Antes bruja que muerta

—La he oído. —Trent dejó una peque?a cu?a sin comer, colocó el tenedor en el plato y lo apartó con gesto simbólico. Posó las manos en la taza de té y se reclinó en la silla. Fui a tomar un sorbo de café y me quedé de piedra cuando me di cuenta que Trent había imitado tanto mi postura como mis movimientos.

 

Oh, mierda. Le gusto. Imitar los movimientos era un clásico en el lenguaje corporal de la atracción. Me sentí como si hubiera tropezado con algo en lo que no quería meterme y con toda intención me incliné hacia delante, apoyé el brazo en la mesa y rodeé con los dedos la taza caliente de café. No iba a jugar a ese juego, ?de eso nada!

 

—?Eres mía, aún completamente mía? —dijo Trent con sequedad, era obvio que no era consciente de mis pensamientos. Este tío no tiene ningún sentido de la discreción. Un día va a meterlo en un problema.

 

Con una expresión lejana e inconsciente en los ojos, apoyó el brazo en la mesa. Me entró un escalofrío y me atraganté, pero no por lo que había hecho, sino por lo que había dicho.

 

—?Joder! —maldije—. ?Pero si eres el sucesor de un vampiro!

 

Los ojos de Trent se encontraron con los míos con una sacudida.

 

—?Cómo dices?

 

—?La letra! —balbuceé—. No fue eso lo que emitió. Eso está en el tema vampírico que solo pueden oír los vampiros no muertos y sus sucesores. ?Oh, Dios mío! ?Te han mordido!

 

Trent cogió el tenedor con los labios apretados y cortó un triángulo de gofre que utilizó para empapar los restos de jarabe que le quedaban en el plato.

 

—No soy el sucesor de ningún vampiro y no me han mordido jamás.

 

El corazón me iba a mil y me lo quedé mirando.

 

—?Entonces cómo sabes la letra? Te he oído. La has recitado. Salida directamente del tema vampírico.

 

Trent arqueó las finas cejas y me miró.

 

—?Cómo sabes lo del tema vampírico?

 

—Ivy.

 

Se levantó, se limpió los dedos y se ató mejor la bata antes de cruzar la habitación hacia la salita informal donde tenía una televisión del tama?o de una pared y el equipo de música. Lo vi coger un CD de un estante y ponerlo en el equipo. Mientras giraba, eligió un tema y comenzó a sonar Lazos Rojos por unos altavoces ocultos. Aunque no estaba muy alta, sentí el ritmo del bajo golpeándome.

 

Trent mostraba una resignación cansada cuando regresó con unos auriculares inalámbricos. Tenían aspecto profesional, de los que se adaptan a tus oídos en lugar de cubrirlos.

 

—Escucha —dijo al tiempo que me los tendía. Yo me aparté con gesto suspicaz y él me los colocó en la cabeza.

 

Me quedé con la boca abierta y mis ojos volaron a encontrarse con los suyos. Era Lazos Rojos pero no era la misma canción. Era tan cálida que era increíble, parecía penetrarme directamente en el cerebro, saltándose los oídos. Resonaba en mi interior y giraba entre mis pensamientos. Había unas notas altas imposibles y unas notas bajas y sordas que me hacían cosquillear la lengua. Era la misma canción pero había muchísimo más en ella.

 

Me di cuenta que estaba mirando el plato. Lo que me había perdido era precioso. Aspiré una bocanada de aire y levanté la cabeza. Trent se había sentado otra vez y me miraba. Asombrada, levanté la mano para tocar los auriculares y asegurarme de que estaban allí de verdad. El tema vampírico era indescriptible.

 

Y entonces empezó a cantar la mujer. Miré a Trent, aterrada de lo preciosa que era aquella voz. él asintió con una sonrisa de oreja a oreja. La voz de aquella mujer era lírica, tosca y trágica a la vez. Me arrancaba emociones de las que yo ni siquiera era consciente. Un pesar profundo y doloroso. Una necesidad no correspondida.

 

—No lo sabía —susurré.

 

Mientras yo escuchaba el final, incapaz de quitarme los auriculares, Trent se llevó nuestros platos a la cocina, volvió con una tetera térmica y se volvió a llenar la taza antes de sentarse. Terminó el tema y dejó solo el silencio. Aturdida, me quité los auriculares y los dejé junto al café.

 

—No lo sabía —dije otra vez, tuve la sensación de que había una expresión embrujada en mis ojos—. ?Ivy puede oír todo eso? ?Por qué no lo publica Takata con un sonido así?

 

Trent cambió de postura en la silla.

 

—Ya lo hace, pero solo lo pueden oír los no muertos.

 

Toqué los auriculares.

 

—Pero tú…

 

—Los hice después de averiguar lo del tema vampírico. No estaba seguro de que fueran a funcionar con brujas. ?He de entender por tu expresión que así es?

 

Asentí con la cabeza con gesto atónito.

 

—?Magia de líneas luminosas? —le pregunté.

 

Se le escapó una sonrisa casi tímida.

 

—Mi especialidad es la distorsión. Quen cree que es una pérdida de tiempo pero te sorprendería lo que puede hacer una persona por un par de esos. Aparté los ojos de los auriculares.

 

—Me lo imagino.

 

Trent tomó un sorbo de té y se echó hacia atrás con expresión especulativa.

 

—Tú no… querrás un par, ?verdad?