Deja caer la bola de patata a medio comer en la cesta y se limpia las yemas de los dedos.
—Mi padre hablará con los Regentes esta noche y ma?ana. Si Tor despierta, el plan quizá cambie. —Mira al rincón donde Sar está sentada en el regazo de la legendborn—. Sin embargo, por ahora, debemos esperar, seguir entrenando y mantener los ojos abiertos.
—?Un brindis! —grita Evan, y los que tienen bebidas levantan las copas. Algunos legendborn brindan por sus líneas o por la Orden.
Nick y yo aprovechamos la oportunidad para escabullirnos y bajar las escaleras hacia el césped vacío y las tablas de cornhole abandonadas. Cuando llegamos al final de la escalera, me arrastra al oscuro rincón bajo el porche y se inclina hacia mi oído.
—Estás muy guapa esta noche.
Me estremezco a pesar del calor y la humedad.
—Gracias.
Une nuestros dedos y esboza una sonrisa cómplice.
—En cuanto a lo de ayer por la ma?ana…
—?Qué pasó ayer por la ma?ana? —pregunto y me vuelve de golpe la emoción fresca de estar a su alrededor.
La sonrisa se convierte en una mueca y niega con la cabeza.
—?Ya se te ha olvidado, B?
Desliza una palma de la mano por mi hombro hasta el cuello y me acaricia la clavícula con el pulgar. Me atrae hasta que nuestras frentes se tocan.
—Debe de haber sido un beso horrible —murmura.
—Espantoso —jadeo y la tensión del día que me oprimía el pecho me libera.
—Lo sabía —dice e inclina la boca para encontrarse con la mía, pero un carraspeo a nuestro lado nos separa.
Sel se coloca al lado de Nick.
—El viaje al aeropuerto pase, pero, ahora que has vuelto, necesito tenerte a la vista.
Nick suspira y me suelta.
—Tenemos que hablar en privado unos minutos, Sel. No nos iremos.
Se mueve para rodearlo, pero Sel se interpone y lo detiene.
Los ojos del mago del rey echan un vistazo a nuestras manos unidas.
—Es una mala idea.
No sé si se refiere a que nos vayamos del porche o a que nos demos la mano; la expresión turbada de Nick me indica que también se ha dado cuenta de la ambigüedad y no le hace gracia.
No era consciente de que he empezado a soltarme hasta que la mano de Nick aprieta la mía.
—Déjanos.
Los ojos de Sel se deslizan hacia la multitud por encima del hombro de Nick y luego vuelven a nosotros.
—?Es una orden?
—Lo es.
Curva la boca en una sonrisa sardónica.
—Muy bonito. Pero tu padre me ha dejado a cargo mientras no está, así que te quedas aquí. Los sombríos te buscan y no se lo pondré fácil.
Nick está tan indignado que oigo cómo rechina los dientes.
—Sel
—No montes una escena, Nicholas.
Echo un vistazo rápido por encima del hombro. Tor observa el intercambió y también algunos de los demás. Sarah, Russ, Vaughn, Fitz. Tiro de la mano de Nick y me mira. Intento comunicarle con los ojos que no quiero público. La mirada de su cara me dice que lo entiende, pero sigue molesto. Me deja que lo lleve de vuelta a la mesa. Se sienta cerca otra vez, de modo que nuestros hombros y caderas se rozan, pero esta vez siento cómo todo su cuerpo tiembla de rabia impotente.
*
De vuelta a mi habitación, ya echo de menos a Alice, pero también siento cierto alivio culpable de que se haya ido; me canso de mentir y esconderme.
—?Cómo te has enterado? —pregunta Nick y la confusión de su voz es clara a través del teléfono. Me he pasado los últimos veinte minutos dando vueltas por la habitación mientras le contaba lo de la misteriosa figura que abrió una puerta en el campus hace veinticinco a?os.
—?Estás seguro de que Sel no te oye?
—Ya te lo he dicho, está de patrulla con Tor y Sar y me ha ordenado que me quede dentro de los muros de la logia.
Recuerdo el escudo de éter que toqué la primera vez que visité el edificio y cómo se ondula alrededor de mi piel cada vez que lo atravieso. Sarah me explicó que las protecciones impiden la entrada de cualquier persona o cosa que no haya sido invitada. Odio decirlo, pero estoy de acuerdo con Sel; Nick debería quedarse dentro por ahora.
—?Bree? —pregunta y luego repite—: ?quién te contó lo de la apertura de esa puerta?
—No sé si puedo decirlo —digo con un suspiro.
Se ríe.
—Vale.
Me dejo caer sobre el edredón.
—No traicionaré ni pondré en peligro la confianza de esta persona. Tú mismo me dijiste que a los Regentes no les gustan nada los usuarios de éter que escapan a su control.
—Así es. ?Así que esta persona es un usuario del éter? ?En el campus?
Dudo, pero se trata de Nick. Puedo decirle al menos eso.
—Sí.
—?Un usuario de éter que encontraste? ?O que te encontró?
—?Un poco de cada?
—?Es de fiar? —La preocupación en su voz es evidente.
—Sí. Quiere ayudarme. Estaba aquí a la vez que mi madre, aunque no la conocía bien. Procura no llamar la atención.
Se toma la noticia sorprendentemente bien.
—Es probable que sea mejor que no sepa quién es. ?Es como tú?
Me recuesto en la almohada.
—Creo que no.
—Ah. Pero ?crees lo que te ha contado?
Me muerdo el labio y trato de pensar en una respuesta que deje el arte raíz, los paseos de la memoria y a Patricia fuera de la conversación.
—Creo en lo que me ha mostrado. ?Por qué? ?No me crees?
Suspira y me lo imagino en su habitación, tumbado también en la cama. La imagen y el recuerdo de haber dormido allí con él me provocan una sensación de calidez en el vientre.
—Te creo, pero nunca he oído hablar de algo así. Mi padre nunca ha mencionada nada ni tampoco Sel y, como mago del rey de la división, tiene acceso a todos los registros de incursiones, apariciones y ataques de puertas de sombríos. Creo que ni siquiera llegó a despertarse al descendiente de octavo rango por aquel entonces, así que eran tiempos de paz en lo que respecta a Camlann. Por lo que sé, solo la sangre de demonio puede abrir puertas, así que tal vez fuera un uchel en forma humana.
Me muerdo la mejilla mientras analizo todo lo que he visto y aprendido hoy.
—?O un merlín?
—Están obligados por los juramentos.
—?Y un humano con un frasco de sangre de demonio?
—?De dónde has sacado esa idea?
—Algo que William comentó antes sobre sacarle sangre a Sel.
—A Sel… —Una pausa. Un suspiro—. ?Te ha contado lo de Sel?
Arrugo la cara.
—Lo he deducido.
—?Por qué no me sorprende?
—Porque soy muy lista.
—Sí que lo eres. —El afecto y el orgullo florecen en su voz—.
Sel es un cambión, así que, en teoría, incluso su sangre podría servir. No obstante, sigue siendo un encantamiento muy superior a nada que haya oído. Magia oscura.
El cántico sonaba oscuro.
—?La línea de Morgana?
—Es posible. Entonces, ?dices que esta persona abrió una puerta y liberó a los sabuesos infernales semicorpóreos en el momento en que crees que tu madre estudiaba aquí?