Antes bruja que muerta

—?Pero qué clase de elfo eres tú?

 

—?Qué clase de cazarrecompensas eres tú? —me contestó—. No creo que a tu novio le importe mucho que invoques una línea a través de él para salvar la vida. Vamos Morgan ?Se nos está acabando el tiempo!

 

—No puedo. —Giré en redondo. A través del cristal irrompible, Cincinnati brillaba.

 

—?A la mierda tu puto honor, Rachel! ?Falta a tu palabra de una vez o estamos muertos!

 

Deshecha me di la vuelta para mirarlo. ?Me consideraba una persona honorable?

 

—No es eso. Ya no puedo invocar una línea a través de Nick. El demonio anuló el vínculo que tenía con él.

 

El rostro de Trent se puso de un color ceniciento.

 

—Pero me diste una descarga en el coche. Era mucho más de lo que una bruja puede contener en su chi.

 

—?Soy mi propio familiar! ?Estamos? —dije—. Hice un trato con un demonio accedí a ser su familiar para que él testificara contra Piscary y para eso tuve que aprender a almacenar energía de línea luminosa. Oh, tengo montones de energía, pero un círculo requiere una conexión con una línea y yo no puedo invocarla.

 

—?Eres el familiar de un demonio? —Tenía una expresión horrorizada en la cara, estaba asustado, me tenía miedo.

 

—?Ya no! —grité, enfadada por tener que admitir que había ocurrido—. Después compré mi libertad, ?vale? ?Déjame en paz! ?El caso es que no tengo familiar y no puedo invocar una línea por encima del agua!

 

De mi bolso salió el sonido tenue de mi móvil. Trent se me quedó mirando.

 

—?Qué le diste a cambio de tu libertad?

 

—Mi silencio. —Tenía el pulso a mil. ?Qué más daba si Trent se enteraba? Total, íbamos a morir los dos.

 

Con una mueca, como si hubiera tomado una decisión, Trent se quitó la americana. Se bajó la manga de la camisa, se desabrochó el gemelo y después se remangó la manga por encima del codo.

 

—?No eres el familiar de ningún demonio? —Era un susurro débil, preocupado.

 

—?No! —Estaba temblando. Lo miré con los ojos muy abiertos, confundida, pero él me cogió por el brazo, justo debajo del codo—. ?Eh! —grité mientras intentaba apartarme.

 

—No te aceleres, anda —dijo con tono hosco. Me sujetó el brazo con más fuerza y utilizó la mano libre para obligarme a cogerle la mu?eca con la misma presa que utilizan los acróbatas cuando están en el trapecio—. No hagas que me arrepienta —murmuró y se me quedaron los ojos como platos cuando me penetró una oleada de energía.

 

—?Joder! —jadeé y estuve a punto de caerme. Era una magia salvaje que tenía el sabor indescriptible del viento. Trent había unido su voluntad a la mía, había invocado una línea a través de su familiar y me la entregaba como si fuéramos uno solo. La línea que lo atravesaba y entraba en mí había adoptado el matiz de su aura. Era limpia y pura, con el sabor del viento, como la de Ceri.

 

Trent gru?ó y clavé de repente los ojos en él. Tenía el rostro demacrado y había empezado a sudar. Yo tenía el chi lleno y aunque la energía extra estaba regresando a la línea, al parecer lo que yo había almacenado en mi cabeza lo estaba abrasando.

 

—Oh, Dios —dije, y pensé que ojalá hubiera un modo de poder cambiar las tornas—. Lo siento, Trent.

 

Su aliento era un jadeo irregular.

 

—Haz el círculo —resopló.

 

Con los ojos clavados en el reloj que se mecía en su leontina, recité la invocación. Los dos nos tambaleamos cuando la fuerza que nos atravesaba decayó. No me relajé en absoluto cuando la burbuja de energía de línea luminosa se abrió a nuestro alrededor. Le eché un vistazo al reloj de Trent pero no pude ver cuánto tiempo quedaba.

 

Trent se apartó el pelo de los ojos con un gesto sin soltarme el brazo. Con los ojos mustios, recorrió con la mirada la burbuja manchada de oro que nos envolvía y miró a las personas que quedaban fuera. Sus ojos se vaciaron de toda expresión. Tragó saliva y me apretó el brazo con más fuerza. Era obvio que ya no le quemaba pero la presión iría aumentando poco a poco hasta alcanzar los niveles previos.

 

—Es grande de verdad —dijo mirando la luz trémula—. ?Eres capaz de sostener un círculo tan grande como este aunque no esté dibujado?

 

—Puedo sostenerlo —dije y evité sus ojos. La piel que presionaba la mía era cálida y me provocaba un cosquilleo. No me hacía gracia tanta intimidad—. Y lo quería grande para tener un poco de margen cuando nos golpee la onda expansiva. En cuanto te sueltes o yo lo toque…

 

—Se cae —terminó Trent por mí—. Lo sé. Estás farfullando, Morgan.

 

—?Cállate! —exclamé, nerviosa como un pixie en una habitación llena de ranas—. ?Puede que tú estés acostumbrado a que estallen bombas sin parar a tu alrededor pero para mí es la primera vez!