—Sí —dije haciendo malabarismos con el teléfono para poder escribirme en la palma de la mano como si fuese una chuleta para un examen.
—Vale. No es muy largo. Te lo traduciré todo salvo la palabra para la invocación. No existe una palabra en nuestro idioma para las cenizas brillantes de los muertos y creo que es importante que digas esa parte exactamente igual. Dame un momento y te lo digo en verso.
—Sin rima me vale —dije lentamente, pensando que esto se ponía cada vez mejor. ??Cenizas brillantes de los muertos?? ?Qué idioma necesitaba tener una palabra para eso?
Nick se aclaró la garganta y me dispuse a escribir.
—?De muerto a muerto, brilla como la luna. Silencia a todos salvo a los que no descansan.? —Titubeó—. Y luego la palabra clave es ?favilla?.
—Favilla —repetí y la escribí fonéticamente—. ?Algún gesto?
—No, no actúa físicamente sobre nada, así que no necesitas hacer ningún gesto ni tener ningún objeto focal. ?Quieres que te lo repita?
—No —dije sintiéndome un poco mareada al mirarme la palma. ?De verdad quería hacer esto?
—Rachel —dijo con voz que sonó preocupada a través del auricular—, ten cuidado.
—Sí —dije. El pulso se me aceleró por anticipación y preocupación—. Gracias, Nick. —Me mordí el labio inferior con un pensamiento repentino—. Oye, guárdame el libro hasta que hablemos luego, ?vale?
—?Ray-ray? —me preguntó recelosamente.
—Pregúntame luego —dije echándole una mirada a Edden y luego a Trent. No tenía que decir nada más, era un chico listo.
—Espera, no me cuelgues —dijo deteniéndome con la preocupación de su voz—. Manten la línea. No puedo quedarme aquí sentado sintiendo esos impulsos por acudir hasta ti sin saber si tienes problemas o no.
Me pasé la lengua por los labios y dejé de juguetear con la punta de mi trenza. Usar a Nick como familiar iba en contra de todos mis principios, y me gustaba pensar que tenía muchos, pero no podía dejarlo sin más. Ni siquiera lo intentaría si no estuviese segura de que no le afectaría.
—Te paso con el capitán Edden, ?vale?
—?Edden? —dijo con voz débil pasando de un tono preocupado al de instinto de conservación.
Me volví hacia los tres hombres.
—Capitán —dije llamando su atención—, me gustaría probar un hechizo diferente de búsqueda antes de irnos.
La redonda cara de Edden reflejaba su frustración.
—Hemos acabado aquí, Morgan —dijo bruscamente—. Ya hemos abusado sobradamente del tiempo del se?or Kalamack.
Tragué saliva e intenté darle a entender que era algo que hacía todos los días.
—Este hechizo funciona de forma diferente.
Edden respiró con un sonido áspero.
—?Puedo hablar contigo un momento en el pasillo? —dijo con retintín. ?En el pasillo? No pensaba salir fuera como un ni?o castigado. Me volví hacia Trent.
—Al se?or Kalamack no le importará. No tiene nada que esconder, ?verdad?
La cara de Trent era una máscara de educación profesional. Jonathan seguía de pie tras él poniendo mala cara.
—Siempre que entre dentro de los parámetros de su orden —dijo con tono suave.
Sentí un calambre al advertir el tono de inquietud que intentaba ocultar. Estaba preocupado. Yo también.
Crucé con pasos lentos la oficina y le di a Edden el teléfono.
—Es un hechizo de búsqueda especial para encontrar tumbas sin marcar. Nick te explicará todos los detalles para que compruebes su legalidad. Te acuerdas de Nick, ?verdad?
Edden cogió el teléfono. El fino rectángulo rosa quedaba ridículo en sus gruesas manos.
—Si es tan simple, ?por qué no me lo habías dicho antes?
Le dediqué una sonrisa nerviosa.
—Usa líneas luminosas.
La cara de Trent se heló. Su mirada se clavó en mi mu?eca con la marca del demonio y se echó hacia atrás en la silla, buscando la protección de Jonathan. Arqueé las cejas sorprendida aunque tenía un nudo en el estómago. Si protestaba, parecería culpable. Movió las manos con rapidez y nerviosismo para coger sus gafas de montura metálica y dejarlas sobre la mesa.
—Por favor —dijo como si dependiese de él—, invoque su hechizo, estoy muy interesado en ver cuánto sabe una bruja terrenal como usted de magia de líneas luminosas.
—Yo también —dijo Edden con tono seco antes de llevarse el teléfono a la oreja y empezar a hablar con Nick con tono grave y serio, probablemente para asegurarse de que lo que iba a hacer entraba dentro de la orden de la AFI.
—Tendremos que salir —dije casi para mí misma—. Necesito encontrar una línea luminosa sobre la que colocarme.
—Ah, se?orita Morgan —dijo Trent obviamente agitado y sentándose más erguido en su silla. Se había vuelto a poner las gafas metálicas y le hacían parecer menos sofisticado, dándole un aspecto más blando, casi inofensivo. También me parecía verlo un poco más pálido.