Tres meses (Meses a tu lado #3)

Y creo que eso, que no dijera nada, fue lo que terminó de enfadarla.

—?Sabes qué? —alcanzó una mantita y casi me la tiró a la cara—. Creo que tienes razón. Has bebido demasiado como para hablar de esto. Mejor recupérate aquí solo esta noche.



Observé cómo se marchaba y supe que no quería dejar las cosas así. Dejé la manta a un lado y me puse de pie, decidido, pero esa decisión desapareció cuando vi que se daba la vuelta. Sus ojos centelleaban, furiosos.

—?Qué? —pregunté, entre confuso y asustado.



—?Dónde pasaste la noche ayer?



Oh, oh.

Intenté decir algo, pero me había quedado completamente en blanco. Y solo fui capaz de quedarme mirándola como un idiota.

—?O con quién? —corrigió, dando un paso hacia mí. Le temblaba la voz.



—No pasó nada —le aseguré en voz baja.



—?Que no...? —se detuvo de golpe y se volvió pálida—. ?Has pasado la maldita noche con Vivian?

Ojalá pudiera decirle que no. Ojalá pudiera hacer que dejara de mirarme de esa forma.

Pero... no podía mentirle en eso.

—No pasó nada —murmuré—. Solo... no sabía dónde ir...



—?Podrías haber venido aquí! ?Podrías haber ido a casa de tu abuela, o de tu madre! ?Podrías haber ido a un maldito hotel si hubieras querido! ?Tú mismo elegiste ir a casa de esa chica sabiendo perfectamente lo que siente por ti!



La verdad es que la razón por la que había ido con Vivian había sido la bolsita que había dejado en su casa, pero no podía decirle eso a Jen. Me mataría.

—No siento nada por Vivian, Jen —le aseguré otra vez.



—?No, claro, pero en cuanto discutimos lo primero que haces es ir a su casa a dormir!



—?Te estoy diciendo que no pasó nada!



—?Me da igual! ?Cómo te sentirías si yo te dijera que he ido a dormir a casa de Monty? ?O de alguien con quien me hubiera besado antes? ?Te calmaría mucho que te dijera que no pasó malditamente nada?



—Jen... —intenté acercarme a ella.



Ella dio un respingo hacia atrás, furiosa.

—?No, no me toques! ?Vete a la mierda, Jack! ?O vete a dormir con tu nueva novia, porque te aseguro que conmigo no vas a dormir!



Y se marchó, furiosa, hacia nuestra habitación. Ni siquiera había reaccionado cuando se encerró en ella de un portazo que, milagrosamente, no hizo que el dichoso bebé se pusiera a lloriquear.

Suspiré y me dejé caer en el sofá otra vez. Tuve la tentación de ir con Jen, pero sabía que me mataría si lo intentaba.

Al final, me quedé dormido en el sofá.

***

Bueno, no estaba muy seguro de qué había pasado el día anterior, pero... la conclusión era que había hecho las paces sentado en el cuarto de ba?o con Jen encima y habíamos descubierto que Jay Jay no estaba en camino.

Un día... interesante, sí.

En ese momento estaba sentado en el suelo con Jane —también conocida como el peque?o monstruíto— fingiendo que me asustaba cada vez que ella hacía sonar uno de sus juguetes, cosa que parecía divertirla profundamente.

De hecho, ?por qué solo le divertían las desgracias ajenas?

Esa cría era maligna.

Me encanta.

Ah, y los demás estaban sentado en los sofás y el sillón. Naya y Jen, concretamente, estaban mirando el portátil. Estaban buscando no sé qué sobre la boda.

No entendía a qué venía tanta complicación. Solo era una boda. ?Y yo solo estaba interesado en la noche que la seguiría!

Jane, al darse cuenta de que no le estaba haciendo el caso que se merecía, casi me dio un mini-pu?etazo en la nariz, muy indignada.

—?Perdón! —dije, dando un respingo—. Tienes el mal carácter de tu madre, ?eh?



Ella solo me miró sin comprender, esperando indignada a que me asustara porque acababa de encender un juguete. Al final, no me quedó más remedio que hacerlo y pareció quedarse contenta de nuevo.

—?Y esta? —exclamó Naya de pronto—. ?Es perfecta!



—Boda temática —leyó Jen con un tono que casi hizo que empezara a reírme.



—?Sería genial! ?Podrías hacerla con temática de Disney! Yo soy Cenicienta.



—Sue es el enano Gru?ón —sonreí maliciosamente.

Ella se limitó a amenazarme con tirarme el libro mientras la ni?a se reía felizmente.

?Veis como era maligna?

Bueno, si hacíamos disfraces, yo tenía claro que iba a obligar a Will a vestirse de Willy Wonka y a Jane de Umpa Lumpa.

—?Y tú podrías ser Bella! —exclamó Naya.



—Entonces —Will me miró, divertido—, Ross es la bestia.



—A ver, es un poco bruto —Naya se encogió de hombros.



—Gracias, amiga mía —ironicé.



—?No lo decía para ofenderte, pero es que quedaría genial!



—Lo siento, Naya —dijo Jen con una mueca—, pero no lo veo. No creo que sea mi boda ideal.



—Ni la mía —aseguré en voz baja.



Mientras seguían discutiendo, yo levanté del suelo a la umpa lumpa y me la senté en el regazo. Ella empezó a reírse cuando le puse una cara rara.

Vaya, cuidar ni?os era más gratificante de lo que parecía.

?Yo también quería uno!

E-es decir... dentro de un tiempo... y eso...

—Como le diga a mi madre que va a tener que disfrazarse en mi boda, Naya —escuché decir a Jen de fondo—, va a matarme delante de todos los invitados vestida de se?ora Potts.



—Menudo giro argumental tendría el cuento —murmuró Sue.



—?Y por qué te complicas la vida? —preguntó Will, confuso—. Haz una boda normal. La ceremonia en una iglesia y el banquete en un restaurante. Y ya está.



—?Una boda tradicional? —empecé a reírme—. ?Quién demonios quiere eso hoy en d...?



Me callé de golpe cuando Will me dio una patada disimulada y se?aló a Jen con la cabeza, que me miraba con los ojos entrecerrados en clara se?al de advertencia.

—A parte de mí, claro —a?adí enseguida—. Suena perfecta. Maravillosa. Es el sue?o de mi vida.



—Jack —Jen cerró los ojos un momento—, no me estás ayudando mucho.



—?Cómo que no? ?Estoy distrayendo al monstruíto!

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