Zafiro (Edelstein-Trilogie #2)

—?No podríamos...?

—Ah, ya vuelvo a dispersarme, ?verdad? Eso de que las cosas aún vayan a suceder a pesar de que hace tiempo que han sucedido es algo que me supera. ?Por dónde íbamos?

—Pero... ?cómo podía el conde haber cometido un asesinato en el a?o 1602...? ?Oh, ya lo entiendo! ?Lo hizo en uno de sus viajes en el tiempo!

Exacto. Y cuando era mucho más joven. Fue una casualidad increíble que justo en el mismo momento Lucy y Paul estuvieran exactamente en el mismo lugar. Si es que puede hablarse de casualidad en ese contexto. El propio conde escribe en uno de sus numerosos escritos: ??Quien cree en casualidades no ha comprendido el poder del destino?.

—?A quién mató? ?Y por qué?

Lucas volvió a mirar a su alrededor.

—Eso, querida nieta, tampoco lo supimos nosotros al principio. Tardamos semanas en descubrirlo. Su víctima fue nada menos que Lancelot de Villiers, el primer viajero del tiempo en el Círculo. ?El ámbar!

—?Mató a uno de sus propios antepasados? Pero ?por qué?

—Lancelot de Villiers era un barón belga que en 1602 se trasladó con toda su familia a Inglaterra. En las Crónicas y los Escritos secretos del conde de Saint Germain, que legó a los Vigilantes, se dice que Lancelot murió en 1607, por eso al principio no pensamos en él. Pero, de hecho (no hace falta que te explique aquí los detalles de nuestras investigaciones detectivescas), al barón le cortaron la garganta en su propia carroza en el a?o 1602 —No lo entiendo —murmuré.

—Ni yo mismo he podido juntar todas las piezas del rompecabezas —dijo Lucas mientras se sacaba un paquete de cigarrillos del bolsillo y encendía uno—. Y a esto se suma que no he vuelto a ver a Lucy y a Paul desde el 24 de septiembre de 1949. Supongo que han saltado con el cronógrafo a una época anterior a la mía, porque si no, hace tiempo que habrían venido a verme. Oh... ?maldita sea! ?Sobre todo no mires!

—?Qué pasa? ?Y desde cuándo fumas?

—Ahí vienen Kenneth de Villiers y la pesada de su hermana.

Lucas trató de taparse con el menú.

—Dile sencillamente que queremos estar a solas —susurré.

—No puedo, es mi superior: en la logia y en la vida corriente. él es el due?o de este condenado bufete... Si tenemos suerte, no nos verán.

No tuvimos suerte. Un hombre alto rondando la cuarentena y una dama con un sombrero color turquesa se dirigieron en línea recta hacia nuestra mesa y se sentaron en las dos sillas libres sin que nadie les hubiera pedido que lo hicieran.

—Parece que esta tarde todos hacemos novillos, ?eh, Lucas? —dijo Kenneth de Villiers con tono campechano palmeándole el hombro—. Y no es que no esté dispuesto a hacer la vista gorda después de que ayer cerraras el caso Parker tan brillantemente. Te felicito de nuevo. Ya me han dicho que tenías visita del campo.

Sus ojos ambarinos me sometieron a un examen detallado. Traté de devolverle la mirada de la forma más despreocupada posible. Era realmente curioso cómo se parecían los De Villiers en todas las épocas, con sus pómulos marcados y esa nariz recta y aristocrática. Y este en concreto tenía una planta impresionante, aunque no era tan bien parecido como, por ejemplo, el Falk de Villiers de mi época.

—Hazel Montrose, mi prima —me presentó Lucas—. Hazel, mister y mistress de Villiers.

—Pero yo sí soy su hermana —dijo mistress de Villiers soltando una risita—. Oh, qué bien, tiene cigarrillos; tiene que darme uno.

—Por desgracia ahora mismo nos íbamos —dijo Lucas mientras le ofrecía galantemente un cigarrillo y le daba fuego—. Tengo que trabajar en algunos expedientes...

—Pero no hoy, amigo mío, no hoy.

Su jefe le gui?ó un ojo amistosamente.

—Con Kenneth a solas es siempre tan aburrido... —dijo mistress de Villiers, y expulsó el humo del cigarrillo por la nariz—. Con él no se puede hablar de nada aparte de política. Kenneth, por favor, pide té para todos. ?Y de dónde procede usted exactamente, querida?

—De Gloucestershire —dije, y tosí un poco.

Lucas suspiró resignado.

—Mi tío, es decir, el padre de Hazel, tiene una gran propiedad allí con muchos animales.

—Oh, a mí me encanta la vida en el campo. ?Y me encantan los animales! —exclamó mistress de Villiers en tono entusiasta.

—Y a mí —dije yo—. Sobre todo los gatos.





De los Anales de los Vigilantes / Acta de la Guardia de Cerbero





24 de julio de 1956


?Nam quod in inventus non discitur, in matura aetate nescitur.?

7.00 horas: El novicio Cartrell, que en la prueba Ariadna nocturna había sido dado por desaparecido, llega a la escalera con siete horas de retraso. Se tambalea ligeramente y huele a alcohol, lo que hace suponer que, si bien no ha superado la prueba, ha localizado la bodega perdida. Excepcionalmente, le dejo pasar con la contrase?a del día anterior.

Por lo demás, ningún acontecimiento digno de mención.

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