no es lo que me saca de quicio.
—?Y qué es? —preguntó Chuck.
Thomas se inclinó hacia delante con tanta curiosidad que fue capaz de quitarse a la chica de la cabeza. Los ojos de Newt se entrecerraron al mirar una de las entradas del Laberinto.
—Alby y Minho —farfulló—. Deberían haber vuelto hace horas.
? ? ?
Cuando quiso darse cuenta, Thomas ya estaba otra vez trabajando, sacando de nuevo las malas hierbas, contando los minutos que le quedaban para acabar en los Huertos. No paraba de mirar hacia la Puerta Oeste en busca alguna se?al de Alby y Minho, pues la preocupación de Newt se le había contagiado.
El Corredor Del Laberinto (The Maze Runner #1)
James Dashner's books
- The Eye of Minds
- The Kill Order (The Maze Runner 0.5)
- Virus Letal
- The Maze Runner Files (Maze Runner Trilogy)
- Rising Fears
- The Hunt for Dark Infinity (The 13th Reality #2)
- The Blade of Shattered Hope (The 13th Reality #3)
- The Void of Mist and Thunder (The 13th Reality #4)
- The Rule of Thoughts (The Mortality Doctrine #2)
- The Journal of Curious Letters (The 13th Reality, #1)