Legendborn (Legendborn #1)

Es una serpiente enorme totalmente corpórea; su cuerpo escamoso es tan grande y redondo como el neumático de un tractor. Levanta la mitad del cuerpo del suelo hasta que se eleva seis metros por encima de nosotros y unos ojos sanguinolentos del tama?o de mi pu?o nos iluminan. La criatura resplandeciente abre las mandíbulas y lanza un siseo estridente y de pesadilla que me ara?a los tímpanos.

?Una serpiente infernal?, deduce mi mente. Con un cuerpo aferrado en la cola brillante.

—?Nick! —grito, pero es inútil.

Solo tardo un segundo en ver que está envuelto de pies a cabeza en una bobina de músculo y que solo el pálido pelo de la parte superior de su cabeza es visible fuera del agarre de la serpiente infernal.

Los legendborn despertados acumulan éter mientras corren blandiendo espadas y dagas brillantes. Veo a Felicity y a Russ, que se han puesto una armadura mientras salen disparados, pero la rápida sombra de Selwyn Kane sale a toda velocidad de entre los árboles y salta sobre la serpiente antes de que nadie más la alcance.

Mientras el demonio se retuerce, Sel trepa por su cuerpo y usa las escamas como asideros. Se sube a la cabeza mientras la criatura se agita de un lado a otro y saca la lengua bífida como un látigo brillante. Sel no ha tenido tiempo de conjurar un arma, pero todo su cuerpo está envuelto en finas y arremolinadas nubes de éter azul plateado. Se echa hacia atrás con un rugido y clava los dos brazos en los ojos de la serpiente, enterrándolos en las cuencas hasta el codo.

La criatura grita lo bastante fuerte como para romper cristal. El descomunal cuerpo sufre tales espasmos que cualquier otro habría salido despedido, pero Sel se mantiene firme y hunde más los brazos. Un fluido viscoso le salpica la cara. Tras un último estremecimiento, la serpiente infernal se pone rígida, cae hacia delante y libera a un jadeante Nick justo cuando su cabeza golpea el suelo.





24

Estoy parada delante de la puerta de la habitación de Nick durante lo que me parece una eternidad, aunque es probable que no hayan sido más que unos minutos de incertidumbre.

No sé por qué dudo. Tal vez esté dormido. Debería estar dormido. Si es así, me iré a casa a dormir también. Lo veré por la ma?ana.

No, sé por qué dudo. Es porque es tarde, la logia está en silencio y tal vez no esté dormido. Porque estar a solas con él resulta… Intenso.

Miro esperanzada el pasillo como si alguien fuese a aparecer para rescatarme del escenario del gato de Schr?dinger del chico consciente en el que estoy metida, pero está vacío y es inútil. Los únicos signos de vida en el piso son las pocas lámparas que brillan dispersas en algunas de las mesas de teca entre las puertas de los residentes.

Al otro lado de la puerta, Nick se recupera de otro ataque que podría haberlo matado. En eso es en lo que debo concentrarme.

Necesito centrarme.

Respiro hondo y abro la puerta. Me deslizo hacia el interior y cierro tras de mí.

Nick está dormido sobre el edredón con ropa cómoda, pantalones de franela y una camiseta suelta. Tiene los brazos estirados a los lados. Los finos mechones de su pelo están enmara?ados en un lado y esparcidos por la almohada en el otro como si le hubiera soplado una ráfaga de viento. También está sonrojado; en cada una de sus mejillas hay una raya roja.

Me acerco mientras me abrazo el cuerpo con fuerza.

Se ha recuperado de las costillas rotas que William ha tenido que tratarle. Sus respiraciones constantes me indica que está fuera de peligro y que sus pulmones están bien, pero las leves arrugas en las comisuras de sus ojos son se?al de que todavía siente dolor.

?William le habrá dado algo para dormir? Eso espero.

Empiezo a darme la vuelta para dejarlo descansar, pero me sobresalto cuando Nick susurra detrás de mí.

—?Quién es la acosadora ahora?

Me vuelvo hacia la cama, donde ha empezado a incorporarse sobre la almohada.

Hace una mueca de dolor, pero me indica con un gesto que no lo ayude.

—Estoy bien, solo agarrotado.

Lo miro con desconfianza.

—Si me quedo a hablar contigo, ?William me echará la bronca?

Se ríe, pero el sonido se corta cuando su respiración se entrecorta por el dolor.

—Nos la echará a los dos, probablemente. —Se pasa una mano por el pecho y traga saliva. Al ver el movimiento, mi mente vuelve a la arena.

Cambio el peso de un pie a otro.

—He oído a Sel decir a los demás que cree que este ataque también ha sido planeado. No ha sido una coincidencia. Que los sombríos enviaron una criatura que fuera capaz de reducirte deprisa y marcharse contigo.

Su mirada se vuelve distante mientras asiente.

—Mi padre ha dicho lo mismo en la enfermería. Los Regentes han convocado una reunión. Descansará un día más y luego volará a la división del Norte para hablar con ellos y los demás virreyes. — Lo veo hurgar en los enganches dorados del edredón, como si necesitara mantener las manos ocupadas.

—William me ha dicho que Sel está al mando hasta que vuelva.

—Por desgracia.

Después de recuperar a Nick vivo, pero herido, Sel lo llevó directamente a la logia. La larga caminata de vuelta por el bosque me había dado mucho tiempo para pensar en mi ?misión? aquí y en el peligro en que nos ponía tanto a mí como a Nick. Con cada paso, la culpa me pesaba más y más.

Sel será aterrador y cruel, pero es la única razón por la que el plan de los sombríos para secuestrar a Nick ha fracasado esta noche. Su papel como mago del rey es más crítico que nunca en este momento y sus sospechas sobre mí desvían su atención del trabajo. Lo peor es que las sospechas son infundadas. Gasta energía en mí cuando, después de esta noche, no hay duda de que la vida de Nick corre peligro. La Orden es un ejército y los legendborn son sus soldados. ?De verdad sería capaz de continuar en el torneo y convertirme en la escudera de William, de Pete, o incluso de Nick, cuando mi única intención es obtener el título para averiguar qué le pasó a mi madre?

Esta tarde con Patricia, encontrar la verdad me había parecido la cosa más importante del mundo. Tanto como para mentirle a mi padre, a Alice y a todos en la logia cada vez que aparecía por aquí.

Aún creo que mi misión es importante y necesaria, porque ?cómo dormiré por las noches sabiendo que tal vez alguien me haya arrebatado a mi madre? Que quizá no fue un accidente.

Sin embargo, tanto si llega Camlann como si no, y tanto si alguien de la Orden mató a mi madre como si no, Nick necesita un escudero de verdad, no un fraude.

Por primera vez, me pregunto si tal vez Sel tiene razón y soy una hija de las sombras. Tal vez las sombras no son lo que soy, pero no dejo de encontrar el camino hacia ellas.

Nick resopla.

—?Tierra llamando a Bree? Estás ahí plantada en las nubes. Me pone nervioso. —Da una palmadita a la cama y su mirada conversa todavía una pizca de su antigua alegría—. Siéntate. No muerdo.

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