—?Por qué?
No digo nada.
—Sé que el doctor Timbers solía contarte la historia cada día como parte de tu terapia. Esa es la razón por la que nunca lo he comentado. Pensé que tal vez hablarías de ello cuando estuvieras listo, pero han pasado casi cinco meses, y ahora tienes la pierna rota y las cosas parecen ir a peor. No puedo dejar de pensar que necesitamos empezar a probar nuevas tácticas. Lo que Tiffany te sugirió acerca de poner un punto final es cierto. No estoy diciendo que sus métodos sean honrosos, pero realmente necesitas enfrentarte a lo ocurrido, Pat. Necesitas pasar página.
—Tal vez mi película no se ha acabado —digo. A veces los productores enga?an a la audiencia con un falso final y justo cuando crees que la película se va a acabar, algo dramático ocurre que conlleva un final feliz. Esto parece ser un buen indicador para que algo dramático ocurra, en especial porque hoy es mi cumplea?os.
—Tu vida no es una película, Pat. La vida no es una película. Eres un hincha de los Eagles. Después de ver la liga nacional de fútbol americano durante treinta y cinco a?os sin una Super Bowl deberías saber que la vida real, a menudo, acaba mal.
—?Cómo puedes decir eso, especialmente ahora que los Eagles han ganado cuatro seguidos y están en cabeza para los playoffs? ?Incluso después de que McNabb se lesionara! —Cliff me mira como si estuviera asustado. De pronto me doy cuenta de que estoy gritando. Pero no puedo evitar a?adir—: ?Con una actitud tan negativa como esa seguro que acabará mal, Cliff! ?Empiezas a hablar como el doctor Timbers! ?Ten cuidado o acabará venciéndote el pesimismo!
Hay un largo silencio, después Cliff me mira realmente preocupado, lo que comienza a preocuparme a mí también.
De camino a casa, mamá me cuenta que va a venir gente por mi cumplea?os. Ella me va a preparar una cena de cumplea?os.
—?Va a venir Nikki? —pregunto.
—No, Pat. Nikki nunca vendrá —dice mamá—. Nunca.
Cuando llegamos a casa, mamá hace que me siente en la sala de estar mientras ella prepara carne empanada con patatas y guisantes, y pastel de manzana. Ella sigue intentando hablarme, pero a mí no me apetece.
Jake y Caitlin llegan los primeros, y tratan de animarme hablándome entusiasmados de los Pajarracos, pero no funciona.
Cuando Ronnie y Veronica llegan, Emily trepa hasta mi regazo, lo que hace que me sienta mejor. Caitlin le pregunta a Emily si quiere hacerme un dibujo en la escayola y, cuando acepta, mamá busca algunos rotuladores y todos nosotros vemos a la peque?a Emily dibujar. Empieza haciendo un círculo tambaleante, algo comprensible teniendo en cuenta que la escayola no es lisa. Pero luego simplemente garabatea con todos los colores por todos lados y no puedo decir qué se trae entre manos hasta que se?ala su creación y dice:
—?Pap!
—?Has dibujado un retrato del tío Pat? —dice Ronnie, y cuando Emily asiente, todos reímos porque no se parece en nada a mí.
Cuando nos sentamos a la mesa del comedor, mi padre todavía no está en casa. Incluso después de la victoria sobre Dallas ha estado bastante distante últimamente, escondiéndose en su estudio de nuevo. Nadie menciona la ausencia de papá, así que yo tampoco.
La comida de mamá está deliciosa, todos lo comentan.
Cuando llega la hora del pastel me cantan cumplea?os feliz y la peque?a Emily me ayuda a soplar las velas que tienen forma de número treinta y cinco, casi no me puedo creer que tenga treinta y cinco porque me siento como si tuviera treinta, tal vez solo desearía tener treinta porque así tendría a Nikki en mi vida.
Después de comernos el pastel, Emily me ayuda a abrir los regalos. Tengo un nuevo tablero de parchís de madera pintado a mano de parte de mamá, que dice que invitó a Danny a la fiesta pero que tenía trabajo. Ronnie, Emily y Veronica me regalan una manta polar de los Eagles. Jake y Caitlin me regalan un abono para un gimnasio de Filadelfia. El folleto dice que tiene piscina, sauna, canchas de baloncesto y tenis, y todos los tipos de equipamiento de pesas y otras máquinas para hacer músculos.
—Es a donde yo voy —dice mi hermano—. Y estaba pensando que podríamos empezar a hacer ejercicio juntos una vez que se cure tu pierna.
A pesar de que ya no estoy demasiado interesado en hacer ejercicio, me doy cuenta de que es un bonito regalo, por lo que le doy las gracias a Jake.
Cuando nos retiramos a la sala de estar, le pregunto a Veronica por Tiffany.
—?Cómo está Tiffany? —No sé realmente por qué lo pregunto. Las palabras parece que simplemente salen de mi boca, y una vez que lo hacen, todo el mundo deja de hablar y el silencio se apodera del ambiente.
—La invité a tu fiesta —dice mamá por fin, probablemente solo para que Veronica no se sienta mal porque haya excluido a su hermana.
—?Para qué? —pregunta Jake—. ?Para que le pueda mentir a Pat otra vez? ?Para que lo retrase unos cuantos a?os más?
—Solo intentaba ayudar —dice Veronica.