Esta vez es un poco mayor, probablemente tiene siete u ocho a?os. Una luz muy brillante se mantiene sobre su cabeza como por arte de magia.
Unas personas vestidas con unos extra?os trajes verdes y unas gafas raras no paran de observarlo detenidamente y sus cabezas bloquean durante un momento el resplandor. Puede ver sus ojos, pero nada más. Tienen tapadas con una máscara la boca y la nariz. Thomas, de alguna manera, tiene esa edad, pero al mismo tiempo está fuera observando como un espectador. Aun así, siente el miedo del ni?o.
Esas personas están hablando con unas voces apagadas y amortiguadas. Algunos son hombres, otras, mujeres; pero no sabe quién es quién.
No entiende lo que está sucediendo, tan sólo retazos. Capta fragmentos de la conversación, todos espantosos:
—Tendremos que seguir trabajando en el chico y la chica.
—?Podrán sus mentes soportarlo?
—Esto es increíble, ?sabes? Tiene el Destello bien enraizado en su interior.
—Puede que muera.
—O peor: puede que viva.
Oye una última cosa, por fin algo que no le da escalofríos por el asco o el miedo:
—O tal vez él y los otros nos salven. Nos salven a todos.
Capítulo 9
Cuando despertó, tenía la cabeza como si varios trozos de hielo le hubiesen atravesado los oídos hasta llegar al cerebro. Hizo una mueca de dolor, levantó los brazos para frotarse los ojos y le entró una oleada de náuseas que hizo que la habitación le diera vueltas. Entonces recordó las cosas terribles que Teresa había dicho, después el sue?o breve, y el sufrimiento le envolvió. ?Quiénes eran aquellas personas? ?Eso era real? ?A qué se referían con aquellas cosas horribles sobre su cerebro?
—Me alegra ver que todavía sabes cómo echar una cabezada.
Thomas echó un vistazo y vio a Newt de pie junto a su cama, mirándole fijamente.
—?Cuánto rato llevo dormido? —preguntó Thomas, esforzándose por apartar los pensamientos de Teresa y el sue?o (?un recuerdo?) a un oscuro rincón de su mente para volver a darle vueltas al asunto más tarde.
Newt miró su reloj.
—Un par de horas. Cuando vieron que te habías tumbado, la verdad es que los chicos se relajaron bastante. No podemos hacer mucho más aparte de estar sentados y esperar a que pase algo nuevo. No hay manera de salir de este sitio.
Thomas intentó no quejarse y se sentó con la espalda apoyada en la pared de la cabecera de su cama.
—?Al menos tenemos algo de comida?
—No. Pero estoy seguro de que esta gente no se tomaría tantas molestias para traernos aquí, enga?arnos o lo que sea que hayan hecho, tan sólo para dejarnos morir de hambre. Pasará algo. Esto me recuerda a cuando enviaron el primer grupo al Claro. El grupo inicial éramos Alby, Minho, yo y otros tantos. Los clarianos originales —dijo aquello último con un sarcasmo no muy sutil.
Thomas estaba intrigado. Le sorprendía no haber profundizado nunca en cómo fue aquello.
—?Por qué te recuerda a esto?
La mirada de Newt estaba centrada en la pared de ladrillo al otro lado de la ventana más próxima.
—Todos nos despertamos hacia el mediodía, tumbados en el suelo, alrededor de las puertas de la Caja. Estaba cerrada. Nos habían borrado la memoria, igual que a ti cuando llegaste. Te sorprendería lo rápido que nos calmamos y dejamos de sentir pánico. éramos unos treinta. Por supuesto, no teníamos ni la más pu?etera idea de lo que había pasado, cómo habíamos llegado allí o qué se suponía que teníamos que hacer. Y estábamos aterrorizados, desorientados. Pero como todos nos encontrábamos en la misma mala situación, nos organizamos para averiguar más cosas sobre aquel lugar. En unos días, toda la granja estuvo en funcionamiento y todos tenían trabajo que hacer.
Thomas se sintió aliviado cuando el dolor de su cráneo disminuyó. Y tenía curiosidad por saber más sobre cómo empezó el Claro. Las dispersas piezas del puzzle que le había traído a la memoria el Cambio no bastaban para formar recuerdos sólidos.
—?Los creadores ya habían puesto cada cosa en su lugar? ?Las cosechas, los animales y todo eso?
Newt asintió, todavía con la vista clavada en la ventana tapiada.
—Sí, pero costó muchísimo hacer que funcionara bien y de forma fluida. Hubo muchos ensayos y errores antes de conseguir algo.
—Y… ?por qué te recuerda a esto? —repitió Thomas.
Newt le miró.
—Supongo que entonces todos teníamos la impresión de que había un claro propósito para mandarnos allí. Si alguien hubiera querido matarnos, ?por qué no limitarse a hacerlo? ?Por qué enviarnos a un lugar enorme con una casa, un granero y animales? Y como no nos quedaba alternativa, lo aceptamos y empezamos a trabajar y a explorar.
—Pero aquí ya hemos acabado de explorar —replicó Thomas—. No hay animales, no hay comida y no hay Laberinto.
—Sí, pero, vamos, es el mismo concepto. Es evidente que estamos aquí por un pu?etero propósito que al final sabremos cuál es.
—Si no morimos antes de hambre.
Newt se?aló al cuarto de ba?o.
Las pruebas (The Maze Runner #2)
James Dashner's books
- The Eye of Minds
- The Kill Order (The Maze Runner 0.5)
- Virus Letal
- The Maze Runner Files (Maze Runner Trilogy)
- Rising Fears
- The Hunt for Dark Infinity (The 13th Reality #2)
- The Blade of Shattered Hope (The 13th Reality #3)
- The Void of Mist and Thunder (The 13th Reality #4)
- The Rule of Thoughts (The Mortality Doctrine #2)
- The Journal of Curious Letters (The 13th Reality, #1)
- El Corredor Del Laberinto (The Maze Runner #1)
- A Mutiny in Time (Infinity Ring #1)