—Esa puta loca nos la ha arruinado.
—Jake —dice mamá—. Por favor.
—?Ganaron los Eagles? —le pregunto a Jake. Recuerdo que iban ganando y tenía la esperanza de que papá estuviera de un humor decente cuando llegara a casa.
—Sí —me dice Jake, de un modo que me deja entrever que está enfadado conmigo.
Los Eagles ganaron a T.O. y a Dallas, en Dallas, el día de Navidad, y Jake, que no se ha perdido un solo partido desde que estábamos en primaria, probablemente se ha perdido el mejor partido de la temporada porque estaba buscando por todo Filadelfia Norte a su hermano mentalmente trastornado. Y ahora caigo en por qué mi padre no estaba con el equipo de búsqueda; no había forma alguna de que se perdiera un partido de los Eagles tan importante, especialmente contra Dallas. No puedo evitar sentirme culpable, ya que probablemente habría sido una bonita Navidad, sobre todo porque mi padre habría estado de un humor increíble. Estoy seguro de que mamá había preparado comida. Incluso Caitlin lleva puesta una camiseta de los Eagles. Y yo continúo complicándole la vida a todo el mundo, y quizá habría sido mejor que los ladrones me hubieran matado, y…
Empiezo a llorar, pero silenciosamente, no quiero que mamá se disguste.
—Siento que te hayas perdido el partido por mi culpa, Jake —digo, pero las palabras me hacen llorar aún más, y enseguida estoy sollozando entre mis manos otra vez, como un bebé.
Mi madre me acaricia la pierna, pero nadie dice nada.
Hacemos el resto del camino a casa en silencio.
?ELLA CóMO ESTá?
Mi cumplea?os es el viernes 29 de diciembre. Por la tarde, mamá me ayuda a pegar bolsas de basura alrededor de la escayola para que pueda darme la primera ducha desde que me rompí la pierna. Hablar de esto es un tanto embarazoso, pero mamá tiene que ayudarme a proteger la escayola mientras yo pongo una pierna a cada lado del borde de la ba?era, intentando que mi peso caiga en la pierna buena. Mamá me alcanza el gel cuando lo necesito y también el champú. Ella hace como que no me mira el cuerpo desnudo, pero estoy seguro de que en algún momento echa un vistazo, lo que hace que me sienta extra?o. Hace días que no hago ejercicio, por lo que me noto peque?o y débil, pero mamá no dice nada sobre mi menguada redondez porque es una mujer amable.
Después de la ducha, mamá me ayuda a ponerme unos pantalones de chándal que ha modificado cortándoles una pierna desde arriba para que pueda ponérmelos. También me pongo una camisa de Gap con botones en el cuello y mi chaqueta de piel nueva. Bajo los escalones dando saltos, me apoyo en la puerta de camino y me instalo en el asiento de atrás del coche de mamá. Me siento de lado para que la escayola quepa.
Cuando llegamos a la casa Voorhees, me apoyo en las muletas de camino a la consulta de Cliff, elijo el sillón reclinable negro, coloco la escayola en el reposapiés y se lo cuento todo a Cliff.
Cuando acabo la historia, Cliff me dice:
—?Así que has estado en cama desde Navidad?
—Sí.
—?Y no te apetece leer o ver la televisión?
—No.
—?No estás haciendo nada de ejercicio en la parte superior de tu cuerpo? ?Nada de pesas?
—No.
—?Qué haces durante todo el día?
—Duermo o pienso. A veces escribo, pero Danny también ha estado viniendo a verme. —Ya le había contado a Cliff todo lo referente al reencuentro con Danny, algo que incluso Cliff tuvo que admitir que fue una especie de milagro y probablemente el rayo de esperanza de estas horrorosas Navidades.
—?Qué hacéis Danny y tú cuando va a verte?
—Jugamos al parchís.
—?Parchís?
—Es el juego de la realeza de la India. ?Cómo es que no lo sabes?
—Conozco el parchís, solo que estoy sorprendido de que Danny y tú juguéis a juegos de mesa juntos.
—?Por qué?
Cliff pone una cara divertida pero no dice nada.
—Danny trae el juego del parchís desde Filadelfia Norte. Viene en tren.
—Eso está bien, ?no? Debe de ser agradable ver a tu viejo amigo.
—Me sentí mal al saber que seguía sin poder rapear, incluso después de una segunda operación, pero su tía le consiguió un trabajo en la portería de su iglesia, que también es guardería. Danny limpia los bancos con aceite de pino, pasa la fregona al suelo, vacía la basura y pasa la aspiradora cada noche, cosas de ese estilo. Ahora él también huele a aceite de pino, que es una especie de extra. Pero Danny está más callado de lo que yo lo recuerdo en el lugar malo.
—?Le has contado a Danny lo que Tiffany te hizo? —me pregunta Cliff.
—Sí, lo hice.
—?Qué te dijo?
—Nada.
—?No te dio ningún consejo?
—No le pedí ningún consejo.
—Ya veo. —Cliff se agarra la barbilla, por lo que sé que me va a decir algo que mi madre le ha dicho—. Pat, sé cómo perdiste la memoria. Todo el mundo lo sabe.
Hace una pausa aquí, calculando mi reacción.
—Y yo creo que tú también lo recuerdas. ?Lo recuerdas?
—No.
—?Quieres que te diga cómo perdiste la memoria?
—No.