—Está escondida en mi tronco.
Abrí la boca para protestar pero luego pensé que no era mal sitio. Unté la mayonesa en el pan, con el cuchillo tintineando en el tarro, y terminé los sandwiches. Nick había hundido su alargada cara entre sus manos. Estaba pálido y demacrado.
—?Ingeniería genética? ?Trent Kalamack tiene un biolaboratorio? ?El concejal?
—Os va a encantar la siguiente parte —dije—. Francis es su topo en la SI.
Jenks dio un aullido y salió disparado hasta el techo para volver de nuevo.
—?Francis? ?Seguro que no te han dado un golpe en la cabeza, Rachel?
—Trabaja para Trent, tan seguro como que me he pasado los últimos cuatro días comiendo nada más que zanahorias. Lo vi. ?Te acuerdas de los alijos de azufre que Francis ha ido descubriendo? ?Su ascenso? ?El coche?
No terminé la lista y dejé que Jenks e Ivy se imaginasen el resto.
—?Hijo de perra! —exclamó Jenks—. Los alijos de azufre son distracciones.
—Eso es.
Corté los sandwiches por la mitad. Satisfecha conmigo misma, coloqué uno en un plato para mí y dos para Nick, que estaba muy delgado.
—Trent mantiene a la SI y a la AFI ocupadas con el azufre mientras el verdadero negocio se desarrolla en la otra punta de la ciudad.
Ivy se movía lentamente como pensativa mientras se enjuagaba el detergente de las manos una vez más.
—Francis no es tan listo —dijo secándose los dedos y dejando a un lado el pa?o.
Me detuve un momento.
—No, no lo es. Va terminar en el depósito.
Jenks aterrizó junto a mí.
—Denon se va a mear encima cuando se entere de esto —dijo.
—Espera —dijo Ivy aguzando su atención. El círculo marrón de sus ojos se encogió, pero en esta ocasión era por le excitación del momento, no de hambre—. ?Y quién dice que Denon no está también en la nómina de Trent? Necesitarás pruebas antes de ir a la SI. Podrían matarte antes de ayudarte a cazarlo. Y para atraparlo no seremos suficientes tú y yo y una tarde para planificarlo.
Fruncí el ce?o preocupada.
—Esta es mi única oportunidad, Ivy —protesté—, sea de alto riesgo o no.
—Mmm. —La mano de Nick temblaba al coger el sandwich—. ?Por qué no acudís a la AFI? —Ivy y yo nos quedamos en un intenso silencio. Nick mordió y tragó—. La AFI se metería de cabeza en los bajos fondos a medianoche por un soplo relacionado con medicamentos de bioingeniería, especialmente si Kalamack está implicado. Si tienes cualquier prueba, ellos la estudiarán.
Incrédula, me volví hacia Ivy. Su cara estaba tan inexpresiva como la mía. ?La AFI?
Relajé el gesto y noté que mis labios esbozaban una sonrisa. Nick tenía razón. La rivalidad entre la AFI y la SI bastaría para que mostraran su interés.
—Trent se freirá en la silla, mi contrato quedará saldado y los de la SI quedarán como idiotas. Me gusta.
Di un bocado a mi sandwich y me limpié la mayonesa de la comisura de los labios al notar que Nick me miraba.
—Rachel —dijo Ivy con recelo—, ?puedo hablar contigo un momento?
Miré a Nick y noté mis niveles de ira creciendo de nuevo. ?Qué quería ahora? Pero ya había salido de la cocina.
—Disculpa —dije entre tumbos y me apreté el nudo del albornoz nerviosamente—, la reina de la paranoia quiere hablar conmigo.
Ivy parecía estar bien, no habría problemas. Nick se apartó una miga de la cara sin inmutarse.
—?Te importa si hago café? Me he pasado tres meses deseando tomar un café.
—Claro, lo que quieras —dije, contenta de que no se sintiese insultado por la desconfianza de Ivy. A él se le ocurría un plan genial y a Ivy no le gustaba porque no se le había ocurrido a ella antes—. El café está en la nevera —a?adí saliendo de la cocina en pos de Ivy.
—?Qué problema tienes? —le dije a Ivy incluso antes de llegar a donde estaba—. Tan solo es un tío que tiene la mano un poco larga y que además también tiene razón. Convencer a la AFI de que persiga a Trent es mucho más seguro que intentar que la SI me ayude.
No podía distinguir el color de los ojos de Ivy en la penumbra. Se estaba haciendo de noche fuera y el pasillo se había vuelto inhóspito, tan oscuro y con ella allí.
—Rachel, esto no es una redada en el bar de vampiros de la esquina —dijo—. Se trata de atrapar a uno de los ciudadanos más poderosos de la ciudad. Una palabra de más por parte de Nick y estarás muerta.
Se me hizo un nudo en el estómago con su recordatorio. Respiré hondo y dejé salir el aire despacio.
—Sigue hablando.
—Sé que Nick solo quiere ayudar —prosiguió—, no sería humano si no quisiese compensarte por ayudarlo a escapar, pero va a terminar resultando herido.
No dije nada. Sabía que tenía razón. Nosotras éramos profesionales y él no. Tenía que sacarlo de este embrollo.
—?Qué sugieres? —pregunté y su tensión se relajó.