Legendborn (Legendborn #1)

—?Y dicen que volverá? —repite Davis, como un evangelio—.

La muerte de Arturo. Malory. Un hombre que conocía nuestros ciclos de guerra. Que sabía qué era Camlann. —Mira a la división y se dirige a todos una vez más—. Los Regentes han decidido que, para preparar la Mesa Redonda para el peor de los casos, debemos acelerar los torneos de este a?o en todas las divisiones. No esperaremos meses a que los descendientes de ningún rango seleccionen un escudero si no lo han hecho ya. Con esto en mente, procederemos con la primera prueba después de la cena de esta noche y concluiremos el torneo con la ceremonia de selección dentro de seis semanas. En cuanto sea posible, todos los escuderos y descendientes serán registrados y vinculados.

Unas cuantas sillas se arrastran por la madera y se multiplican las miradas nerviosas y los murmullos. Establezco contacto visual con Nick por un segundo y lo pillo mirándome. Luego, veo a William apoyado en la pared del fondo. Pete, a quien no conozco, parece nervioso junto a Evan. ?Sería capaz de vincularme a alguno de ellos?

—El Juramento del Guerrero es uno de nuestros votos más sagrados, que une para siempre a descendiente y escudero. Las parejas despertadas se enfrentan a la muerte, ya sea en el campo de batalla o por el Deterioro. Os digo esto, pajes, porque el torneo y la selección de este a?o no se parecen a nada que se haya visto antes en esta división. —Hace una pausa y entrecruza los dedos—.

Lo que podría ocurrir en los próximos meses es algo que la Orden no ha presenciado en doscientos cincuenta a?os. Ruego a todos los pajes que reflexionen bien acerca de sus compromisos aquí y en otros lugares. Por mi parte, no os culparé si decidís servir a la misión de otras maneras. Así que, por favor, levantaos si queréis renunciar a vuestro puesto en el torneo de este a?o.

Ahora los murmullos inquietos se extienden por la sala. Algunos de los pajes de tercer y cuarto a?o, los que llevan más tiempo, comparten miradas nerviosas. Al cabo de un rato, el chico de cuarto a?o, Craig, se levanta, con vergüenza y miedo en el rostro. Una chica de tercer a?o que lleva un collar verde de Gawain se levanta y abandona. También lo hace el chico flacucho de primer a?o, Lewis.

El número de pajes que compiten desciende de quince a doce.

Una vez se retiran, en la habitación reina un solo pensamiento.

Camlann se acerca.





22

Nick me guía por el bosque detrás de la logia con una mano en cada hombro. Por suerte, la lluvia ha parado.

Un pensamiento me asalta un minuto después de echar a andar y me provoca un silencioso pánico.

—No tendremos que hacer otro juramento esta noche, ?verdad?

Si la llama roja vuelve con todos alrededor…

—No. Los juramentos como paje ya han terminado.

Libero el aire despacio.

—Entonces, ?por qué Sel ha vuelto a encantarnos?

—Lo de anoche fue en parte por simbolismo ritual y en parte por seguridad; no permitiremos que los no juramentados deambulen por los terrenos. Esta noche es la primera prueba. Todos los pajes que compiten han sido encantados para que nadie vea el lugar de la prueba y consiga una ventaja previa. —Me pellizca el hombro con cari?o—. Despacio, luego un giro.

La humedad de la lluvia flota en el aire y mis talones se hunden en el suelo del bosque.

—Pero ?por qué encantar a los pajes veteranos? ?No hicieron lo mismo el a?o pasado?

—No. Los tres aspectos que se evalúan en las Pruebas son inmutables, pero las pruebas en sí cambian cada a?o. Despacio.

Bien, tranquila, un pie delante del otro.

Desearía ver sobre qué me hace caminar. Siento que se mueve y parece muy inestable.

—?Qué es la línea de Morgana?

—No se te ha pasado, ?eh?

—Mi trabajo es disimular y descubrir cosas.

—?Ay! ?Eh! ?Quieta! ?Quieta! —Uno de sus brazos me rodea la cintura para mantenernos firmes en la superficie inestable en la que nos encontremos. El olor que desprende, a limpio, a cedro y un ligero toque a sudor, y la sensación de balanceo bajo nuestros pies me marean. ?No es el momento, Bree. Céntrate en la tarea que te ata?e y no en el chico mono que huele bien?.

Después de un momento, el mundo deja de tambalearse.

—Vale, así está mejor. —Me da un apretón en la cadera—.

?Estás bien?

—Sí —digo, con la voz dos octavas más alta de lo normal.

—Bien. —Me agarra por los bíceps—. Un paso a la vez. Mantén el pie derecho hacia dentro. Sí, así. ?Por dónde íbamos? Ah, sí. La línea de Morgana. éxodo 22:18. ?No dejes con vida a ninguna hechicera?.

—Pues vale.

—Es en esencia la postura de los Regentes en cuanto a la línea de Morgana. Después de los sombríos, son el enemigo número uno de la Orden. En el 1400, una secta de merlines se descontroló. No sé mucho, solo que no les gustaba la forma de hacer las cosas de los Regentes. Tampoco querían esperar a que un descendiente de Arturo se alzara y arriesgarse a que gobernara la Orden igual de mal. Algunas historias cuentan que incluso atacaron a los miembros de la Orden, usando encantos para influir en las líneas y en los vasallos. Con el tiempo, el grupo de merlines se separó de la Orden y cambió de nombre. Se llamaron a sí mismos la línea de Morgana.

Muchas cosas cambiaron a raíz de eso, la manera en que se entrena y se juramenta a los merlines, cómo los Regentes manejan sus asignaciones. Los morganas son la principal razón por la que los Regentes tienen una política de tolerancia cero con cualquiera que utilice el éter fuera de su dominio.

Le doy vueltas. La línea de Morgana son merlines que se han malogrado. Sin embargo, hay algo más que me molesta en la historia de Nick, algo mucho más inmediato.

—Si los Regentes se enterasen de mi existencia, ?me tratarían como si fuera una morgana?

Siento que se encoge de hombros.

—Probablemente. Te harían pruebas durante el juicio, pero en realidad no importa. Todos los usuarios de éter ?independientes?

son tratados de la misma manera. Vale, vamos a salir del puente.

Sí, era un puente, no te asustes. Detrás de la curva está el último tramo del camino.

Trago. ?Un puente cómo de alto?

—?Qué hicieron los morganas después de marcharse?

—Después de la escisión, pasaron a la clandestinidad, por lo que sé. Por su cuenta, perdieron el acceso al entrenamiento y a los textos antiguos que los merlines utilizan para desarrollar sus habilidades. Sin eso, no eran ni de lejos tan poderosos como nuestros merlines; no podían serlo. Se convirtieron en un cuento con moraleja más que nada.

—?Están lo bastante organizados como para tener sus propias misiones, como los merlines?

—Mierda. —Sabe adónde quiero llegar—. El merlín del hospital pudo ser un morgana. Ni siquiera lo había considerado hasta ahora.

—?Es posible?

Suelta una bocanada de aire.

—No es imposible. ?Estás segura de que no recuerdas nada más que el policía pudiera haber borrado?

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