—?Ahora! —gritó su líder, un rugido distante por los ruidos de la tormenta—. ?A por ellos!
Un montón de ideas dieron vueltas en la cabeza de Thomas en aquel instante. Estaba preocupado por Teresa, a pesar de los cambios entre ellos. Estaba preocupado por Brenda, que se hallaba estoicamente a tan sólo unas personas de él en la misma fila, y lamentaba no haber hablado apenas con ella desde que volvieron a encontrarse. Se la imaginaba, después de haber hecho todo ese camino, muerta a manos de una feroz criatura. Pensó en los laceradores y en cuando Chuck, Teresa y él volvieron al Laberinto para llegar al Precipicio y al Agujero, mientras los clarianos luchaban y morían por ellos, para que pudieran introducir el código que lo paraba todo.
Pensó en todo por lo que habían pasado para llegar hasta allí y de nuevo enfrentarse a un ejército biotecnológico enviado por CRUEL. Se preguntó qué significaba todo aquello, si merecía la pena seguir intentando sobrevivir. La imagen de Chuck recibiendo en su lugar aquella pu?alada le vino a la mente. Y eso fue determinante, le sacó de los nanosegundos de miedo y duda bloqueada. Gritando con los pulmones llenos, empu?ó el enorme cuchillo con ambas manos por encima de su cabeza y echó a correr, directo al monstruo.
A su izquierda y derecha, los demás también arremetieron, pero él los ignoró. Tuvo que hacerlo, se obligó a sí mismo. Si no podía encargarse de su propia tarea, preocuparse por los otros no significaría nada.
Se acercó. Cuatro metros. Tres metros. Un metro y medio. La criatura había dejado de caminar y colocaba sus piernas en posición de ataque, con las manos extendidas y las hojas apuntando directamente a Thomas. Aquellas resplandecientes luces naranjas eran ahora intermitentes, brillaban y se apagaban, brillaban y se apagaban, como si de verdad aquella cosa horrible tuviera un corazón allí dentro. Era perturbador ver que el monstruo no tenía cara, pero a Thomas le ayudaba a pensar que sólo era una máquina. Nada más que un arma creada por el hombre que quería matarle.
Justo antes de que llegara a la criatura, Thomas tomó una decisión. Se deslizó sobre sus rodillas y espinillas, y describió un arco con aquella arma similar a una espada para clavársela al monstruo en la pierna izquierda, con un poderoso golpe mientras la sujetaba con las dos manos. El cuchillo penetró un par de centímetros en la piel, pero después topó con algo lo bastante duro para enviar una sacudida a ambos brazos de Thomas.
La criatura no se movió, no se retrajo, no emitió ningún tipo de sonido, humano o inhumano. En su lugar, dio un golpe con sus dos manos tachonadas de hojas hacia donde Thomas estaba arrodillado, con la espada incrustada en la carne del monstruo. Thomas se soltó y retrocedió justo cuando las dos hojas chocaron donde había estado su cabeza. Cayó de espaldas y se apartó rápidamente de la criatura cuando esta avanzó dos pasos, dando patadas con los cuchillos de los pies, casi rozando a Thomas.
El monstruo dejó escapar un rugido —un sonido casi exacto a los gemidos angustiosos de los laceradores— y se tiró al suelo, sacudiendo los brazos para intentar atravesar con ellos a Thomas. El chico giró y rodó tres veces mientras oía unas puntas de metal ara?ando el suelo de tierra. Al final se arriesgó y se puso en pie de un salto. Al instante se apartó, corriendo varios metros antes de darse la vuelta con la espada en las manos. La criatura se estaba levantando y cortaba el aire con sus dedos peque?os y gruesos, llenos de cuchillos.
Thomas tomaba enormes bocanadas de aire y veía de reojo combatir a los otros. Minho golpeaba y apu?alaba con los cuchillos que sujetaba en ambas manos y el monstruo retrocedía para apartase de él. Newt gateaba por el suelo y la criatura contra la que luchaba avanzaba pesadamente hacia él, sin duda, herida. Despacio. Teresa era la que estaba más cerca; saltaba, esquivaba y le daba a su adversario con la parte trasera de su lanza. ?Por qué hacía eso? Su monstruo también parecía estar malherido.
Thomas se concentró en su propia batalla. El movimiento de una mancha plateada le hizo agacharse, una brizna de viento rozó su pelo a causa del golpe asestado por el brazo de la criatura. Thomas giró, se pegó al suelo y acuchilló todo lo que pudo mientras el monstruo le perseguía, casi alcanzándole en sus siguientes ataques. Thomas entró en contacto con uno de los bultos naranjas y lo aplastó, produciendo un fogonazo de chispas; la luz se apagó al instante. Como sabía que no le duraría mucho la suerte, se tiró al suelo y rodó de nuevo hasta que se puso en pie de un salto, unos metros más allá.
Las pruebas (The Maze Runner #2)
James Dashner's books
- The Eye of Minds
- The Kill Order (The Maze Runner 0.5)
- Virus Letal
- The Maze Runner Files (Maze Runner Trilogy)
- Rising Fears
- The Hunt for Dark Infinity (The 13th Reality #2)
- The Blade of Shattered Hope (The 13th Reality #3)
- The Void of Mist and Thunder (The 13th Reality #4)
- The Rule of Thoughts (The Mortality Doctrine #2)
- The Journal of Curious Letters (The 13th Reality, #1)
- El Corredor Del Laberinto (The Maze Runner #1)
- A Mutiny in Time (Infinity Ring #1)